Solo Por Ti

°Vuelo repentino°

Narra Leah:

-Si el plan de Luana era hacerme pasar vergüenza, lamento decirte que le salió el tiro por la culata- Dije encogiéndome de hombro al leer las noticias de la semana.

¡Mi portada fue una locura!.

-Aunque me gustaría admitir que tuve miedo- Confesó Camille dándole un sorbo a su Frappucino.

-Por qué?-Indague buscando un respuesta por mi misma.

-Por tu salud mental, ya sabes cómo son los haters... En fin todo salió bien y es lo importante- Explicó.

-Si, menos mal- Afirmé mirándo a un punto fijo.

-Buenos días chicas- Hablo un chico mientras se sentaba en nuestra mesa.

-Que tal, Rodrygo?- Saludo Camille.

-Todo bien, gracias- Respondió él.

A todas estas yo seguia en mi trance, su conversación se escuchaba lejos como si estuviera dentro de una botella. Toda la situación con Luana me ponía incómoda y a todo mi equipo, queria confrontarla pero amaba trabajar para esa marca y no quería tener una mala reseña en mi expediente. Era muy agotador que ella estuviera ahí, allá, o más allá si se trataba de mi.

-Y para mi no hay saludo o un beso?- Hablo Rodrygo tan cerca de mi oreja, que, todos mis vellos se erizaron.

-Ah...- Solté una risita nerviosa y me incline para darle un beso. -Buenos días mi amor- Sonreí en sus labios y el besó la comisura de mis labios.

-Ew! Ya basta, moriré de Diabetes!- Exclamó Camille, arrancando una carcajada en ambos.

Luego de ese momento no volví a dicho trance pero quería hablarlo con Rodrygo, quizás él me hacía sentir mejor.

-Rodry, quiero hablar algo contigo, podemos?- Le dije con el ceño levemente fruncido, sus bonitas facciones se convirtieron en preocupación, tomo mi mano entrelazando nuestros dedos y la sello con su otra mano.

-Te escucho- Dijo acariciando mi atrapada mano con su pulgar.

-Luana está en Madrid- Confesé mirándolo a los ojos.

El chasqueo la lengua y dejo de hacer caricias.

-Te parece si vamos a mi casa y lo hablamos en privado?- Propuso y asentí.

-Y que harán conmigo?- Dijo Camille. -Con quien se queda el Perro?- Volvió a hablar y nosotros reímos por su drama.

-Ven con nosotros, no veo el problema- Dijo Rodrygo encongiendose de hombros.

Ella asintió, yo deslice la carta con la paga de la cuenta, luego nos subimos al coche de Rodry y se puso en marcha.

(...)

-Si no tuviéramos historia diría que es por casualidad, pero no, esto es venganza o malas intenciones- Dijo Rodrygo reclinandose en su silla.

¿Qué. Mierda. Acabo. De. Oír?

Resulta y acontece que ellos fueron pareja y Rodrygo terminó con ella por interesada entonces ella sigue traumadita con él y ahora quiere arruinarme. Carajo.

-Pero tranquila, mientras yo esté de por medio no te hará nada- Dijo encongiendose de hombro -me gustaría que le dejes en claro tu puesto- Pidió con una sonrisa.

Lo dude, por qué eso podría empeorar las cosas.

-Lo hare- Mentí y sentí la mirada de sorpresa por parte de Camille.

Pasamos la tarde juntos, escuchando las quejas de Camille sobre su eterna soltería. Me sentía en calma, como si nada estuviera pasando, como si la presencia de Rodrygo calmara el maremoto que tenía con todo esto.

Camille pensó que era buena idea irse a dormir en mi casa para que mi chico y yo pasáramos tiempo de calidad.

-Camille no hay ningún problema en que te quedes- Decía Rodrygo.

-No importa chicos, de verdad, quiero que puedan disfrutar de su noche- Dijo ella dándome una mirada pícara en complicidad.

-Vale, cuidate- Dije acercándome a la puerta para despedirle. Mi casa no estaba tan lejos a la de Rodrygo, una cuadra era lo que nos separaba.

-Nos vemos- Se despidió y Rodry levantó tu mano en forma de despedida.

Cómo ya iba a hacer fin de semana y teníamos tiempo libre, preparamos un itinerario para la ocasión.

El tomo de mi muñeca y me sentó a horcajadas encima de él.

-Por qué eres tan guapa?- Pregunto posando sus manos en mis nalgas.

-No lo se- Dije poniendo mi frente contra la suya. - Y tú por qué eres tan guapo?- gire la pregunta y el mordió su labio dudativo.

-Acaso no sabes? Soy Brasileño- Dijo orgulloso y le golpeé suavemente el hombro.

-Entonces ya me distes la respuesta- Dije y antes de que pudiera volver a hablar me besó como si el mundo se fuera a acabar, sus labios danzando con los míos, el daba pequeñas atenciones en mi espalda dejando una sensación de hormigueo ahí donde tocaba.

-Debo viajar a Brasil- Dijo con voz ronca mientras yo le daba húmedos besos en su cuello.

Me detuve en seco y levanté cabeza hasta mirarle a los ojos.

-Debo ir por la convocatoria, quiero que mis padres estén cerca para celebrar,¿puedes venir?- Dijo sintiéndome decepcionada por dicha confesión.

-No está vez no podré ir, tengo la siguiente semana llena de trabajo- Dije ganandome una mirada divertida por su parte.

-Asi me dijistes la última vez y casi me provocas un infarto- Recordó provocando una carcajada en mi.

-Bueno pero está vez es cierto- Dije y el me interrumpió con un beso. -Quisiera acompañarte- Volvió a hacerlo. -Dejame hablar, Joder!- Protesté y el río a carcajada, el sacudiendo sus hombros y acaparando la sala con su hermosa risa.

-Te amo Leita- Dijo entre risas y lo besé.

-Yo más Rodrygo- Contrarreste hablando encima de sus labios.

-Sabias que si me llamas "Rodrygo", me aumentas la edad?- Bromeó haciendome reír otra vez.

(...)

Narra Rodrygo:

Odio mentirle pero está mentira era necesaria.

Me vería con Luana y Pamella en Brasil para hablar sobre Leah y yo. No sé por qué les interesaba tanto y tampoco tenía ideas para que querían verme.

Y todo pintaba tal y como lo planearon las chicas. Leah se quedaba en España, yo volaba a Brasil, hablábamos de lo que ellas querían y listo volvería con la excusa de "Se retraso la convocatoria".

¿Cómo accedí a esto?, ¿Y si la gente me reconocía y filtran fotos de nuestro encuentro?, ¿Que tal si Leah me mintió y llega de sorpresa a casa de mis padres y le dicen que yo no eh pisado la casa?.

<<<<Hey, hey, hey, calma, que rápido piensas en posibles desastres.>>>> Hablo con ironía mi consciencia.

-Vale, me iré mañana y vuelvo el lunes- Dije y ella me miró con falso dolor.

-No podré sobrevivir sin ti- Hizo un puchero con los labios mientras hacía un drama. El Rodrygo soltero diría que damos pena ajena.

-Te amo- Dije nuevamente y la besé.

Subimos a mi habitación, listos para dormir y con un montón de comida para un maraton de películas.

(...)