Capítulo 03.

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La feria comunitaria estaba en pleno apogeo en la pequeña ciudad costera de Goseong. El bullicio de niños riendo, padres conversando y el suave sonido del mar de fondo creaban una atmósfera vibrante y acogedora. Los estandartes coloridos ondeaban al viento, y el dulce aroma de algodón de azúcar y galletas recién horneadas llenaba el aire, mezclándose con la salinidad de la brisa marina. La escuela había organizado este evento anual como una forma de integrar a las familias y al personal docente, fomentando un sentido de comunidad.

Taehyung, con su cabello rosado brillando bajo la luz del atardecer, estaba inmerso en su papel como el encargado de la estación de pintura para niños. Los pequeños estaban fascinados con la oportunidad de crear sus propios mundos en lienzos en blanco, y él, con su naturaleza paciente y su sonrisa constante, los guiaba con ternura. Su presencia irradiaba calidez, y no era de extrañar que todos los niños lo adoraran.

A unos metros de distancia, Jungkook observaba la escena con una mezcla de admiración y algo más profundo que apenas se atrevía a reconocer. Había llegado a la feria con la intención de familiarizarse más con la comunidad escolar, pero desde el momento en que vio a Taehyung entre la multitud, algo en su interior se había despertado. Su lobo, normalmente tranquilo, ahora estaba inquieto, rugiendo con una necesidad protectora que lo sorprendió.

El alfa se quedó un momento más en la distancia, sus ojos oscuros siguiendo cada movimiento del omega. Los mechones rosados de Taehyung caían sobre su frente, y de vez en cuando, los apartaba con un gesto suave, casi hipnótico para Jungkook. El rostro de Taehyung, con sus rasgos delicados y expresión concentrada, lo atraía como un imán. Sus labios, curvados en una ligera sonrisa mientras hablaba con los niños, capturaban la atención del alfa de una manera que no podía explicar.

—Es encantador, ¿Verdad?—Murmuró una voz a su lado, sacándolo momentáneamente de sus pensamientos. Era una de las maestras, que también había notado la escena.—Taehyung tiene una manera especial de conectar con los niños. Siempre tan atento, tan cariñoso... Es difícil no admirarlo.

Jungkook asintió, sin apartar la vista del omega.—Sí, es... impresionante.

La maestra sonrió, notando el tono de la voz de Jungkook.—Parece que le has echado el ojo, ¿Eh? No te culpo. Es un omega muy especial, es fácil tomarle cariño, ya trabajaron juntos ¿No es así?

Jungkook no respondió, pero su lobo interno gruñó con posesividad ante las palabras de la maestra. Era cierto, había algo en Taehyung que lo atraía de una manera que no había experimentado antes. No era solo su apariencia física; era la manera en que su presencia llenaba de vida el entorno, la paz que parecía emanar de su ser, el suave aroma a lavanda y miel que percibía incluso desde la distancia.

Finalmente, decidió acercarse. Necesitaba estar más cerca, confirmar lo que su instinto le decía. Caminó con paso firme hacia la estación de pintura, su lobo observando cada detalle con un agudo sentido de atención. Cuando llegó, la voz de Taehyung se suavizó aún más al notarlo.

—Vaya, esto parece muy divertido.—Comentó el pelirrojo, inclinándose ligeramente para observar el dibujo de uno de los niños. Su tono era casual, pero su corazón latía con fuerza, y el aroma natural del alfa, un cálido y profundo almizcle con toques de madera, se intensificó sin que pudiera evitarlo.

El omega levantó la mirada, sorprendido por la cercanía del alfa, y sus ojos se encontraron.—Sí, los niños están muy emocionados por poder mostrar su creatividad.—Respondió, tratando de mantener la compostura. Sin embargo, no pudo evitar notar el aroma proveniente del hombre, cubriendo la zona y envolviéndolo rápidamente. No le molestaba el olor en absoluto, en cambio, se sentía gustoso al ser un aroma agradable tanto para su lobo como para él.

Heartbreak Weather | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora