El día comenzaba como cualquier otro en el pequeño pueblo donde todo parecía estancado en el tiempo. Las calles polvorientas, las casas de madera envejecida y los susurros de los ancianos que se sentaban en los pórticos a observar el lento pasar de las horas, todo era parte del escenario habitual. Sin embargo, para mí, Catherine, ese día no era uno más.
Mis padres habían insistido, como cada mañana, en la importancia de que tomara una decisión.
—Catherine, ya es hora de que pienses en tu futuro—dijo mi madre mientras dejaba un plato de avena frente a mí en la mesa del comedor.— No puedes seguir aquí para siempre, hija. Tienes que casarte, formar una familia.
Miré el plato con indiferencia. Mis pensamientos estaban lejos de la conversación rutinaria sobre matrimonio y el hogar. Estaban en el teatro, en las luces brillantes de un escenario, en los aplausos que resonaban como un eco en mi mente. Quería ser parte de "Los Achichincles", el grupo que tanto admiraba. Pero, ¿cómo explicarles eso a mis padres? ¿Cómo hacerles entender que mi futuro no estaba atado a la tierra, a una granja, ni a un matrimonio?
—Madre, no quiero casarme—respondí finalmente, manteniendo la mirada fija en la mesa. Sabía que mi negativa no sería bien recibida.
—¿Qué dices, niña? —exclamó mi padre, bajando su periódico para mirarme con severidad. —El señor Flores es un buen hombre. Te ha estado cortejando durante meses. Sería un excelente esposo.
—Es un hombre de 45 años, padre,— repliqué con firmeza. —Y no lo amo. No estoy dispuesta a casarme con alguien solo porque es lo que se espera de mí.
Mi madre suspiró, negando con la cabeza.
—No es solo por nosotros, Catherine. Ya tienes 18 años. Las demás chicas de tu edad ya están casadas o al menos comprometidas. ¿Qué pasará contigo si no lo haces? La gente comenzará a hablar.
—La gente siempre hablará, madre,— respondí, intentando mantener la calma. —Pero no quiero pasar el resto de mi vida en este pueblo, casada con un granjero y criando hijos. Quiero algo más. Quiero ir a la ciudad, unirme a Los Achichincles, y ser parte del teatro.
Mi padre dejó caer el periódico sobre la mesa con un golpe seco.
—El teatro es un sueño infantil, Catherine. Es hora de que crezcas y enfrentes la realidad. Aquí es donde perteneces. Aquí es donde tendrás una vida estable.
—Pero no es lo que yo quiero—dije con la voz temblorosa. Sabía que no había mucho más que pudiera decir para cambiar sus opiniones. Eran firmes en sus creencias, y yo estaba atrapada entre lo que ellos querían para mí y lo que yo deseaba para mi vida.
La noche anterior, el señor Flores había venido una vez más, esta vez con una propuesta formal de matrimonio. Mi madre había preparado una cena especial, probablemente con la esperanza de que eso me ablandara. Pero cuando llegó el momento, rechacé la propuesta sin dudarlo.
—Pero, Catherine, deberías pensarlo mejor— había dicho el señor Flores, su tono suplicante mientras extendía una mano hacia la mía.—Podríamos ser felices juntos.
—No, señor Flores,— respondí, retirando mi mano. —No estoy interesada. Le agradezco las flores y su amabilidad, pero no puedo aceptar.
Tal vez fui un poco dura, tal vez debería haber sido más suave en mi negativa, pero en ese momento, lo único que importaba era hacerle entender que no había ninguna posibilidad.
Ahora, mientras el sol comenzaba a elevarse sobre el horizonte, iluminando las calles vacías del pueblo, sentía que algo en mí también se iluminaba. Una resolución, una decisión que ya no podía posponer. No permitiría que me encadenaran a una vida que no quería. Encontraría la manera de salir de allí, de perseguir mis sueños, aunque eso significara enfrentar la desaprobación de mis padres.
—Voy a hacer lo que sea necesario—me dije en voz baja, levantándome de la mesa. —Voy a encontrar mi camino, aunque tenga que hacerlo sola.
Sabía que la batalla no había terminado, pero por primera vez en mucho tiempo, sentí que tenía la fuerza para enfrentarla. Y con ese pensamiento, di el primer paso hacia lo que sería el resto de mi vida.
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DESEOS QUE MATAN +18
RomanceObligada a casarse con un hombre que no ama, Catherine lucha por encontrar su lugar en un matrimonio que la asfixia. Pero cuando conoce a Leonardo, un joven que despierta sus más profundos deseos, Catherine se enfrenta a una encrucijada: aceptar su...