I: Y todo empezó con...
... La Cosecha
.
.
.
.
.
.
.Coriolanus:
El abrasador calor del cuatro de julio se encontraba cayendo sobre mí como una opresiva manta asfixiante y húmeda que amenazaba con resquebrajar la pulcra y pulida apariencia de elegante refinamiento que, tal vez, con demasiado esfuerzo, yo intentaba proyectar mientras subía los amplios escalones de La Academia del Capitolio recordándome mentalmente que este día, el día de La Cosecha, todo tenia que salir mil veces mejor que cualquiera de los otros días del ciclo escolar que habían quedado atrás. Aquel acostumbrado deje de elegancia y las apariencias eran todo lo que yo tenia, de hecho, eran todo lo que mi familia, la alguna vez reconocida y opulenta familia de los Snow tenía y era por eso que este día todo tenia que ser más que perfecto y yo no podía permitirme el lujo de dejar que el inclemente calor de inicios del verano, el estómago medio vacío o el penetrante olor a caléndula y papas que desprendía la elaborada camisa en la que Tigris había trabajado con tanto ahínco, arruinasen el solemne momento por el que día tras día yo me había esforzado tanto manteniendo el promedio perfecto y la asistencia impecable que me convertiría en el merecido ganador del premio Plinth que hoy me sería otorgado, un enorme paso en el sinuoso camino que me permitirá a mí y solo a mí levantar los escombros de la casa Snow, devolviéndola a su antigua gloria donde siempre pertenecería. Era por eso que hoy, hasta el más mínimo de los detalles tenia que ser perfecto.
—Coriolanus Snow —una suave y encantadora voz femenina capto mi total atención, elevándose por encima del caótico ajetreo de profesores y estudiantes yendo de un lado a otro en la majestuosa entrada de La Academia en esta mañana de La Cosecha donde los ánimos de todos eran un poco caóticos, por decir lo menos.
—Clemmie —dije educamente a modo de saludo, volviendo mi cabeza hacia atrás para posar mi mirada sobre la susodicha que se encontraban avanzando por el pasillo de entrada de La Academia con una gracia y una altivez que no solo eran naturales sino que dejaban ver a todas luces que desde los Días Oscuros, los Dovecotte no habían tenido un solo día de carencia.
ESTÁS LEYENDO
ʟɪᴋᴇ ᴀ ᴠɪʟʟᴀɪɴ | ᴄᴏʀɪᴏʟᴀɴᴜꜱ ꜱɴᴏᴡ
Hayran Kurguᶜᵒʳⁱᵒˡᵃⁿᵘˢ ˢⁿᵒʷ ˣ ᵐᵃˡᵉ ᵒᶜˢ ᵂʰᵉⁿ ᵗʰᵉ ᶜᵘʳᵗᵃⁱⁿˢ ᶜᵃˡˡ ᵗʰᵉ ᵗⁱᵐᵉ ʷⁱˡˡ ʷᵉ ᵇᵒᵗʰ ᵍᵒ ʰᵒᵐᵉ ᵃˡⁱᵛᵉ? ᴵᵗ ʷᵃˢⁿ'ᵗ ʰᵃʳᵈ ᵗᵒ ʳᵉᵃˡⁱᶻᵉ ˡᵒᵛᵉ'ˢ ᵗʰᵉ ᵈᵉᵃᵗʰ ᵒᶠ ᵖᵉᵃᶜᵉ ᵒᶠ ᵐⁱⁿᵈ Los décimos juegos del hambre pasaron a la historia del Capitolio como uno de los capítulos más turbul...