Capitulo 32

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Narra Cami:

Me desperté en el sillón de mi novio y lo primero que hice fue preguntarme donde estaba.

Los dos nos habíamos quedado dormidos.

-Feli?- dije

-Estoy aca- respondió él desde la cocina

-Cuándo te levantaste?- dije acercándome a él

-Hace como media hora- respondio- no te diste cuenta- dijo- sos una princesa dormilona

Rei.

Lo observé bien y Feli estaba sin camisa. ¿No sabe lo que provoca en mí cuando está así?

Felipe provocaba muchas cosas en mí. Cosas que jamás imaginé sentir.

Nunca había pensando así de un chico, pero con Feli era diferente. Y a veces, me gustaria saber hasta donde podriamos llegar.

Pero sé que todavía no tengo la confianza suficiente para estar desnuda enfrente de él.

-En qué pensas?- dijo agarrando mi mano y sentándome en sus piernas

-Nada- respondi- solo algunas cosas- dije nerviosa

-Me encuentro en la lista de esas cosas?- dijo suavemente en mi oído

Creo que él si sabe lo que provocaba en mí y lo estaba aprovechando perfectamente.

-Sí- dije mirándolo fijamente y presionando mis labios contra los  suyos

El me cargo y yo enredé mis piernas en  su cintura, mientras me llevaba hacia la sala.

Mientras nos besábamos, Feli me fue
acostando con delicadeza sobre el sillón.

El beso cada vez aumentaba. Tenía mis
brazos alrededor de su cuello.

Su beso casi salvaje evitaba que el aire
llegase a mis pulmones y no importaba. Respirar pasó a segundo plano.

Profundizó el beso explorando con su lengua mi cavidad, mientras sus manos inquietas tocaban cada parte de mi piel.

Me consumía como leña al fuego estando entre sus manos, deleitándome con cada caricia, suspirando en su boca, hundiendo mis dedos en sus finos cabellos, gimiendo su nombre cuando  sus labios marcaron un camino húmedo hasta mi cuello.

Sus manos siguieron recorriendo mi figura, pasando por mis caderas y terminando en mis piernas.

Al separarnos, los dos contábamos con la respiración muy agitada y nuestros labios estaban algo enrojecidos.

Al mirarnos podía observarse la pasión que desbordábamos.

-Te quiero, princesa- dijo con la voz agitada- gracias por escucharme

-Siempre estaré ahí para escucharte- dije- lo prometo

_______________

Una semana había pasado desde que Feli me lo confesó todo.

Lo obligué a ir a pedirle perdón a su madre y terminamos teniendo una agradable cena en su casa.

Mora es una fantástica y divertida mujer.

Mi relación con Feli va mucho más
que bien. Siento que ya nos tenemos más confianza.

En cuanto a mi papá y a Luz, no se fueron de la casa. Pero es muy fácil ignorarlos, por ahora.

Estaba en el auto Feli. Pero en este caso, yo iba al volante y Felipe en el asiento copiloto. Me estaba enseñandoa conducir.

-Camila, por favor con cuidado- dijo él

Eres mía, princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora