Heartbreak Weather | KV

Capítulo 16.

El día había empezado como cualquier otro. Taehyung se encontraba en su rutina diaria, trabajando en la escuela y disfrutando del caos organizado que era su salón lleno de niños. Había pasado unas semanas desde que regresó a sus clases, luego de haber estado fuera por su incapacidad. Con su brazo casi completamente recuperado, se sentía más confiado cada día que transcurría, apenas un dolor perceptible en movimientos demasiados bruscos o el sobreesfuerzo de cargar algo muy pesado, pero todo eso lo recompensaba con sus pequeños estudiantes que lo recibieron con tanto entusiasmo que volver al trabajo, sintiéndose como un bálsamo para su mente. Sin embargo, algo había cambiado en su vida cotidiana, algo que lo hacía mirar el reloj de la pared más de lo habitual, esperando que las horas pasaran.

Y ese "algo" era Jungkook, aquel alfa pelirrojo que lo rondaban día y noche por sus pensamientos. 

Desde el accidente y el regreso a la escuela, el alfa había estado más presente que nunca en su vida, siempre pendiente de él, ya fuera llevándolo a sus citas médicas o acompañándolo de regreso a casa. Al principio, parecía ser un gesto de amistad y preocupación, pero con el tiempo, ambos empezaron a sentir que había algo más. No lo habían dicho en voz alta, pero estaba ahí, creciendo lentamente entre ellos. Algo en sus miradas, en la forma en que sus conversaciones se hacían más profundas, incluso en los silencios que compartían, sugería que las cosas estaban cambiando.

Esa noche en particular, Jungkook lo había invitado a su casa para cenar, algo que ya habían hecho antes, pero esta vez se sentía diferente. Había una emoción inexplicable, un nerviosismo en el aire que ni Taehyung ni Jungkook sabían cómo abordar, pero que ambos reconocían. El omega aceptó con una sonrisa y un pequeño nudo en el estómago, sabiendo que algo estaba por suceder, aunque no estaba seguro de qué.

Jungkook, por su parte, estaba ansioso. Se había dado cuenta hace tiempo de sus sentimientos por Taehyung, pero hasta ese momento no había encontrado la manera o el valor de expresarlo tan explícitamente. Había pasado muchas noches pensando en cómo podría abordar el tema, en cómo podía hacerle saber a Taehyung lo que sentía sin arruinar la relación que estaban construyendo. Esta noche, sin embargo, sentía que era el momento. No había nada en particular que lo señalara; simplemente lo sabía, lo sentía en su pecho.

Mientras Taehyung caminaba hacia la casa de Jungkook, repasaba mentalmente todos los momentos que habían compartido en los últimos meses: los días en que Jungkook lo ayudaba con las tareas más sencillas en la escuela, las risas compartidas durante sus paseos por el parque, o simplemente cuando se quedaban en silencio, disfrutando de la compañía del otro. Jungkook se había convertido en alguien que, sin darse cuenta, era fundamental para su día a día.

Al llegar, el alfa lo recibió con una sonrisa, esa sonrisa que siempre lograba calmarlo y a la vez ponerlo nervioso. La puerta se cerró detrás de Taehyung, y de inmediato sintió el calor acogedor de la casa de Jungkook, su perfume amaderado mezclándose con el aroma de la comida que ya comenzaban a preparar juntos.

—¿Listo para ser mi ayudante en la cocina?—Preguntó el alfa, tratando de mantener el tono ligero mientras sus nervios lo traicionaban internamente.

—Claro, aunque sigo pensando que fue un error confiarme el arroz.—Respondió el omega, con una risita que alivió un poco la tensión que ambos sentían.

—Porque confío en ti.—Porque confío en ti.—Respondió de vuelta, sonriendo mientras cortaba algunas verduras en la tabla de madera. Su voz tenía un tono juguetón, pero había verdad en sus palabras.

Ambos trabajaban en perfecta sincronía, moviéndose por la pequeña cocina como si fuera su espacio natural, compartiendo pequeños roces accidentales y risas. Preparar una cena juntos parecía algo trivial, pero en ese momento se sentía significativo, como si fueran dos piezas de un rompecabezas que lentamente se estaban acomodando.