11- Acampada

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Ahinoa

—Hanna apúrate que vamos tarde —ruedo lo ojos en frustración viendo a mi mejor amiga caminar lentamente.

Al llegar veo a todos subiendo al autobús. Hace un día precioso, el tiempo nos favorece.

—Tranquila, ya hemos llegado, relájate —toma una bocanada de aire y se arregla su cabello.

__Está bien.

Mientras veo a todos subir y espero mi turno no puedo evitar buscar a Nicolás con la mirada. ¿Por qué lo hago? Pues, porque soy idiota.

Aquí todos sabemos que tu grandioso plan no es tan grandioso y que la única que terminará enamorada eres tú.

¿Nunca has pensado en no meterte en lo que no te importa?

Sí me importa, soy tu subconsciente.

<<Definitivamente me estoy volviendo loca>>

—Buenos días, guapa —me saluda David alegremente. Él se encuentra con una gran parte de los chicos del equipo.

—¿Qué tal? —respondo con una cálida sonrisa.

—¡Ahinoa! —escucho la voz de Hanna que me llama desde dentro del autobús—. Cariño sube.

—Lo siento, nos vemos luego —me despido de David y subo.

Dentro están casi todos los asientos llenos. Puedo divisar a Jake y Manuel que van sentados juntos, pero intento no pensar en ello porque terminaré por sentirme la peor persona del mundo por mentirle a Hanna. Al final veo a Patrick que levanta una mano para que podamos verlo, caminamos a través del pequeño pasillo y tomamos asiento cerca de él.

—¿Ya has visto la compañía? —señala a los asientos de adelante.

—Señalar a las personas es de mala educación —bajo rápidamente su mano y le doy una mirada de pocos amigos—. Sí, ya he visto a Mía pero sinceramente no me interesa, mientras no se meta conmigo todo bien.

—Apoyo tu forma de pensar —dice Hanna mientras retoca sus labios.

En el momento que sale el autobús me pongo mis audífonos y comienzo a buscar música en mi teléfono. Mi momento favorito de viajar es este. Me encanta ponerme mis audífonos y escribir en mi teléfono, dejar volar mi imaginación y permitir que las letras se apoderen de mí.

Ya con mi celular encendido busqué mi aplicación de notas para continuar escribiendo mi libro. Siempre he soñado con algún día publicar un libro, es un sueño loco pero está permitido, podemos soñar con lo que queramos. Hace poco inicié mi primer libro, quizás no soy la mejor escritora pero me esfuerzo por hacer lo mejor que puedo. Después de todo es algo que me apasiona. El tiempo pasó tan rápido mientras escribía que nisciquira noté que ya habíamos llegado.

Al llegar tomé mi mochila y bajé del autobús para al fin tomar aire fresco.

Era un lugar hermoso rodeado de naturaleza y muy relajante... o eso pensaba.

No podía creer lo que mis ojos estaban viendo. ¿Este chico no podía dejar de ser tan egocéntrico por una vez en su vida?

Nada más y nada menos llegaba Nicolás en su camioneta. ¿Acaso no podía venir en autobús como todos?

A pesar de todo no podía quitar mi vista cuando bajó del auto, se veía tan guapo, como de costumbre. Pero toda esa belleza se esfumó cuando abrió la puerta del copiloto y salió una chica.

Antes de darme cuenta ya había dicho en voz alta lo que pensaba, por suerte solo me escuchó Hanna.

—¿Qué hace ella aquí?

¿Pasado o presente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora