CAPÍTULO IX

300 39 45
                                    

&. &. POV. KIKYO &. &.

“Tengo buenas noticias. Te veo esta noche, ponte tu vestido rojo.”

El mensaje de Naraku me llega junto con la dirección de un bar a las afueras de la ciudad. Seguramente quería una cita, un último y patético intento de convencerme de mantener una relación exclusiva con él, pero yo nunca podría, sus fetiches son repugnantes para mi.

Busque en mi armario el vestido que él quiere que me ponga. Siempre he sido muy reservada con mi manera de vestir y el color blanco es mi color, únicamente tengo un vestido rojo que Inuyasha me había obsequiado tiempo atrás, es corto y escotado, me hace parecer una zorra.

No demore en llegar, para mi suerte no hubo tráfico. El lugar estaba algo concurrido, y enseguida encontré sentado en una esquina a Naraku, con su fríos ojos rubíes mirándome y su asquerosa sonrisa perversa.

“Solo esta noche y todo acaba”. Me dije para tomar valor y acercarme.

— ¿De que te ries? ¿Te divierte que me vea como una ramera?

— Si te vistieras así más seguido, probablemente Inuyasha no te habría dejado.

Ruedo los ojos. Sabe que mi punto débil es Inuyasha, y no duda en incitarme.

— Yo no te habría dejado jamás—. Dice muy seguro.

Ignoro su comentario. Estoy a punto de sentarme frente a él, pero me hace un pequeño gesto, indicando que me siente a su lado. Fastidiada obedezco. Enseguida, él se acerca para oler mi cabello y mi cuello.

— Dijiste que tenías noticias—. Pongo una mano en su pecho, con la intención de alejarlo. —¿Qué encontraste?

Su sonrisa habria derretido a cualquier mujer. —Te va a encantar.

Me pasa un sobre amarillo y no pierdo tiempo en abrirlo. Eran fotos y documentos. Reviso con cuidado los detalles de cada hoja.

— Es una marginada, hasta hace unos meses no tenía ni donde caer muerta—. Dice.

Un documento llama mi atención, era la impresión de una página web, con chicas jóvenes posando sensualmente. —Esto es…

— Una página dedicada a acompañantes sexuales.

Solté una carcajada cuando veo la imagen de Kagome posando en una camisa blanca de hombre, mirando a la cámara. Mis ojos se llenan de lágrimas de felicidad. Miro a Naraku, que tiene su rostro muy cerca del mío.

— ¿Sabes qué significa esto?, siempre tuve razón. Ella es una prostituta.

Vuelvo a mirar las fotos, cuando siento la mano de él acariciándome la pierna, pero no me importa, en ese momento soy muy feliz.

— La última foto, te va a gustar aun mas, te lo prometo.

Mi sonrisa no se borra, ni siquiera cuando siento los dedos masculinos hurgando en mi intimidad, tocándome sobre la ropa interior.

— Nena, ya estás mojada.

Me dice con un susurro, pero yo no le hago caso. Es un idiota si cree que sus toscos dedos me ponen así.

Sin embargo, llego a la ultima foto y lo que veo me deja fría. —Es… Sesshomaru.

Si, Sesshomaru, el vil traidor entrando al departamento de esa mujer.

— Es de hoy—. Me dice aun moviendo sus dedos.

Por un momento mi cuerpo tiembla ante el estímulo ocasionado. —¿Tiene… un amorío con ella?

Deseos OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora