¿Pasado o presente?

7- La fiesta (Parte II)

Ahinoa

Mi vista regresó al chico que tanto me gusta, quien estaba ahora sentado en una ronda de sofás junto con su grupo. Para mi sorpresa él me observó y una sonrisa llenó sus labios.

Dos chicos del equipo se Básquet se acercaron a nosotras. Hanna se encontraba bailando con uno de ellos. Un chico pelirrojo, con tatuajes en sus brazos y alto. Ella se lo estaba pasando en grande y él era una buena compañía al parecer. El otro chico seguía en su asiento sin dejar de verme, sus ojos verdes no dejaban de observarme y yo ya no sabía a donde mirar. A un lado se encontraba Nicolás con una chica y al otro el chico guapo de ojos verdes.

Lo pensé varias veces antes de tomar una decisión loca y estúpida pero que era casi confiable.

¿Qué llama la atención de un hombre?

Fácil, los celos. A ellos les encanta tener el control, saber que son los únicos y el centro de atención. Cuando ven a otra persona cerca esa seguridad tambalea y los hace tomar decisiones precipitadas. Si lo provoco puedo lograr que se acerque y me ahorro el trabajo de hacerlo yo.

Caminé a la barra donde se encontraba el chico de ojos verdes sentado. Tomé asiento a su lado.

—Un tequila rose —le pedí amablemente al barman y lo ofrecí una sonrisa rápida al chico de ojos verdes.

—Así que tequila rose —dijo él.

—¿Disculpa? —lo miré haciéndome la sorprendida.

—Un gusto, soy Oliver.

—Ahinoa —tomé mi bebida y le di un sorbo disfrutando del sabor tan exquisito.

Por un instante me detuve y miré al estúpido que tanto me gusta, aún estaba en el sofá pero esta vez se encontraba mirando en mi dirección y nisciquira se molestaba en disimular. Sonreí para mis adentros y continué hablando con el chico.

—No sales mucho, ¿cierto? —preguntó—. Nunca te había visto en una fiesta, sólo en los pasillos de la escuela.

—La verdad es que no —me sorprendía lo relajada que estaba, nada de nervios—. Aunque ya que es el último año debo disfrutarlo un poco más.

—Claro —mira a su alrededor antes de agregar—. ¿Te gustaría bailar?

Mi mente alberga una idea realmente idiota que no dudo en llevar a cabo por el par de bebidas de más que están en mi sistema. Asiento y comenzamos a bailar al compás de la música. Pienso en lo estúpido que es este coqueteo pero mis ojos viajan inconscientemente hacia el sofá donde está mi dolor de cabeza y me sorprendo al ver su mirada fija en mí. Mejor dicho, en lo pegado que está el chico a mí.

Me volteo rápido entre los brazos del chico quedando frente a él. Mis manos rodean su cuello y le doy una sonrisa perversa, pasando mis manos por su cabello.

Le di un último vistazo a Nicolás que aún estaba rodeado de todas esas chicas, a pesar de que tenía toda la atención de una de ellas él no dejaba de mirarme. Sus ojos fueron a los míos y noté el reto claro en ellos así que tomé las manos del chico y lo llevé a otro lateral de la sala cuando vi a todo el mundo levantarse para bailar.

Puse las manos del chico en mi cintura y comenzamos a bailar, mi mente retumbando ante el placentero sonido de la música.

Después de un rato me aparté del chico para bailar sola, pasé mis manos por mis caderas. Cerré mis ojos y continué con mi baile sintiéndome una diosa al notar las miradas sobre mí.

¿A dónde fue la chica introvertida?

Alcohol y música por todas partes es una combinación peligrosa para mí.