LAZO | Daerin

9

El aroma a comida llegó a su nariz, incluso se sentó entre las cobijas mirando alrededor y tallando uno de sus ojitos. 

Apartó poco a poco las cobijas suaves admirando como toda la cama era un desastre por su culpa. 

—Uhm, alfa se enojará si ve todo así —puchereo, bajándose de la cama y observando a sí misma. 

Tenía una camisa de su mayor, que le quedaba grande. Al menos dejando botar parte de su cuello y clavícula, sin olvidar su pantalón del pijama azul que era holgado. 

—No soy bonita. No soy suficiente ¿Y si me deja? ¿Y si después de todo me abandona como un perro sucio? 

Negó, era imposible. Había defendido su amor por ella, se había enfrentado a sus padres solo por querer quedarse a su lado. Solo por amarla. 

Pero y si tenía la oportunidad ¿Y si encontraba a una omega bonita que pudiera ofrecerle más? ¿A una familia? 

Dios, mínimo podía disfrutar el cariño que Haerin le dé. Al menos pegarse a su cuello y dormir a su lado hasta que se canse. 

—Te ves muy muy muy pequeña y preciosa con mi camisa puesta —la voz grave la hizo girar —. Eres adorable. 

—Alfa...

—Ven, deja de pensar en cosas malas. Después venimos de nuevo a dormir.  Ahora hay que comer. 

La tomó de su mano para dejar que avance, incluso enrollo la cintura pequeña para caminar con su mentón en el hombro de su novia. 

La quería, amaba su aroma bonito que se desprendía.

Admitía que era preciosa al llorar, pero no debería hacerlo, no si era por tristeza. 

Negó, Danielle era fuerte. 

Al menos lo demostró al comer feliz con risitas pequeñas, cuando el pan le dejó migajas en sus labios y sonrió por la espuma del chocolate caliente en su carita. 

Después de media hora, sentadas en el sofá viendo algunas películas. 

Aprovechando el frío y casi fin de año, parecían ser todas de amor. Mientras su bella omega estaba recargada sobre su cuerpo. 

¿Incómoda? Al contrario, le gustaba sorprender a la menor con besitos en su cuello y algunas mordidas en su oreja. 

—Tu piel es muy suave ¿Puedo dejar marcas esta vez? 

—Son vacaciones, creo que sí. 

Se dejó hundir en el aroma, pasando sus labios solo a milímetros de lo que quería. 

Lo imaginaba, ¿Como se vería la marca ahí? ¿Cómo sería si Danielle se uniera a ella de esa forma? 

Se abofeteó mentalmente, no debería pensar en cómo Danielle se vería desnuda entre sus brazos o tal vez sí se vería igual de sonrojada como cuando le hacía cosquillas. Si su respiración agitada y mirada brillosa sean por otra cosa. 

...

Tal vez quería hacer saber que era suficiente para ella, que su lobo también quería reclamarla. Pero no, no era el momento. 

Menos si Danielle estaba encima de ella viendo algo lindo en la pantalla.

—Alfa —respondió con un sonido de su boca —. Si nosotras logramos casarnos...