Epílogo.

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El aire nocturno se colaba por las ventanas entreabiertas del hogar que ahora compartían. Taehyung y Jungkook estaban sentados en el sofá de la sala, frente a una mesa en la que reposaba una botella de vino a medio vaciar y dos copas de cristal con pequeñas gotas que reflejaban la tenue luz de las velas. Era su aniversario, y habían decidido celebrarlo en casa, en la intimidad de lo que ahora llamaban su refugio.

Taehyung dejó escapar un suspiro mientras miraba a Jungkook, sentado a su lado, con una cálida sonrisa dibujada en los labios. Sus dedos jugaban distraídamente con los bordes de su copa, pero sus ojos estaban perdidos en los recuerdos de todo lo que habían compartido. Ese día, exactamente un año atrás, había sido el comienzo oficial de su historia juntos, aunque ambos sabían que todo había comenzado mucho antes.

—¿Recuerdas nuestra primera cena juntos?—Preguntó Taehyung de repente, rompiendo el silencio cómodo que los envolvía. Jungkook levantó la vista, sus ojos brillando con la misma calidez de las velas.

—¿Cómo olvidarlo?—Respondió él con una suave carcajada.—No sabía si estaba más nervioso por quemar la comida o por decirte cómo me sentía.

Ambos rieron, recordando ese primer intento de cocinar juntos, cuando entre risas y pequeños accidentes en la cocina, habían dejado salir algo más que simples palabras triviales. Había sido un día en el que todo parecía conspirar para que sus sentimientos por fin se revelaran, en el que se sinceraron y cruzaron una barrera invisible que los había acercado más que nunca.

—Tampoco olvidemos el incidente en el baño, la vez que tuve el brazo lastimado y por querer abrir la puerta, terminé aún más lastimado de lo que estaba.—Susurró el omega con una carcajada, negando divertido.

—Lo recuerdo perfectamente, creí que no había un mayor peligro cerca de ti, que tú mismo. 

—A veces me cuesta creer cuánto hemos avanzado desde entonces.—Comentó Taehyung, dejando su copa en la mesa para girarse y mirarlo de frente.—Es como si el tiempo hubiera volado, pero a la vez siento que hemos compartido toda una vida juntos.

Jungkook sonrió, extendiendo su mano para entrelazarla con la de Taehyung, acariciando suavemente el dorso de sus dedos. Ambos sabían que habían crecido como individuos y como pareja, superando las inseguridades que al principio los habían inquietado. Ahora compartían no solo un hogar, sino una vida llena de pequeñas rutinas y momentos extraordinarios, todos significativos porque los vivían juntos.

—Y pensar que todo empezó de manera tan simple.—Musitó Jungkook, acariciando el anillo que había colocado en el dedo de Taehyung hacía algunos meses, una promesa silenciosa de todo lo que querían construir juntos.—Aunque debí de esperarlo, porque desde el primer momento en que te ví no fui el único que pareció encantado con tu presencia, sino también mi lobo. Jamás habíamos coincidido lo suficiente, pero teniéndote cerca, pareciera que nos convertimos en uno solo, queríamos exclusivamente tu atención pero no sabía de qué manera acercarme.—Confesó, sintiendo a su propio lobo removerse ante el recuerdo, envolviendo su cola a su alrededor.—Un día estábamos cocinando y al siguiente... ya no quería imaginar un futuro en el que no estuvieras a mi lado.

Taehyung lo observó en silencio, sus ojos brillando con una mezcla de amor y gratitud. Jungkook siempre había tenido una manera sencilla y honesta de expresar sus sentimientos, lo que hacía que cada palabra que saliera de su boca sonara aún más genuina.

—¿Y qué piensas ahora?—Preguntó el pelirrosa, curiosidad genuina en su voz.

Jungkook miró hacia el techo, como si estuviera buscando las palabras adecuadas. Luego regresó la vista hacia él, su rostro iluminado por la serenidad de sus pensamientos.

—Pienso en todo lo que hemos vivido y todo lo que nos queda por vivir.—Respondió con suavidad.—Este último año ha sido increíble, y aunque hemos tenido nuestras pruebas, nunca he estado tan seguro de algo en mi vida. Quiero seguir construyendo esto contigo, quiero seguir teniendo noches como esta, en nuestro hogar, riendo de nuestras tonterías y compartiendo el silencio.

Taehyung sintió su corazón hincharse con las palabras de Jungkook. Era increíble pensar en lo lejos que habían llegado. Recordó con una sonrisa los primeros días en que dudaba de si debía abrirse completamente a él, las miradas furtivas en la sala de maestros, los pequeños momentos de inseguridad que ya parecían tan lejanos. Ahora, esas inseguridades se habían desvanecido, reemplazadas por una certeza que llenaba cada rincón de su vida.

—Sabes, a veces me pregunto cómo sería todo dentro de unos años.—Murmuró el omega, su voz suave.—No me imagino este lugar sin ti, sin todo lo que hemos creado juntos.

—Ni yo.—Respondió de vuelta, apretando suavemente la mano de Taehyung.—Quiero que tengamos más de estos momentos. Y quién sabe... tal vez un día no solo estemos nosotros compartiendo este hogar, pero eso el tiempo lo decidirá. 

La mirada de Jungkook estaba llena de un cariño profundo y de la emoción por un futuro compartido. Taehyung sintió que su corazón daba un vuelco ante la idea. Aunque aún no habían hablado explícitamente de formar una familia, sabía que ese era un paso que tarde o temprano ambos desearían dar. La idea de pequeños correteando por el hogar que compartían lo llenaba de una emoción cálida.

Taehyung se había planteado en varias ocasiones su vida con hijos, y no le desagradaba la idea en absoluto, pero aún creía que tenían varias cosas por experimentar antes de llegar a ese paso. Aunque su lobo se removiera en descontento y exigiera que el momento se apresurara, tenía que recordarle constantemente que aún había tiempo por delante para disfrutar hasta que ese momento específico llegara. 

—Me gustaría eso.—Admitió el omega, inclinándose un poco más hacia Jungkook.—Pero, por ahora, estoy feliz con lo que tenemos. Quiero seguir construyendo este futuro contigo, sin prisa. Solo nosotros. Lo demás podremos definirlo con el tiempo. 

Jungkook asintió, sonriendo al sentir la calidez de Taehyung tan cerca. Se inclinó hacia él, cerrando la distancia entre ambos para depositar un beso suave en su frente.

—Tenemos todo el tiempo del mundo.—Susurró el alfa contra su piel.—Y no cambiaría nada de lo que tenemos por nada.

Taehyung sonrió, cerrando los ojos al sentir los labios de Jungkook. Sabía que estaban en el lugar correcto, en el momento correcto. Cada paso que habían dado los había llevado hasta ese instante, hasta esa vida que habían comenzado a construir juntos.

El resto de la noche transcurrió entre pequeñas conversaciones, risas y recuerdos, pero ambos sabían que ese momento no era solo una celebración de lo que habían sido, sino una promesa de lo que aún serían. Allí, en la intimidad de su hogar, bajo la luz suave de las velas, celebraban no solo su aniversario, sino todo lo que el futuro les deparaba juntos.


Fin.

Heartbreak Weather | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora