Capítulo 04.

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El fin de semana había pasado rápidamente, y con él, la emoción contenida de Taehyung por volver a ver a Jungkook. Desde el evento de la comunidad, la imagen del alfa protegiéndolo seguía grabada en su mente. No podía dejar de pensar en la forma en que los tatuajes de Jungkook se habían tensado sobre sus músculos mientras lo sostenía, ni en el calor que había sentido cuando el aroma fresco y ligeramente cítrico del alfa lo envolvió. Decidió que debía agradecerle por haber evitado un incidente mayor, pero sabía que la pintura era solo una excusa para poder acercarse una vez más a él.

El sol comenzaba a filtrarse por las ventanas del aula, iluminando suavemente las mesas dispuestas en un semicírculo. Taehyung estaba organizando los materiales para la actividad del día cuando uno de los niños, Minho, se acercó corriendo con una sonrisa traviesa en el rostro.

—¡Maestro Tae! ¿Qué es eso?—Preguntó Minho, señalando una pequeña caja envuelta en papel dorado que descansaba sobre el escritorio del omega.

Taehyung, sorprendido por la repentina curiosidad del niño, sonrió nerviosamente mientras intentaba ocultar el regalo detrás de su espalda.

—Oh, esto... es solo un pequeño detalle para un amigo, Minho.—Respondió, sintiendo un leve rubor en sus mejillas.

Pero los niños, con su innata capacidad para percibir el entusiasmo de los adultos, no tardaron en rodearlo. Todos querían saber a quién iba dirigido el regalo y qué contenía.

—¿Es para alguien especial, maestro?—Preguntó Yuna, una de las niñas más perspicaces del grupo, mientras sus ojos brillaban con picardía.

Taehyung se agachó al nivel de los niños, aún sosteniendo la caja, y les susurró con una sonrisa cómplice.

—Bueno, sí... Es para alguien especial que ha sido muy amable conmigo. Quiero agradecerle por algo que hizo por mí.

Los niños soltaron un murmullo de aprobación, y Minho, que siempre había sido el más impetuoso, se cruzó de brazos con una expresión seria.

—¿Es un alfa, verdad? ¡Seguro que es el maestro nuevo!

El corazón de Taehyung dio un pequeño brinco ante la mención indirecta de Jungkook. No pudo evitar que una sonrisa suave se formara en sus labios mientras asentía ligeramente, sin querer revelar demasiado.

—Eso es un secreto.—Dijo, guiñándoles un ojo.—Pero no se lo digan a nadie, ¿De acuerdo? Quiero que sea una sorpresa, por lo que se debe de mantener entre nosotros. 

Los niños asintieron vigorosamente, disfrutando de la complicidad con su maestro. Pero dentro de Taehyung, el nerviosismo crecía junto con la emoción. No podía evitar imaginar cómo reaccionaría Jungkook al recibir el pequeño obsequio. ¿Sería algo que apreciaría? ¿Se daría cuenta de lo mucho que significaba para él?

Mientras los niños regresaban a sus tareas, Taehyung observó la caja dorada en sus manos. Su lobo interior, siempre protector, se removió con una mezcla de expectación y nerviosismo, queriendo impresionar al alfa que había captado su atención desde el primer encuentro. Taehyung respiró hondo, intentando calmar las emociones que se arremolinaban en su pecho.

El detalle que el omega había preparado se trataba de una pulsera de hilo trenzado que había hecho él mismo durante el fin de semana. Los colores oscuros y el diseño sencillo le recordaban al estilo que había visto en Jungkook, y esperaba que le gustara. Sin embargo, mientras se dirigía al salón del alfa para entregárselo, escuchó una conversación entre algunos niños y una maestra que lo detuvo en seco.

—El maestro Jungkook es tan guapo.—Decía uno de los niños, con admiración en su voz.

—¡Sí, lo es!—Respondió otro, con un tono animado.—Mi mamá dice que todos en la escuela lo notan, incluso las maestras. Y escuché que le gusta la maestra Yoonji.

Heartbreak Weather | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora