Finales Alternativos (EvilCharming)

Capítulo 28

—Parecen muy felices, ¿no? —Regina sonrió cansada, apoyando la cabeza en el hombro de David mientras estaban sentados en la recepción de la boda, mirando a Hook y Emma bailar lentamente, ajenos a la gente que los rodeaba en la pista de baile. Había resultado ser una hermosa velada, la boda se llevó a cabo en el mirador del parque alrededor del atardecer y la recepción no muy lejos de allí, debajo de un dosel que Emma y Regina habían creado con su magia. Las decoraciones eran una mezcla de colores dorado y crema, flores y follaje girando alrededor de cada arco. La brisa era cálida pero cómoda, el dosel estaba iluminado con linternas que emitían un ambiente acogedor mientras su familia y seres queridos celebraban.

—Gracias, Regina —respondió David, y ella levantó la cabeza para mirarlo. La rodeaba con el brazo y apoyaba la mano en el costado de su barriguita de embarazada mientras se acurrucaban en un rincón poco iluminado, contemplando las festividades. Ambos se contentaban con observar, disfrutando de la presencia del otro en ese momento.

—¿Por qué me estás agradeciendo? —Un atisbo de sonrisa se dibujó en sus labios ante la pregunta, sin esperar esa respuesta en absoluto. Sus ojos azules eran cálidos y estaban llenos de amor, haciendo que su corazón se encogiera ante la profundidad de la emoción que vio en ellos. Nunca se cansaría de mirarlo a los ojos y ver esa conexión que había anhelado toda su vida. Estar tan completamente atada a alguien era algo que nunca pensó que tendría para sí misma, nunca se creyó capaz de abrir su corazón de esa manera.

—¿Crees que no he visto la forma en que has ayudado a Emma con la boda? Ya casi estás en la fecha prevista del parto y, sin embargo, te aseguraste de que cada pequeño detalle estuviera cuidado —David miró a su alrededor con asombro—. Quiero decir, mira este lugar... Estoy tan agradecido por ti —dijo, presionando sus labios en su frente mientras ella cerraba los ojos para saborear el simple afecto.

—No fue nada —se mordió el labio para no sonreír y desvió la mirada para mirarlo mientras él la soltaba y se levantaba lentamente. Se veía atractivo con su traje, un color gris oscuro con una camiseta negra que complementaba su clásico vestido negro ajustado. La hacía sentir orgullosa de estar a su lado, consciente de la pareja que formaban después de que todos los elogiaran esa noche.

David le sonrió y le tendió la mano. —¿Me harías el honor de bailar conmigo? —preguntó formalmente, riéndose suavemente al ver que ella ponía los ojos en blanco. No pudo evitar encontrar adorables sus esfuerzos, incluso si su espalda y sus pies estaban cansados por las actividades del día. Sabía que le había pedido que la hiciera sentir especial, dada su historia de ser olvidada en eventos como este. Solo por eso, no podía rechazarlo.

—No estoy segura de si seré una buena compañera de baile —sonrió Regina mientras él la ayudaba a levantarse y la conducía hacia la plataforma del cenador donde se desarrollaba el baile. Sus brazos la rodearon con firmeza y la acercaron suavemente hacia él tanto como el bebé lo permitía.

—Por lo que recuerdo, tienes un don natural —respondió haciendo referencia a su momento en Camelot mientras presionaba el costado de su cabeza contra la de ella, envolviéndola con un brazo mientras el otro tomaba su mano para comenzar su paso de dos—. Estos seremos nosotros pronto. ¿Has pensado en qué tipo de boda te gustaría?

—En realidad no... —admitió ella, apoyando la cabeza en el hombro de él mientras se balanceaban lentamente al ritmo de la música. Sintió una risa baja en su pecho y su aliento en su cabello mientras acariciaba su rostro con él.

—Veo cómo eres —dijo juguetonamente, apoyando la barbilla en su cabeza.

—No es que no esté emocionada —respondió ella, sintiéndose más cómoda al no tener que mirarlo mientras lo decía—, simplemente no pensé que quisieras una boda así. Sé que lo hiciste con Snow y no estaba segura de si te sentirías bien haciéndolo de nuevo...