Seducción | Jenlisa. (G!P)

5.

R.

Los minutos se pasaban lentos, los minutos mas lentos de mi vida. Después de saber la hora de llegada de la pelinegra sexy de mi vecina cada día me quedaba junto a la puerta de mi departamento esperando la hora de su llegada para poder salir y encontrarla "por casualidad". El reloj marcaba las 7:55 PM, después de verme al rededor de unas 78 veces en el espejo verificando mi apariencia, salí de mi departamento mirando a todos lados en busca de mi vecina.

—Hey...¿Qué tal?—era ella. Parecía nerviosa.

—Hola. Todo bien— Dije con una sonrisa. Ella solo sonrío y abrió la puerta de su departamento, se despidió con un gesto y entró simplemente a su departamento dejándome ahí sola en ese pasillo. Di un largo suspiro y entré en mi departamento.

J.

Después de un día estresante en la oficina llegué a mi departamento, lo único que quería era darme un baño caliente y dormir hasta mañana. Y por fin estar en  mi habitación, tomé mis zapatilla y las quité torpemente de mis píes, los lancé por algún lado de la habitación y me dejé caer de espaldas a mi cama mirando al techo y suspiré, cerré mis ojos. Decidí levantarme para darme una ducha caliente. Con torpeza me levanté de la cama y caminé hasta el baño mientras me desvestía; ya en el baño abrí el grifo del agua caliente y entré a la ducha sin esperar ni dudar. Sentía como el agua caliente recorría mi cuerpo, sin duda el mejor plan de un viernes por la noche; el sonido del timbre interrumpió mi momento. Con frustración salí de la ducha y tomé mi toalla para envolver mi cuerpo tapando mi desnudez. Caminé mojando el suelo hasta la entrada donde el timbre sonaba sin cesar.

—¡Ya voy! demonios...—dije apresurándome a la puerta para abrirla. Al abrir aquella puerta pude ver a mi vecina apoyada en el marco de la puerta mientras aun seguía tocando el timbre, parecía algo...ebria— ¿Qué haces aquí? — dije mirándola a los ojos.

— Solo pasaba por aquí...— dijo con una sonrisa torpe mientras intentaba acercarse a mi— quería verte...— tomó mi rostro entre sus largas y delgadas manos con cuidado mientras que con su pulgares daba pequeñas caricias a mi rostro.

—Es un poco tarde y no creo que te encuentres bien— dije tomando sus manos con cuidado y apartándolas de mi rostro—ve a casa Lisa—le dije sin mirarla acomodando la toalla que envolvía mi cuero para que esta no callera.

—No seas aburrida...déjame ver un poco—dijo acercándose a mi con una cara picara; con una sonrisa coqueta que me estaba volviendo loca.

—Lisa...ve a casa— reí por la forma en que se comportaba.

—Vamos Jennie no decías eso con mi polla en tu garganta—sentí mi centro palpitar al recordar aquel día. De pronto escuché la puerta cerrarse detrás de Lisa; tragué en seco. 

—Lisa...—su dedo índice en mi labios me hizo callar de inmediato. sus labios estaban ahora con los míos en una guerra erótica que me hacia jadear en medio de aquel beso; me dejé llevar completamente. Pude sentir que la toalla que envolvía mi cuerpo desnudo caía al suelo y sentí como las manos delgadas de Lisa tomaba uno de mis pechos desnudos con cuidado.