Checo y Max tendrán algo importante que atravesar, ahora que el mexicano está a la espera de su primero hijo.
Las nuevas aventuras que tendrán que afrontar tanto el holandés como el mexicano y claro, el resto de sus amigos y familiares.
• Todos lo...
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Los dos corredores estaban tranquilos, viendo sus celulares y pasando tiempo juntos, el gestante iba entrando en la semana veintiuno. Y durante ese tiempo los dos experimentaron tantas cosas, Checo casi no pasó por las náuseas, ese fue Max, Checo solo disfrutaba de los antojos y su pobre esposo sacaba todo lo que comía en las mañanas. Según la hermana del neerlandés, es algo que suele pasar, síndrome de Couvade, Max sin duda no la pasó bien, pero ahora que eso se había calmado, ellos pueden pasar más tiempo en casa y tranquilos.
Max por instinto ha empezado a acariciar el ya notado vientre de su esposo, no es la primera vez que ve un embarazo, pero es la primera vez que él está pasando por eso, y siente tanta emoción que no puede ocultarlo, puede que Checo esté un poco más tranquilo, pero así es él, aunque justo en ese momento, los dos sintieron un pequeño golpe en el vientre bajo del gestante, los dos dejaron lo que estaban haciendo y se voltearon a ver.
—¿Eso fue? —Max se sentó en el sofá y miró a su pareja que no logró ocultar su sonrisa. —¿eso fue una patada? ¡¿acaso él pateó?! ¡¿el bebé acaba de patear?!—
—Sí, Max —Checo tomó su mano y la llevó de nuevo a su vientre, para que sintiera como su bebé pateaba de nuevo. —, sigue pateando—
Max contuvo la emoción en ese momento, hasta que la última patada llegó y miró con una enorme sonrisa a su pareja.
—¡Pateó! ¡el bebé pateó! —Max se puso de pie y empezó a brincar de emoción, estaba feliz, su nadie iba a quitarle esa emoción, ni el momento. —¡no lo puedo creer! ¡de verdad pateó! ¡el bebé pateó! —siempre quiso ser padre, nunca pensó que sería tan feliz en cuanto Checo le diera la noticia y ese momento, es su momento y está feliz.
—¿Estás feliz? —Volteó a verlo y se arrodilló frente a él tomando sus manos y besando su vientre.
—Más que feliz, Checho te amo, te amo tanto como no tienes ni idea, me haces feliz, demasiado feliz, más que feliz y no tienes ni idea de cuan feliz me haces, los dos, los dos me hacen tan feliz —Checo lo miró y acarició sus manos.
—También te amo, te amamos mucho, nos haces felices —Los dos se besaron quedándose así un rato más.
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Y tenemos siguiente parte, espero les vaya gustando, en mi página de facebook ya está más avanzado, por si quieren leerlo, hay un link en mi perfil.
