Ahinoa
Estás pensando en él
Claro que no.
Sabes que sí. No podrás controlar tus sentimientos y lo sabes.
Para ser mi subconsciente me apoyas muy poco.
Al contrario, soy muy sincera
Hay un koala dentro de mí que quiere aferrarse a él pero no se lo voy a permitir.
—Ahinoa, ¿dónde has estado? —felizmente Hanna me saca de mis pensamientos.
—Fui a tomar un poco de aire —me encogí de hombros.
—¡Aire! —exclamó de repente y me sobresalté—. ¿No fue suficiente con el susto que nos diste?
Ok, pero me sentía como una niña regañada por su mamá. Era muy chistoso ver a Hanna así.
—Vale —respondo en un tono de voz calmado—. Tienes razón, perdón.
—En serio nos asustamos cuando llegamos todos aquí y tú no estabas —hizo una pausa—. Incluso los profesores se asustaron. Todos salimos a buscarte.
—Bueno ya pasó.
—Vamos a hacer una fogata antes de ir a dormir —relajó la mirada—. Por eso te buscaba.
Regresamos al campamento donde se encontraban el resto de los estudiantes. Patrick y David estaban intentando encender la fogata con sus maravillosas habilidades. Allison conversaba muy amenamente con Manuel. Hanna se sentó al lado de su hermano y yo al lado de ella. Cuando miré a mi lado me encontré con Mía.
—Ahinoa... —hizo una pausa—. Llevo mucho tiempo queriendo hablar contigo.
Abrí los ojos en sorpresa y bajé la mirada. Me encontré con algo que me dejó atónita, marcas de moretones en los brazos de Mía. Cuando ella notó que los miraba intentó cubrirlos rápidamente con su abrigo. Mil preguntas cruzaron mi mente pero ninguna salió de mis labios.
—Siento lo que pasó con Nicolás —bajó la mirada y apretó los labios—. No pretendo que seamos amigas, pero al menos quiero llevar las cosas en paz.
No pensaba que esto pudiera pasar algún día. Nunca había visto a Mía así, tan tranquila, tan sincera. Apreciaba mucho que tuviera el gesto de pedir disculpas, pero ese día me sentí realmente mal. La miré una última vez antes de responder. Supongo que ya no somos unas niñas y lo más maduro y correcto que podemos hacer es dejar el resentimiento de lado.
—Lo que sucedió estuvo muy mal a decir verdad —sonríe intentando suavizar la conversación—. Pero aprecio mucho este gesto y pienso que es mejor dejarlo todo atrás. Como tú dijiste es complicado que podamos ser amigas, pero al menos podemos dejar las cosas bien.
—Me parece bien —me ofreció una media sonrisa—. Bueno, eso era todo. Nos vemos luego.
Asentí y tomó asiento del otro lado de la fogata con sus amigas. Me sentía bien. Miré a Hanna que nisciquira notó lo que sucedió con Mía porque estaba inmersa en una conversación con su hermano. Preferí no molestar así que me puse de pie para sentarme junto a Patrick, pero tropecé con alguien y me teléfono cayó al suelo. Cuando alcé la vista sonreí por lo irónico que era este momento.
En ese instante mi mente viajó a un dejavú, el día que hablamos por primera vez.
—Lo siento —sonreí como una idiota y me sentí avergonzada por ello.
—Creo que este momento ya lo hemos vivimos —metió las manos en los bolsillos de su abrigo.
Sonreí al ver que pensó en lo mismo que yo.
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¿Pasado o presente?
Random¿Cómo saber si lo que sentimos es del pasado o si aún es parte de nuestro presente? El primer amor deja una marca importante para toda la vida. Es un camino de descubrimiento y aprendizaje. Es ese recuerdo que queda para siempre en nuestra memoria...