Narra Feli:
Sonó el timbre. ¿Quien tiene que venir a interrumpir ahora?
-Mejor me voy- dijo Lola- es tarde
-Te acompaño- dije
Bajamos y ella abrió la puerta.
Me acerque a la puerta y...
¿Alguna vez sintieron como tu mundo se detiene? ¿No podes moverte, decir ni una palabra? Así estaba yo justo en ese momento.
¿Que hacía Camila acá? Me encantaría desaparecer en este momento.
Nos miramos fijamente. Los dos no decíamos nada.
Lola se despidió de mi con un beso en la mejilla y se fue.
Camila seguía ahí mirándome. No era capaz de decir algo.
-Supongo que llegué en un mal momento- dijo ella
-No espera- dije agarrandola del brazo
-No Feli- me interrumpio- no tenes que decir nada- dijo- no pasa nada- sonrió y se fue
De vuelta se fue todo a la mierda.
Cerre la puerta de un portazo.
¿Por qué todo tiene que estar tan mal?
Me dirigí hacia la sala y vi la botella de cerveza que estaba en la mesa.
La agarre y la tire haciendo que los vidrios estrellen contra el suelo.
Soy un pelotudo.
¿Por qué no me animo a decirle que la quiero?
¿Por qué tengo que seguir con esto de estar con cualquier mina que se atraviese en mi camino para olvidar a Camila?
Mariano y sus estupidos consejos.
Ella nunca me querrá. Somos demasiados distintos.
Camila es especial y yo soy todo lo contrario. Un pibe jodido que no tiene idea de que hacer con su futuro.
Por más que intente olvidarla, es imposible.
No sé cómo pero a Camila le voy a demostrar que la amo.
Narra Cami:
Si mi día estaba yendo mal, ahora estaba mucho peor.
¿Por qué Feli tenia que ser así?
¿Por qué tenia que ser ese chico que siempre me hace sonreír, me escucha y me entiendo pero a la vez ese mujeriego que no me quiere como yo lo quiero?
¿Por qué tiene que ser ese chico que tanto me encanta?
No paraba de llorar sentada en un banco de la plaza.
¿Por qué él tiene que ser tan importante para mi?
Mi celular empezó a sonar. Tomas.
Tomas. Él me puede ayudar a olvidar a ese pelotudo. No me importa si Bautista lo odia, puedo hacer lo que quiera.
Aparte esta bueno. Odio su personalidad tan arrogante pero eso es lo que menos me importa, solo necesita cualquier chico que me haga olvidar a Felipe.
-Hermosa- dijo Tomas
-Tomas- dije- como estas?
-Muy bien preciosa- dijo- que estás haciendo?
-En mi casa, aburrida- menti
-No te gustaría divertirte un rato?- dijo
-Si obvio- dije
-Puedo pasar por vos en media hora?- dijo- juro que no te vas a arrepentir
-Me parece perfecto- dije
-Nos vemos, preciosa- dijo
Después de la llamada, fui directo hacia mi casa.
Escuche la bocina del auto. Tomas ya estaba acá.
Abri la puerta y el estaba apoyado en su auto mirándome.
Me acerque a él y le di un beso en la mejilla.
Tomas me abrió la puerta y entre a su auto. El hizo lo mismo.
-A donde querés ir?- dijo
-No se- respondi- pensé que tenias algo planeado- dije- no tengo nada en mente
-Podemos ir a mi casa y después a una joda que queda cerca- respondio- pero no quería incomodarte y por eso te doy la opción de elegir
¿Tomas esta loco? ¿Estar a solas con él y después ir a una joda?
-Pensandolo bien, si tengo algo en mente- dije- podríamos ir al cine?
-Si- dijo con una sonrisa
Ya nos encontrábamos haciendo la fila para comprar los pochoclos y entrar a la sala.
Íbamos a ver "La cabaña del terror". La eligió el.
Películas de terror que producen de todo, menos miedo.
Entramos a la sala y nos sentamos. Esta película estaba bastante aburrida y ya los pochoclos se habían terminado.
Agarre su mano y lo miré. Tomas me sonrió.
Me acerque a él lentamente y me agarró de la cintura.
Mis labios hicieron contacto con los suyos.
No sé cómo Felipe, pero te juro que te voy a olvidar.
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Eres mía, princesa
Genç KurguNo tenían muchas cosas en común...sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la altura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes. Él era dueño de sí mismo, ella era una niña insegura. Ella era su princesa...