°Firma sin sentimientos°

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Narra Rodrygo:

-Estan locas si creen que haré eso- Dije tomando un paso hacia atrás con cautela.

Uno de los escoltas de Luana me empujaron para que me sentará.

-Hey!- Me quejé tomando asiento derrotado.

-Entonces el expediente de tu "Leita" quedará tan manchado que nadie la querrá para trabajar- Su forma de manipular era muy buena y yo nunca fui de manipular a alguien. No sabía y no debía hacerlo.

-Leah ama trabajar para Prada y lo sabes, así que firma esa acta y todo el peligro se irá, así de facil- Intervino Pamella sentada de frente a mi, siendo custodiada por Luana.

La maldita acta estaba en mesa. Si lo firmaba me debía olvidar de Leah y nuestra relación, era por su bien. Llame a mi abogado para que estuviera presente, gracias a Dios llegó a tiempo y procedimos a hablar sobre el contrato.

Mi abogado se movía en clara seña de incomodidad o algo más.

-Si firmas esta acta, estaremos casados y Leah no sufrirá ningún daño.- Hablo Pamella. ¿En qué mierda me metí?.

-En cambio si decides no firmarlo, nosotras arruinaremos vuestras carreras.- Intervino Luana mirandome desde su altura con los brazos cruzados encima de su pecho, su distinguido complejo de superioridad reflejado en su semblante. Ridícula.

-Rodrygo- Hablo mi abogado y le mire, el era tan analítico que nisiquiera subió la mirada ingeniandose alguna cosa por sacarme de esta situación. -Hazlo, no tienes nada que perder- Dijo disimulando que tenía la grabadora de su teléfono encendida.

-Si tengo, a mi chica- Dije y Pamella chasqueo la lengua.

-Por Dios Rodrygo, tienes mejores opciones en frente, acaso no te das cuenta?- Insinuó y le mire por el rabillo del ojos.

Suspiré cansado antes de tomar el bolígrafo.

-Eso es- Me apoyo Luana una vez tome la pluma, leyendo detenidamente.

-Rodrygo- Hablo Luana con una clara advertencia tiendo su tono. -Al carajo con la letra pequeña, firma!- Grito aturdiendome.

Luego de firmar, llego un puñado de personas a tomar fotografías y familiares para celebrar. Mi mundo se derrumbaba a mis pies.

-Me debo ir, nos vemos Rodrygo- Se despidió mi abogado, se le veía apresurado, le extendí la mano siendo correspondida él.

-Cuidate- Dije para que el diera vuelta encima de sus talones y dejandome ahí.

En qué carajo me metí?

Sali de la casa de Pamella con dirección a mi casa, ya nisiquiera quería estar en mi tierra natal. Esto se convertiría en un infierno total.

Llegué a casa siendo recibido por mi abuela. Oh...Mi abuela. Sus notorias arrugas ensanchandose con una cálida sonrisa, sus adormecidos ojos enchinandose al tiempo que sonreía. Amaba estar ahí, con ella.

-Como estás? Hace mucho no te veia tata- Salude a la abuela dándole un abrazo que tocó mi corazón y ablandó mis lágrimas.

-Joder abuela, la eh cagado- Dije entre sollozos. -Solo quiero que esté bien, que nadie le haga daño- Dije mientra ella me acariciaba la espalda con afecto.

-Cuentame mi amor, que sucede- Dijo mi abuela sobando mi cabello.

-Leah está en España, eh viajado aquí por qué Lu- Me interrumpió.

-Esa chica no me cae ni me caera bien- Comento y le sonreí por lo apresurado de su comentario.

-Bueno ella- Me encogí de hombros restándole la poca atención que tenía en mi casa -Queria hacerle daño a Leah- Dije frustrado y mi abuela me tomo por los hombros para atraerme en un abrazo.

-Esa chica es más fuerte de lo que crees-Dijo sientome orgulloso de la chica que tenía a mi lado. Maldición ya no podía estar a mi lado.

-Eh firmado un Acta de matrimonio- Escupí y mi abuela me alejo bruscamente.

-Con Luana? Te estás volviendo loco?- Dijo mi abuela, sus mejillas temblando cuando hablaba, me sentí como un niño que acababa de romper una reliquia o algo de mucho valor sentimental.

-Lo hice para que no le hicieran daño- Refuté. -Pamella amenazó con hacerle la vida un infierno.-

-Hay más maneras para resolverlo, pero casandote no era una-Regaño mi abuela. Unos segundos después aparecieron mis padres.

-Que está pasando?- Hablo con rudeza mi padre.

-Cuentale a tus padres, vamos- Exclamó mi abuela.

-Me Case- Mis limitadas palabras me calaron como un balde de agua helada. Mi madre dió largas zancadas hasta quedar frente a mi, acunó mi rostro entre sus manos sin perder su mirada.

Me preparé para el sermón de mi vida, en cambio a eso recibí un abrazo lleno de amor materno.

-Que feliz estoy, te amo hijo mío, Leah es maravillosa- Se separó de nuestro abrazo y tomo mis manos.

-Mamá, estás confundiendo las cosas,no me case con Leah. Me case con Pamella- Mis palabras estuvieron pesadas al salir.

Mi madre tomo un paso hacia atrás creando tensión entre nosostros, mi padre se acercó a nosotros y poso su mano en el hombro de mamá quien ya se encontraba llorando.

-Que has hecho?- Dijo con un hilo de voz.

-Mam- Trate de hablar.

-QUE HAS HECHO!?- Recalcó.

Mis intentos de explicarle las cosas fueron nulos, ellos se negaban a escucharme, hasta yo lo haria.

Sali de la casa por esa noche hasta que las cosas se calmara.

(...)

Solo Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora