Extra +18.-

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Katsuki tomó con suavidad su mano y la besó, mirando intensamente con sus ojos color fuego hacia el verde bosque frente a él, provocando un gran incendio forestal en sus corazones.

Izuku sintió su corazón acelerarse bajo la mirada ardiente de Katsuki, como si aquellas llamas rojas le atravesaran el alma. Los dedos de Katsuki se entrelazaron lentamente con los suyos, y la suavidad de ese toque contradecía por completo la intensidad en sus ojos. Era una promesa implícita, un anhelo contenido que ambos habían intentado ignorar por demasiado tiempo.

— Nos vemos, anciano. — Katsuki le guiña el ojo a All Might antes de jalar a Izuku y llevarselo, aprovechando de usar su nuevo traje.

— ¡Puedo flotar! — Grita emocionado, el traje brillaba en verde neon mientras se elevaban en el aire.

— Jamás te daría algo mediocre, Izuku. 

Izuku no podía dejar de sonreír mientras sentía la energía del traje fluir por su cuerpo, levantándolo junto a Katsuki en el aire. La vista de la ciudad a sus pies se expandía en una mezcla de luces, pero nada era tan deslumbrante como la sonrisa confiada de Katsuki a su lado. Aún entre el ruido del viento y la altura, podía oírlo claramente.

— ¡Esto es increíble! —exclamó Izuku, sintiendo la libertad como nunca antes, con su corazón latiendo acelerado entre la emoción y la cercanía de Katsuki.

Katsuki, sin soltar su mano, lanzó una mirada rápida hacia él y luego al cielo. Parecía orgulloso, pero también había un brillo en sus ojos que no solía mostrar con facilidad.

— Claro que lo es, nerd —respondió, y su voz, aunque arrogante, tenía un tono de ternura casi inaudible—. Todo eso, solo para ti.

Izuku lo miró de reojo, sintiendo que sus mejillas se calentaban más. Había tantas palabras que quería decir, tantos sentimientos que quería expresar, pero se limitó a apretar un poco más la mano de Katsuki. En ese momento, entendía que ese apoyo silencioso era más que suficiente.

Flotaban juntos sobre la ciudad, y en el silencio de ese vuelo, cada segundo compartido era una promesa. Katsuki, al ver la expresión brillante de Izuku, sus labios formaron una sonrisa.

— Prepárate, Deku —dijo, acelerando en el aire—, apenas estamos comenzando.

En poco tiempo, Katsuki guió a Izuku hacia la azotea de un edificio alto, sus figuras iluminadas apenas por el reflejo de las luces de la ciudad. A medida que aterrizaban suavemente en la superficie de concreto, la brisa fría los envolvió, aunque la intensidad de sus miradas desmentía cualquier posible distancia.

Katsuki lo jaló con suavidad hacia él, el agarre de sus manos aún firme, pero ahora con una proximidad que encendía cada fibra de Izuku. Sin apartar sus ojos de los de él, Katsuki alzó una mano para apartar un mechón de cabello del rostro de Izuku, y la suavidad de ese simple gesto envió una corriente de calor que le recorrió de pies a cabeza.

— Te dije que te diría todo, ¿no, mi amor? —murmuró Katsuki en un tono bajo, y sus labios formaron una leve sonrisa.

Izuku tragó saliva, sintiendo la tensión del momento. Sus corazones latían al unísono, y esa cercanía, tan anticipada y tan sutilmente explosiva, hacía imposible para él pensar en otra cosa. Con un susurro apenas audible, Katsuki volvió a entrelazar sus manos, esta vez más cerca, sus dedos entrelazados en un gesto íntimo y protector.

— Pero... ¿Sabes algo? — Sus labios empezaron a rozar los contrarios, mientras lo acorralaba contra una pared sobre la azotea. — El traje no es gratis.

— Kacchan, esto es practicamente público... — Se sonroja. — ¡Podría pasar un elicoptero y grabarnos!

— Entonces demosle un buen show, ¿no? — Susurró suave con los ojos entrecerrados mientras su aliento caliente golpeaba el contrario, debilitandolo en un suspiro. — Te amo.

Midoriya-sensei ||BKDK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora