Capítulo 13.

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El sonido del timbre marcaba el final de otro día escolar. Los niños, llenos de energía, salían corriendo de las aulas hacia el patio, dejando un eco de risas y pasos apresurados. Taehyung, por su parte, se quedó unos minutos más en su salón, ordenando los papeles en su escritorio, inmerso en sus pensamientos. Su brazo aún no se había recuperado por completo, y a pesar de que volvía a su rutina, sentía que algo había cambiado.

No era solo su brazo. Era Jungkook.

Desde aquel primer beso que compartieron en un impulso mutuo, las cosas entre ellos parecían más delicadas, más inciertas. No era que algo estuviera mal, pero había una sensación de estar en un limbo, donde ambos sabían que había algo más, pero ninguno quería presionar al otro para definirlo. Jungkook, como siempre, estaba presente, ayudándolo cuando lo necesitaba, compartiendo momentos tranquilos entre clases y vigilando que no se sobrecargara, pero el aire entre ellos seguía lleno de lo no dicho.

Taehyung salió de su aula, cerrando la puerta suavemente detrás de él. Justo cuando giraba en el pasillo, lo vio. Jungkook estaba en la entrada, apoyado contra la pared, como si lo hubiera estado esperando.

—¿Tienes algo que hacer esta tarde?—Preguntó el alfa con una pequeña sonrisa. Su voz sonaba relajada, pero Taehyung notó una cierta expectación en su mirada.

Taehyung lo miró, un poco sorprendido por la propuesta, pero su corazón dio un pequeño salto.

—No, no realmente. Solo tenía pensado descansar.—Respondió, encogiéndose de hombros.

Jungkook asintió, sus ojos brillando con una chispa de entusiasmo.

—¿Te gustaría salir conmigo un rato? No tiene que ser nada formal, solo... algo para relajarnos.—Dijo, su tono calmado pero lleno de intención.

Taehyung sintió una oleada de nervios mezclados con curiosidad. La idea de pasar tiempo juntos fuera de la escuela, en un contexto más íntimo, era algo que le atraía, pero también lo asustaba. ¿Qué significaba realmente para ellos?

—Claro, me encantaría.—Respondió finalmente, tratando de mantener la calma en su voz, aunque el leve sonrojo en sus mejillas lo traicionaba.

El alfa sonrió mientras se abrochaba la chaqueta. Esta era la oportunidad perfecta para conocerse de verdad, más allá del trabajo y las responsabilidades. Esta vez, el omega no estaba herido ni había prisa alguna.

Ambos llegaron al restaurante en poco tiempo, encontrándose a solo unas cuadras de la escuela, lo que los hizo sonreír con un leve toque de complicidad. Jungkook abrió la puerta para Taehyung, y pronto estaban sentados en una pequeña mesa en la esquina, alejados del bullicio principal. El lugar tenía un ambiente cálido, con paredes de ladrillo y mesas de madera, iluminadas por luces tenues.

—Este lugar es agradable, ¿No te parece?—Comentó Jungkook mientras echaba un vistazo al menú.—No es demasiado grande, pero se siente acogedor. 

—Sí, es perfecto.—Respondió el omega con una sonrisa tímida.—No me siento tan cómodo en lugares sofisticados, prefiero algo más... como esto. 

Mientras hacían sus pedidos, la conversación comenzó de forma ligera y algo trivial. Hablaron del trabajo, de cómo Taehyung se sentía al regresar después de su recuperación, y Jungkook le confesó que había estado preocupado por él esos días. 

—Nunca dejaste de pensar en el trabajo, ¿Verdad?—Bromeó el alfa, lo que hizo que Taehyung riera suavemente.

—No es eso... bueno, tal vez un poco.—Admitió Taehyung, bajando la mirada hacia la mesa.—Pero creo que es porque me gusta lo que hago.

Heartbreak Weather | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora