Querido Jake
Sé que lo que estoy a punto de decirte no es lo que esperabas, y lamento tener que hacer esto, pero las circunstancias nos han llevado a un punto que, aunque creí poder evitar, en el fondo sabía que ocurriría. Ninguno de los dos puede escapar de nuestro destino, ese que ha decidido separarnos y ser tan cruel cómo es posible con el afecto que nos tenemos. Por eso, he tomado la decisión de irme antes de que ese destino nos separe de una manera más abrupta, porque no quiero causarte aún más sufrimiento. Es mejor una despedida temprana, con nuestros sentimientos aún latentes, y así poder llevarme los pocos momentos que compartimos como un recuerdo de lo que vivimos.
Pero no deseo lo mismo para ti. Sé que te será más llevadero si olvidas todo lo que pasó. Así que, aunque ahora te resistas, te pido que intentes olvidarme. Cuando descubras tu verdadera naturaleza, entenderás por qué te digo que esto es lo mejor. Sé que llegará el día en que me odiarás por esto, y prefiero que puedas empezar a dejarme atrás antes de que eso suceda.
¿Estoy siendo cruel? Tal vez. Pero en el futuro, me darás la razón. Sabrás que lo hice por tu bien. Cuando llegue el momento de tu transformación, verás que lo que digo es una verdad absoluta. Entonces, tu mente se aclarará, y todo lo que pensabas que permanecería para siempre comenzará a desvanecerse. Los recuerdos felices se disiparán, las sonrisas desaparecerán, y los latidos de tu corazón se calmarán poco a poco. Estarás bien, te lo prometo, porque habrá un nuevo mañana. Sé que podrás ser feliz, pero para lograrlo, debes soltarme.
La tristeza se desvanecerá con el viento, y la felicidad volverá a tu vida. Llegará el día en que solo pensarás que todo lo que vivimos fue un sueño, y el amor que una vez compartimos se convertirá en algo desconocido. El dolor habrá desaparecido, y los esfuerzos por olvidar darán sus frutos, pero eso solo sucederá si me dejas ir.
Vive, Jacob, vive incluso si ya no estoy contigo. Vive por los dos, por los momentos que compartimos y por los sueños que aún te quedan por cumplir, porque mereces vivir. Pero, sobre todo, mereces ser feliz, aunque no sea conmigo. Y te prometo que estaré bien si eso significa que por fin obtendrás la felicidad que mereces.
Te deseo lo mejor hoy y siempre.
Únicamente tuyo hasta el fin de mi existencia,
Edward
☾ ⋆⋆⋆☽
Jacob sostiene la carta en sus manos temblorosas, sus ojos recorren las últimas palabras de Edward una y otra vez, como si al hacerlo pudiese cambiar el destino que le ha sido impuesto. El dolor en su pecho crece con cada palabra, cada frase llena de amor y despedida. Su respiración se vuelve pesada, y las lágrimas comienzan a caer silenciosamente por sus mejillas.
Intenta contener el sollozo que se forma en su garganta, pero es imposible. Los recuerdos lo asaltan con una fuerza abrumadora: las miradas compartidas, las sonrisas tímidas, las caricias que ahora parecen tan lejanas. Se recuerda a sí mismo riendo junto a Edward, sintiéndose seguro y amado como nunca antes. Pero ahora todo eso es solo un doloroso recuerdo, uno que sabe que nunca podrá borrar.
De repente, sintió la necesidad urgente de moverse, de escapar de la agonía que lo estaba consumiendo. Salió corriendo de su casa, sin saber realmente a dónde se dirigía, hasta que sus pies lo llevaron a toda velocidad hacia la playa, con el corazón latiendo frenéticamente en su pecho. Cada paso que daba le parecía una eternidad, como si el suelo bajo sus pies estuviera hecho de plomo. El dolor en su interior era tan intenso que apenas podía respirar. Las lágrimas le nublaban la vista, pero no le importaba; solo quería llegar al océano.
Cuando por fin llegó a la orilla, cayó de rodillas sobre la arena húmeda, sus manos se hundieron en los granos finos, y el rugido de las olas parecía un eco de la tormenta que se libraba en su alma. Gritó con todas sus fuerzas, su voz se mezcló con el rugido del mar, pero ni siquiera la furia de la naturaleza podía igualar la intensidad de su desesperación.
—¡¿Por qué?! —gritó con impotencia, sus palabras se rompían en el viento, como si no tuvieran ningún lugar al que ir—. ¡¿Si me ibas a dejar, entonces por qué, Edward?! ¡¿Por qué?!
El eco de su voz se perdió entre las olas, pero Jacob seguía sintiendo que no era suficiente. Su pecho se agitaba con respiraciones entrecortadas, y de repente, una risa amarga y desgarradora escapó de sus labios, una risa que estaba llena de dolor, desesperanza y una tristeza abrumadora.
—¡Ya ves, Edward! —gritó, su voz se alzaba sobre el rugido del mar—. ¡¿Me ves?! ¡Me he convertido en lo que has dicho! ¡Te empiezo a odiar como lo has previsto!
Su risa se transformó en sollozos, y la ira en su corazón comenzó a mezclarse con una profunda tristeza. Se desplomó en la arena, cubriéndose el rostro con las manos, tratando de ahogar el grito de dolor que amenazaba con romperlo en mil pedazos.
—Pero no quiero... —su voz se quebró en un susurro lleno de amargura—. No quiero odiarte, Edward... No puedo permitírmelo...
El silencio cayó sobre la playa, solo roto por el suave murmullo de las olas. Jacob permaneció allí, inmóvil, con los puños apretados y los ojos cerrados, luchando contra el abismo de emociones que lo consumía. Entonces, con una resolución desesperada, levantó la cabeza y gritó al cielo oscuro, como si con ello pudiera cambiar el destino que le había sido impuesto.
—¡Ese será tu castigo por haberme dejado aquí y haberte ido! —exclamó con una mezcla de furia y dolor—. ¡Nunca voy a olvidarte, no lo haré, aunque me lo pidas, no lo haré, aunque muera!
El eco de sus palabras se desvaneció en la noche, dejándolo solo, con el peso de su promesa aplastándolo. Jacob sabía que nunca podría olvidar a Edward, y ese amor, ese amor inmortal que lo ataba a él, sería tanto su consuelo como su condena. El dolor no desaparecería, y esa herida jamás sanaría. Pero, de alguna manera, él sabía que no quería que lo hiciera.
Iba a publicar la carta más adelante, pero creí conveniente hacerlo ahora, considerando lo que se avecina. Nos leemos en dos semanas, ¡ Y lo siento!
Hasley Miller
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Transición y Retorno (Edward Y Jacob)
FanfictionSEGUNDO LIBRO A pesar de que Jacob y Edward finalmente han desentrañado los misterios que los rodeaban y pueden estar juntos al fin, nuevos obstáculos comienzan a aparecer con nuevos descubrimientos y el dolor que Edward empieza a sentir ante la pos...