Capítulo 12.

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El primer día de regreso de Taehyung a la escuela fue más emotivo de lo que había anticipado. Los niños lo recibieron con sonrisas brillantes y abrazos sinceros, como si hubieran estado contando los días para que su querido maestro volviera. Desde el momento en que puso un pie en el salón, el calor de sus pequeños alumnos lo envolvió, disipando cualquier incomodidad que pudiera haber sentido por estar ausente.

—¡Maestro Kim!—Exclamó uno de los niños, corriendo hacia él con los brazos abiertos.

Taehyung se agachó para recibir el abrazo, riendo ante la efusividad de los pequeños.—Mis pequeños amores, me da mucho gusto volver a verlos, a todos ustedes. 

—¿Ya se siente bien?—Una de las pequeñas preguntó, sus ojos observándolo atentamente con preocupación. 

El omega asintió, mostrando una sonrisa para calmarla.—Estoy mejorando, pero ahora estoy mucho mejor por tenerlos a todos ustedes recibiéndome. ¿Por qué no entramos al aula? Les contaré cómo me fue en estos días y ustedes me pondrán al día con lo que hicieron mientras me recuperaba. 

En ese momento, todo parecía perfecto, como si todo volviera a su normalidad. A lo largo del día, sus alumnos le hicieron preguntas, curiosos por saber cómo se sentía y qué había pasado con su brazo. Taehyung respondió pacientemente, asegurando a todos que ya estaba bien y listo para estar con ellos de nuevo.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que las cosas comenzaran a sentirse diferentes.

Durante los recesos, Taehyung notó cómo Jungkook se acercaba más a él que antes, con una expresión protectora que a veces lo hacía sentir abrumado. El alfa se mantenía atento, como si estuviera siempre vigilante de cualquier cosa que pudiera molestar a Taehyung, algo que le agradecía profundamente, pero que también comenzaba a llamar la atención de los demás.

En una de las pausas para el almuerzo, cuando Taehyung estaba organizando algunos materiales en su escritorio, escuchó a Jungkook acercarse. Levantó la vista, y ahí estaba, con una sonrisa tranquila en los labios.

—¿Cómo te sientes hoy?—Preguntó el alfa, su tono suave y preocupado.

—Mejor, gracias.—Respondió Taehyung, con una pequeña sonrisa que no pudo evitar. Había algo reconfortante en saber que Jungkook se preocupaba tanto por él, pero sentía que las miradas a su alrededor comenzaban a pesar más de lo que le gustaría.

—¿Tomaste tu medicamento? Recuerda tomarlo en el horario debido. 

El omega asintió, señalando aquella bolsa extra que comenzaba a cargar.—Lo tengo todo bajo control, no te preocupes. 

Desde la puerta del salón, algunas voces cuchicheaban. Podía oír a sus compañeros de trabajo murmurando, aunque no alcanzaba a escuchar del todo lo que decían. Pero sabía. Sabía que los rumores habían comenzado, que la cercanía entre él y Jungkook estaba siendo motivo de conversación.

Más tarde ese mismo día, mientras caminaba por los pasillos, notó que los murmullos no habían desaparecido. A su paso, algunos compañeros volteaban la cabeza, y otros fingían no haberlo visto, pero era claro que algo estaba sucediendo. No había pasado ni una semana desde su regreso, y ya podía sentir que todos estaban hablando de él, de Jungkook, de lo que podrían ser juntos.

Los rumores que llegaban a sus oídos solo aumentaban su incomodidad. Algunos decían que Jungkook y él estaban más que involucrados profesionalmente, otros insinuaban que su ausencia no había sido más que un pretexto para ocultar algo entre ellos. Y aunque Taehyung sabía que nada de eso era verdad, no podía evitar sentirse expuesto y vulnerable.

—Ahora que lo mencionan, ¿El maestro Jeon no estaba involucrado con otra de las maestras? 

—Él es apuesto, pero jugar con dos maestros al mismo tiempo nunca termina bien.—Murmuró con un gesto de horror. 

Intentó ignorarlo, pero cuando los murmullos comenzaron a llegar a sus alumnos, la situación se volvió aún más incómoda.

—¿Es verdad que el maestro Jungkook es su novio, maestro Kim?—Preguntó uno de los niños, con una inocencia que no dejaba de ser hiriente en medio del contexto.

Taehyung se quedó helado por un momento, mirando al pequeño sin saber qué responder. Respiró hondo y sonrió, tratando de calmar la situación.

—No, solo somos amigos.—Respondió amablemente, aunque en el fondo, la pregunta le revolvía las emociones.

A lo largo del día, más y más preguntas similares surgieron, y aunque intentó mantener la calma, por dentro sentía que estaba siendo arrastrado fuera de su zona de confort. Sabía que no debía sentirse avergonzado por su relación con Jungkook, pero ver cómo los comentarios y las miradas afectaban su vida profesional lo hacía sentirse más expuesto de lo que había anticipado.

Esa tarde, al final del día, cuando Taehyung estaba recogiendo sus cosas para irse a casa, Jungkook lo alcanzó antes de que pudiera salir del salón. El alfa parecía haber notado el cambio en el comportamiento de Taehyung y lo miró con preocupación.

—Tae, ¿Qué está pasando?—Preguntó Jungkook, acercándose a él. Sus ojos mostraban la preocupación que siempre lo caracterizaba cuando se trataba de Taehyung.

Taehyung se quedó en silencio por un momento, sintiendo cómo su pecho se apretaba. Sabía que eventualmente tendría que hablar sobre lo que sentía, pero no había esperado que fuera tan pronto. Jungkook, que hasta entonces había sido su refugio, ahora era también parte de lo que lo hacía sentir expuesto.

—Es un tanto complicado.—Murmuró, sin atreverse a mirar al alfa directamente a los ojos.

—¿Es por lo que dicen los demás?—Preguntó de vuelta, sabiendo de antemano la respuesta.

Taehyung asintió lentamente. Se sentía cansado, no solo físicamente por su recuperación, sino emocionalmente por todo lo que había estado enfrentando.

—No es justo que hablen de ti así.—Dijo el alfa, con un tono de molestia.—No tienen derecho a cuestionar lo que sea que esté pasando entre nosotros.

El omega lo miró, sus ojos brillando con una mezcla de gratitud y cansancio.

—Lo sé, pero es difícil cuando son tus compañeros, cuando incluso los niños empiezan a preguntar cosas... No quiero que esto afecte mi trabajo.—Admitió en voz baja, sabiendo que Jungkook entendería lo que quería decir.

Jungkook dio un paso más cerca, tomando suavemente la mano de Taehyung.

—Si esto te está afectando tanto, podemos mantener las cosas más... discretas, mientras se acoplan las cosas.—Sugirió el alfa, aunque en su tono se notaba cierta suspicacia. Jungkook no quería esconder lo que sentía por Taehyung, pero tampoco quería que el omega sufriera por ello.

Taehyung bajó la vista a su mano entrelazada con la de Jungkook. Parte de él quería aceptar la oferta de mantener las cosas más discretas, pero otra parte, una parte que se estaba fortaleciendo, sabía que tarde o temprano tendrían que enfrentar lo que los rodeaba.

—No quiero ocultarnos, no cuando te dije que vamos a intentarlo.—Dijo Taehyung finalmente, con una firmeza que sorprendió incluso a él mismo.—No debería tener que hacerlo, somos adultos y nuestros compañeros de trabajo también lo son. Solo necesito tiempo para... acostumbrarme, pero estaré bien. 

Jungkook lo miró con admiración, apretando suavemente su mano antes de soltarla.

—Entiendo. Y estaré aquí para lo que necesites, Tae.—Respondió con sinceridad.—Pero si en algún momento sientes que esto es demasiado, dímelo, ¿De acuerdo?

Taehyung asintió, agradecido por el apoyo incondicional de Jungkook. Sabía que las cosas no serían fáciles, pero con Jungkook a su lado, se sentía más capaz de enfrentarlas.

Heartbreak Weather | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora