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— Quiero estar ahí contigo, mi amor... — Dijo con una voz suave que era exclusiva para su esposo. — Odio estar aquí, odio tener que ver todos los días al idiota de cabello en punta y Todoroki, quiero tenerte en mis bracitos y apachurrarte entero.

Izuku rió suavemente mientras sus mejillas se enrojecian. Katsuki lo habia llamado por videollamada en el horario de almuerzo, quien habia tomado una mision de dos días, lejos, en otra ciudad.

— Kacchan, eres tan meloso. — Sonríe mientras seguía calificando a sus alumnos en el salón de profesores, mientras que comía un poco. — Apenas te fuiste hoy, incluso me viniste a dejar a la academia.

Katsuki frunció el ceño al otro lado de la pantalla, cruzando los brazos como si estuviera siendo injustamente acusado.

— No soy meloso — replicó, su voz volviendo a ese tono más duro, pero aún así cálido. — Solo te extraño, maldita sea. ¿Qué tiene de malo eso?

Izuku dejó escapar una risa más fuerte, sacudiendo la cabeza con cariño.

— No tiene nada de malo, Kacchan. — Sus ojos brillaron con ternura mientras dejaba el bolígrafo y se enfocaba en la pantalla. — También te extraño, mucho... Pero también quiero que te cuides. Es solo un par de días, ¿recuerdas?

Katsuki bufó, mirando hacia otro lado como si quisiera ocultar el leve rubor que se extendía por sus mejillas.

— Sí, lo sé... Es solo que... — Se interrumpió, luchando por encontrar las palabras. Sus ojos finalmente regresaron a la pantalla, mostrando un destello de vulnerabilidad que rara vez dejaba ver. — No es lo mismo sin ti. Odio dormir solo.

Izuku sintió una oleada de afecto en su pecho. Era en esos momentos cuando Katsuki bajaba la guardia que Izuku podía ver cuánto significaba para él. No solo como su esposo, sino como su hogar, su refugio.

— Lo sé, Kacchan — murmuró Izuku, su voz suave y reconfortante. — Yo también odio dormir sin ti. Pero estaremos juntos de nuevo muy pronto. Y cuando llegues, te prometo que te apachurraré tanto que no querrás irte nunca más.

Katsuki esbozó una pequeña sonrisa, una que solo Izuku podía arrancarle.

— Más te vale, Deku — dijo con una pizca de su típico desafío, aunque sus ojos revelaban la suavidad de sus palabras. — Quiero que estés listo cuando vuelva. Y no te vayas a olvidar de comer y dormir bien mientras no estoy, ¿me oyes?

Izuku asintió, llevándose una mano al corazón en un gesto dramático.

— Sí, señor Pro Hero Dynamight, haré exactamente lo que me ordene.

Katsuki rió suavemente, sacudiendo la cabeza.

— Eres un tonto, Zuzu... Pero eres mi tonto.

Izuku sonrió con calidez, sabiendo que aunque estuvieran separados por unos días, su conexión era más fuerte que cualquier distancia. Con una última mirada amorosa, Katsuki susurró:

— Te amo, Deku.

— Te amo más, Kacchan — respondió Izuku con una sonrisa, sintiendo cómo la calidez de sus palabras le llenaba el pecho de alegría.

Justo cuando Izuku estaba a punto de despedirse, el sonido estridente de una alarma resonó por todo el edificio de U.A., haciendo que el corazón de Izuku diera un vuelco. Su mirada se endureció inmediatamente, y se puso de pie con rapidez.

— ¡¿Qué fue eso?! — Preguntó Katsuki con el ceño fruncido, la preocupación en su voz era evidente.

Izuku apenas pudo dirigirle una mirada antes de que una voz automatizada resonara por los altavoces de la academia.

Midoriya-sensei ||BKDK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora