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¿Cómo explica la incomodidad de estar en tu propia casa, pero con tus padres observando de una forma extraña a Haerin? No sabía realmente como hablar en ese momento. 

En medio de una comida tranquila, con su propia madre queriendo asesinar a su novia. 

—Una alfa, bien. ¿Qué estudias? 

—Diseño Gráfico y administración de empresas. 

Si, su alfa estaba nerviosa. Un poco asustada ante el padre de Danielle, que incluso no disimulaba lo que iba hacer. 

—Haerin me ayuda en clases, hasta ahora me ha quitado a los bravucones —comentó feliz, tal vez intentando que dejaran de molestarla. 

—¿Tu futuro? ¿Qué piensas hacer? 

—Mamá, por favor —pidió con sus ojos llenos de angustia. 

Sabía que algo malo pasaba, Haerin tenía su manita apresaba contra la suya dando apoyo. Aún después de estar un poco alejadas por los espacios del comedor. 

—Mi hija tendrá un alfa, con un buen futuro y familia conocida. 

—Mamá...

—Si vas a enlazarte con alguien, debe ser bueno para ti. Mantenerte y darte lo que necesitas. 

—Mi alfa me quiere, nos entendemos y eso es lo que importa. Después nos preocuparemos por el dinero.

—No lo entiendes Danielle, que un alfa dé la cara por ti es diferente. ¿Qué pasará cuando estés en cinta y no pueda mantenerte? ¿Qué pasará si su bebé no nace como quieren? ¿Y los medicamentos cuando te enfermes? 

—No puedo quedar en cinta madre. Y lo sabes. 

—Sí puedes, solo sí ella es capaz de volverse lobo. Sino olvídate de los cachorros —repuso furiosa golpeando la mesa —. Ahora mismo despídete de ella, no saldrás con nadie sin que yo lo apruebe. 

Frunció el ceño, incluso su aroma cambió a uno agrio. No le gustaba que su propia madre se opusiera, y su padre solo observará

—Papá... 

—Ya la oíste, terminas con ella o te despides de tu herencia. 

Se levantó, incluso quitó el collar de su cuello que su madre le dio en su cumpleaños. Solo para arrojarlo a la mesa. 

Haerin no comprendió cómo podían ser tan crueles con su pareja. 

—Ten, no quiero su herencia. No quiero su dinero, no deseo que me aten a su vida. No soy un juguete y si les digo que voy a quedarme al lado de una alfa como lo es Haerin, es porque lo haré. 

—Danielle Marsh, escuchate bien. No podrás sobrevivir tú sola. Menos si llegas a casarte. 

—Yo sola he trabajado durante dos años, puedo sustentarme. Yo solita he soportado a mis compañeros, sus abusos y los golpes. Puedo vivir sin ustedes, porque nunca me apoyaron.

 —No hagas algo de lo que te arrepientas.

Probablemente era tiempo de mudarse, buscar un lindo departamento y seguir trabajando por las tardes para sus cosas. Total, faltaba solo un año de su universidad. 

...

Solo podía hacerla sentir mejor, tener que consolar a Danielle por tres horas no había sido muy bueno. Sin embargo, se sintió culpable porque Danielle había dejado todo. Su herencia, familia y la oportunidad de seguir viviendo en casa por ella. 

Acarició la espalda de la menor, quien dormía tranquilamente sobre su regazo. 

—Eres fuerte, muy valiente. Pero no era necesario enfrentarse así a tus padres. 

Sí, era consciente de las tres maletas de la menor que ahora estaban en su casa. O bueno, departamento que ella misma pagaba.

Ni siquiera recordó ver a Danielle tan triste, solo notó cuando comenzó a llorar en su auto. 

Solo entendió que era cierto cuando los padres de la menor no dijeron nada y ella corrió escaleras arriba empacando sus pertenencias, o al menos lo que había comprado con su esfuerzo. 

—Mi linda omega, peleaste mi batalla. Es mi turno de protegerte. 

La amaba, no comprendía cómo podía sentir triste a Danielle sin una marca. Como su lobo se preocupaba ante la cachorra herida que se hacía bolita. 

Sin embargo, ahí estaba. Con la espera del momento.

La ilusión y tal vez las ganas de destrozar a los padres de Danielle, por herirla. Por lastimar el apoyo que tenía. 

—Lo siento, perdoname. Yo no quería que nada de esto pasara. No si tú ibas a terminar herida de este modo —podía sentir las lágrimas descender de sus ojos. 

Ella solo quería saber quienes eran los padres de Danielle, entender por qué la menor era muy feliz y sobre todo soportaba lo que ocurría en su contra. 

—Te amo, y te prometo Elle. Aunque eso implique que no sepas. Que cada día, de toda mi vida haré lo posible para hacerte feliz, para dejarte fuera de los problemas y hacerte saber lo hermosa que eres. Sin importar el momento, lugar o situación yo haré que funcione. 

La promesa de corazón es capaz de instalarse en el fondo de su corazón, es la forma en la que te sentencias por cualquier cosa. 

Objetivo, hacer feliz a Danielle aún después del dolor. 

Aunque eso significara recibir el odio y rencor de la gente de alrededor. 

—Eres mi omega, mi linda y hermosa omega. La Luna lo sabe, y agradezco que yo sea especial en mi familia —rió bajo, con las lágrimas en sus mejillas —. Es curioso, tu madre dice que solo tendrás más cachorritos si tu pareja se puede transformar. 

Pasó su mano por la mejilla calientita de Danielle, arrimando el cabello rubio y jugando con algunos mechones suaves. 

—Cuando era pequeña podía transformarme, mi madre se asustaba porque decía que un perro negro se comía sus platillos. Y bueno, era yo buscando que llevarme.

Hubo un ronroneo, su pequeña Danielle había hecho ese ruido mientras sus manitas se apegaban al pecho. 

—Aquí estoy, no me iré. 

—N-No m-me de-dejes...

Sonrió, nunca lo haría. Lo prometió. 

—Por favor...

—No lo haré, tranquila —sabía que estaba llorando, también que seguía dormida y solo estaba asustada por todo —. Me tendrás a tu lado, hoy, mañana y siempre, bebé. 

No me abandones, porque yo te amo.

LAZO | Daerin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora