David, el mejor amigo de Nicolás. Fue muy gracioso que me preguntara si lo conocía teniendo en cuenta que estudiamos en la misma escuela, salones distintos pero mismos pasillos.
David al igual que Nicolás es muy popular en el instituto y siendo sincera también los más guapos de la escuela y los mejores jugadores del equipo de básquet.
<<Lo sé, demasiada perfección en sólo dos cuerpos>>
El año había iniciado con cosas muy extrañas. Los encuentros con Nicolás, el problema con Mía y la sorpresa de que David se acercara a hablarme de la nada y sin razón aparente.
—Estudiamos en la misma escuela, es obvio que te conozco.
—Te preguntarás qué es lo que quiero.
—Sí —respondí.
—Todo el mundo ha estado hablando de ti desde que le diste la cachetada a Nicolás —dijo, con mucha tranquilidad.
Tragué grueso, que vergüenza.
Eso debiste pensar antes de abofetear a tu Crush delante de todo el instituto.
Me habla mi conciencia torturándone.—No es lo que piensas —dije avergonzada y nerviosa.
—Tranquila, no es algo que me importe.
Quedamos en silencio unos segundos mientras bajamos las escaleras y nos dirigimos hacia las afueras del instituto.
—¿Quieres algo de tomar? —preguntó señalando la cafetería.
Seguía sin entender su repentino acercamiento así que no me contuve más y le pregunté de una buena vez.
—¿Por qué me estás hablando?
—¿Te molesta que lo haga? —le dio una mirada rápida a su reloj.
—No, no es eso —hice una pausa. La cafetería estaba bastante llena—. Nunca me habías hablado y no entiendo el porqué lo haces ahora.
Caminamos entre los estudiantes. El ruido de las charlas, las sillas y las risas hicieron presencia. La cafetería de la escuela era pequeña, con algunas mesas y sillas muy cómodas. Era un lugar para descansar y comprar bebidas refrescantes, nada especial.
Tomamos asiento en una de las mesas del fondo. Desde allí podía ver a todos los presentes. En una de las primeras mesas estaba Hanna con algunas chicas de nuestro salón bebiendo malteadas, en una de las de la derecha se podía ver a Patrick con una chica pelirroja de segundo año, se encontraban disfrutando unos batidos. Al lado de la mesa de Patrick estaba Jake con Manuel, un chico pelinegro del salón de Nicolás, ambos también bebiendo malteadas y charlando. Cuando pasamos por el lado de Hanna se quedó mirando fijamente y me abrió los ojos en señal de pregunta.
David y yo tomamos asiento y el silencio reinó entre nosotros durante un rato hasta que él decidió darle fin.
—Quería invitarte a una fiesta que tendrá lugar el sábado en mi casa —hizo una pausa para agradecer a la mesera que nos trajo los jugos—. Irán unos cuantos amigos.
Le dí un sorbo a mi jugo de naranja y me lo pensé un poco antes de dar una respuesta. —Está bien, gracias, allí estaré —le ofrecí una sonrisa.
—Muy bien —respondió.
Nos quedamos charlando un largo rato, David realmente no era lo que parecía, al menos de amigo el chico era increíble y muy divertido la verdad. Estuvimos hablando de fiestas y amigos. En el mismo tiempo que terminamos nuestros jugos sonó la campana para continuar el día escolar.
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¿Pasado o presente?
De Todo¿Cómo saber si lo que sentimos es del pasado o si aún es parte de nuestro presente? El primer amor deja una marca importante para toda la vida. Es un camino de descubrimiento y aprendizaje. Es ese recuerdo que queda para siempre en nuestra memoria...