Capitulo 39

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Narra Cami:

El auto continuaba siguiendome. ¿Qué se supone que haga ahora?

Ese maldito auto no me va a dejar salir.

Estaba demasiado nerviosa.

No quería que nadie saliera de ahí.

La idea de que es alguien que me quiere hacer daño, hizo que me asustara mucho más.

¿Por qué siempre pienso en lo peor?

Sea quien sea, ahora mismo no tenía ni idea de dónde estaba.

Por comprobar si el auto me estaba persiguiendo, me desvíe totalmente.

¿Dónde estoy?

Tome mi celular y llamé a Olivia.

Pero ella no daba señales de vida.

Llamé a Titan y este tampoco.

-Mierda- grité

Empecé a ver mi lista de contactos, alguien tenía que venir y sacarme de acá.

Bautista. No, sé que no va a venir por mí. Probablemente creerá que tan sólo estoy inventando una excusa para que venga a hablar conmigo.

Felipe. No, no hay manera. No puedo simplemente llamarlo y decirle "No sé dónde estoy, veni por mí". No, no y no.

Ahora mismo me pregunto por que no tengo a Luz en mis contactos.

Sé que ella vendría por mí.

Mi papá.

Luz dijo que él vendría hoy.

Alguien se bajó del auto. Estaba tan oscuro que no podia ver muy quién era. Sólo sé que se acercaba a mí.

Empecé a llamar a mi viejo.

-Camila?- dijo cuando me atendió

-Papá ayúdame- dije

-Que paso?- dijo

-No sé dónde estoy- respondi- sólo sé que hay un auto detrás de mí- dije- me
estaban persiguiendo y me desvié, además está muy oscuro aca y no puedo ver nada

-Cálmate princesa, no te asustes- dijo- sólo respira y dame tu mejor intento
de decirme dónde estas

Sabia que no me iba a fallar. Sabía que él era justo a quien debia llamar.

-No lo sé- respondi- iba a ir al supermercado que queda fuera de la ciudad- dije- sabes cuál es?- pregunte- el que queda por la playa

-Sí, sí- dijo- ya sé cuál es

-Yo sólo quería probar si el auto me estaba persiguiendo- dije- recuerdo que giré a la izquiera y no sé cómo terminé en esta calle sin salida, pero está muy oscuro y necesito salir de acá

-Tengo una idea de dónde estás- dijo- quédate en el auto, Camila

-Bueno- dije

-No salgas de ahí- dijo- voy a buscarte

El hombre empezó a tocar la ventana, esperando que le abriera.

No, no le iba a abrir.

Estaba vestido de negro y llevaba lentes.

Recordé las palabras de mi papá y me hundí en mi asiento.

El hombre empezó a tocar con fuerza la ventana.

Las lágrimas corrían por mis mejillas y mis nervios aumentaron mucho más.

-Abre la puerta o te arrepentirás- gritó
el desconocido y se acercaron otros dos
hombres más

Eres mía, princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora