Capítulo 02.

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Taehyung aún podía percibir el suave aroma a pino fresco en el aire, a pesar de que la figura de Jungkook ya había desaparecido. Esa fragancia amaderada se aferraba a sus sentidos, como si se negase a abandonarlo. Mientras recogía los materiales de clase, su lobo ronroneaba en su interior, complacido con la sensación de seguridad que ese olor le había provocado. "¿Por qué me afecta tanto?" pensó, tratando de enfocarse en su tarea, aunque su mente continuaba vagando hacia el alfa de cabello rojo.

El omega recordaba su interacción con Jungkook esa mañana. Aunque ya lo había visto brevemente en sus primeros días, este encuentro había sido diferente. La intensidad con la que el alfa lo había mirado se quedó grabada en su memoria. "Tal vez solo estoy exagerando..." se repetía, pero su lobo seguía insistiendo, lanzando suaves oleadas de dulzura que apenas podía controlar. El suave aroma floral que desprendía cada vez que recordaba a Jungkook solo confirmaba lo que su instinto le estaba diciendo: algo especial había en ese alfa.

Aún así, su mente se distraía con detalles que no podía ignorar. La vibrante cabellera roja de Jungkook, perfectamente despeinada de una manera atractiva, lo hacía destacar como un faro en cualquier lugar. Taehyung se encontró recordando cómo ese color contrastaba con los tatuajes que cubrían los brazos del alfa, visibles bajo las mangas de su camisa arremangada. Esos tatuajes parecían contar una historia que él deseaba conocer. Aunque había conocido a otros alfas antes, nunca había sentido tanta curiosidad por alguien. ¿Sería posible que esa apariencia ruda escondiera un corazón cálido?

Mientras conversaba con algunos colegas sobre la actividad conjunta que realizarían, escuchó sin querer algunos comentarios sobre Jungkook. Al parecer, no solo él había notado la presencia magnética del nuevo profesor. Algunos mencionaban cómo su carisma había capturado rápidamente la atención de los niños y lo hábil que era para manejar cualquier situación. 

—¿Y cómo fue trabajar con él, Taehyung? Parece que se lleva bien con los niños.—Comentó la maestra Seo, una mujer alfa que siempre mostraba una leve curiosidad cuando se trataba de nuevos integrantes en el equipo. Ella arqueó una ceja, acercándose a Taehyung con una sonrisa interesada.—Debe ser agradable tener a alguien nuevo en el equipo, ¿No?

Taehyung se detuvo por un momento, sintiendo cómo su lobo interior se tensaba ligeramente ante la curiosidad en la voz de Seo. Era evidente que ella también había notado algo en Jungkook. "¿Por qué parece tan interesada?" se preguntó, sintiendo una pequeña punzada de algo que no lograba identificar. ¿Celos tal vez? No quería admitirlo.

—Fue... agradable. Parece muy dedicado y los niños lo adoran.—Respondió Taehyung, tratando de mantener un tono neutral, aunque no pudo evitar que su voz reflejara un ligero interés. La maestra sonrió, y Taehyung sintió una oleada de calor recorriéndole el cuerpo. Su lobo se movió inquieto, despertando ante la posibilidad de competencia. "¿Por qué siento que necesito protegerlo?" se preguntó, aunque no encontraba una respuesta clara.

—Oh, ¿dedicado? Eso suena prometedor.—Seo respondió, acercándose un poco más, como si quisiera obtener más detalles.—¿Y qué te parece como alfa? A veces es difícil encontrar a alguien que realmente entienda la dinámica de la jerarquía en un ambiente como este, es tedioso lidiar con ellos. 

Taehyung parpadeó, sorprendido por la pregunta. Su lobo interior gruñó, sintiendo una ligera amenaza en la manera casual en que Seo había formulado la pregunta. No es que ella estuviera siendo hostil, pero Taehyung podía percibir un interés que iba más allá de lo profesional. "¿Está tratando de medirlo?" pensó, y sintió que su lobo quería intervenir, proteger el terreno que de alguna manera ya consideraba suyo.

—Jungkook parece... tener un buen control de sí mismo.—Respondió finalmente, eligiendo sus palabras con cuidado.—Se nota que es un alfa fuerte, pero también sabe cómo ser suave cuando es necesario. Los niños se sienten cómodos a su alrededor, y eso es lo más importante.

—¿De verdad? Eso es impresionante.—Murmuró la mujer, evidentemente interesada.—No todos los alfas entienden cómo equilibrar esa fuerza con la suavidad necesaria para trabajar con niños pequeños. Me imagino que debe haber sido interesante ver cómo se desenvolvía en la actividad de hoy.

—Lo fue.—Admitió el omega, y su tono se suavizó al recordar cómo Jungkook había manejado a los niños, cómo había sonreído con tanto cariño mientras interactuaba con ellos. Sin darse cuenta, el aroma floral de Taehyung se intensificó, un reflejo involuntario de los cálidos sentimientos que se estaban gestando en su interior. Seo lo notó, y una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

—Debes tener una opinión bastante favorable de él, ¿Verdad? Parece que tu lobo lo acepta también.—Murmuró la alfa, inclinándose un poco más cerca, como si estuviera compartiendo un secreto.

El corazón de Taehyung dio un pequeño vuelco. No quería admitirlo, pero no podía negar la verdad. Su lobo se sentía atraído por Jungkook, tal vez más de lo que estaba dispuesto a aceptar.—Es... Es un buen compañero de trabajo.

—Bueno, si necesitas ayuda para saber más sobre él, ya sabes dónde encontrarme.—Respondió Seo con un guiño antes de alejarse, dejándolo con una mezcla de emociones que no sabía cómo procesar.

El omega perdió de vista a la mujer tan pronto como desapareció de su lado, dejándolo desconcertado con su conversación. Tomó un sorbo de su té antes de salir de la sala de maestros, necesitando organizar las últimas cosas en su aula para las siguientes actividades del día, tratando de mantenerse ocupado en algo. 

"No debería dejarme llevar tan rápido... pero es que no puedo evitarlo." Taehyung se regañaba a sí mismo mientras intentaba concentrarse en su trabajo. Sin embargo, su lobo, siempre atento, seguía liberando ese delicado aroma floral cada vez que el nombre de Jungkook rondaba sus pensamientos, como si su cuerpo reconociera algo que su mente aún intentaba procesar.

Más tarde, mientras llevaba a los niños al patio de juegos, Taehyung sintió un ligero escalofrío en la espalda. El aroma familiar a pino fresco volvió a envolverlo, y al girar la cabeza, allí estaba Jungkook. El alfa caminaba hacia él con una sonrisa fácil, y Taehyung sintió su corazón latir con más fuerza. Los mechones rosados de su cabello se movían ligeramente con la brisa, mientras su lobo se mantenía alerta, emitiendo un ronroneo de satisfacción al tener al alfa cerca. Los ojos de Jungkook se posaron en él, recorriendo cada detalle de su rostro con una intensidad que lo hizo ruborizar.

—Nos vemos luego, Taehyung.—Murmuró el alfa con una voz suave, pero con la suficiente firmeza como para hacer que los sentidos de Taehyung se agudizaran. El aroma a pino se intensificó momentáneamente, como si el lobo de Jungkook también estuviera marcando territorio de manera sutil.

—Hasta luego, Jungkook.—Respondió Taehyung, sintiendo una extraña mezcla de anhelo y expectativa en su interior. Su lobo se acurrucó internamente, complacido por el breve encuentro. "¿Será que él siente lo mismo?" se preguntaba mientras lo veía alejarse.

El resto del día transcurrió sin mayores incidentes, pero la imagen del alfa de cabello rojo permanecía grabada en su mente. Algo había cambiado, y aunque no supiera exactamente qué, la anticipación por descubrirlo le daba una energía que no sentía desde hacía tiempo. Mientras miraba por la ventana al final de la jornada, el sol se reflejaba en sus ojos, dándole un brillo nostálgico. "¿Qué me está pasando?" pensó mientras su lobo seguía ronroneando, ansioso por más interacciones.

Pero mientras comenzaba a divagar más en los pocos encuentros con el alfa, no fue hasta que se percató de un detalle que, en su momento, no le tomó tal importancia, pero que ahora parecía más prometedora la idea de seguir pensando en el alfa pelirrojo.

La mención de sus nombres de pila había sido la mejor casualidad de su vida, ¿Por qué su nombre sonaba tan bien entre los labios de Jungkook? Dios, no debía de sonar de esa manera, simplemente se trataba de su nombre, no había nada especial en ello, no podía permitirse sobrepensar la situación.

Sin embargo, sabía que su vida estaba a punto de cambiar de alguna manera. Con una leve sonrisa, se prometió estar más atento la próxima vez que se encontraran, buscando cualquier señal que le indicara si estos sentimientos eran mutuos. 

Heartbreak Weather | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora