Seducción | Jenlisa. (G!P)

10.

JS.

Con cuidado tomé la cintura de rosé para atraerla más a mi, en ese momento no podía creer que estaba besando a Rosé, me sentía en un sueño, sentí como la lengua de Rosé estaba encima de mis labios, de inmediato lo entendí, le di paso a su  lengua en mi boca, entonces nuestras lenguas comenzaron un erótica guerra, sentí como mi centro comenzó a palpitar fuertemente, había una laguna en mis pantalones.

Rosé se abrió camino conmigo siguiendo sus pasos torpemente mientras nos besábamos, con cuidado ayudé a Rosé para acostarse en la cama, Rosé se acercó para levantar con prisa mi camisa, y yo le ayudé a deshacerse de la suya, se veía tan bien solo en sostén, conectamos miradas, sentí un escalofrío al ver sus oscuros ojos.

—Promete que me llamarás después de esto—dijo Rosé cerca de mi labios aun mirándome a lo ojos.

—Promételo tu también—ella asintió.

—Lo prometo Jisoo— y entonces me coloqué entre sus piernas mientras la besaba ahora con desespero, de igual forma llevé mi mano con rapidez a la cremallera a su pantalón, e intenté bajarlo mientras la basaba, una vez lo bajé metí mi mano a su pantalón por debajo de sus bragas comencé a buscar su centro con mi mano aun besándola, cuando mis dedos llegaron a su clítoris pude sentir como Rosé se estremecía, al sentir eso sonreí en medio del beso.

Comencé a hacer movimientos circulares al principio lentos, disfrutando de los jadeos de Rosé que entre mas aceleraba se convertían en gemidos harmoniosos.

J.

La comida con los inversionistas era la típica comida de siempre, donde los viejos asquerosos solo veían mi escote y me ofrecían mas alcohol como si lo que se estuviese vendiendo fuese a mi, no podía esperar a que la comida acabara y correr a los brazos de Lisa.

—Señorita Kim, coma un poco mas, por favor—la voz de uno de los mas jóvenes en la mesa me sacó de mis pensamientos se trataba de kim jongin uno de los subordinados de mi jefe y mi compañero de trabajo, el era uno de los mas jóvenes en la oficina, aun que aun era un pasante mi jefe quiso que viniese a la comida.

—Claro, muchas gracias—dije con una sonrisa comiendo un poco más, la verdad la comida no era para nada mala, era bastante buena como costosa.

—Y bueno señor Kim, claro que estamos dentro de su proyecto, puede contar con nuestro apoyo, será un placer trabajar con una empresa como la suya—mencionó uno unos de los inversionistas para después darle un apretón de mano a mi jefe y posteriormente a mi, sentí mucho asco.

—Muchas gracias por la cena, nos pasamos a retirar—dijo uno de ellos levantándose de la mesa siendo seguido por los de mas.

En cuestión de minutos ya me había despedido de mis jefe y de Jongin, con prisa caminé al estacionamiento, viendo la hora en mi celular me di cuenta de que eran las 7:55 de la tarde, cuando llegué a mi auto me di cuenta que uno de los neumático de mi auto estaba averiado, maldije para mis adentros, debí aprender a cambiar un neumático cuando tuve la oportunidad, hice una nota mental "aprender a cambiar un neumático".

—Señorita Kim ¿Qué hace aun aquí?—la voz de Jongin me hizo sobresaltar.

—Me asustaste Jongin—tomé aire para tranquilizarme un poco.

—Lo siento mucho, no quise asustarla—se acercó a mi auto notando el problema—Señorita Kim, yo puedo llevarla a su casa si lo necesita—me daba mucha vergüenza que Jongin me tuviese que llevar a casa pero necesitaba ir a casa.

—No quiero molestar, puedo tomar un taxi—dije mientras veía la condición del neumático.

—No es ninguna molestia señorita Kim, mi auto esta a unos metros más, venga conmigo, yo la llevo hasta su casa no la dejaría que se valla en un taxi, acompáñeme por favor—sin mas caminó haciéndome seguirlo.

Al llegar a su auto abrió la puerta para mi, subí y encendió el auto, Jongin era un chico muy amable y considerado, también era muy agradable. Pasamos cas todo el camino hablando sobre el trabajo, la comida y cosas de la vida cotidiana, y cuando menos pensé estabamos por llegar.

—¿Cuál es su edificio señorita Kim? —dijo Jongin antes de estacionar.

—El de ahí —apunté a mi edificio— no me llames señorita Kim, dime Jennie.

—Claro solo si usted deja de llamarme Jongin, llámeme Kai—dijo con una sonrisa mientras estacionaba al frente de mi edificio.

—Claro Kai, muchas gracias por traerme hasta mi casa—agradecí mientras tomaba mis cosas para bajar del auto—

—No fue nada seño- digo Jennie, no fue nada, buenas noches Jennie,  descansa.

—Buenas noches Kai, nos vemos el lunes—me despedí antes de cerrar la puerta del auto, una vez fuera del auto Kai arrancó desapareciendo de mi vista.

Una vez ahí crucé al otro extremo de la calle al edificio de Lisa.

L.

encendí una de las últimas velas y suspiré quería darle una linda experiencia, jamás había hecho esto pero había visto películas y los protagonistas hacían esto así que me parecía una buena idea, examiné todo con la mirada nuevamente pero entonces escuché como llamaban a la puerta, de inmediato me apresuré a abrir, allí estaba ella, preciosa, como siempre, con esa mirada tan inocente pero tan sexy a la vez que me hacia perderme por completo en ella.

—Señorita Jennie, pase a su mesa —tomé su mano y caminé hasta la mesa mientras ella me seguía asombrada por todo lo que hice.

—Dios mío Lisa...hiciste todo esto ¿Por mi?—dijo con los ojos cristalizados, me giré y la abracé.

—Quería darte un detalle lindo—mencioné para después depositar un beso en sus labios—bien señorita tome asiento, eh preparado una pasta a la boloñesa para ti—en realidad no, lo había intentado pero me rendí al casi quemar mi departamento, así que pedí a domicilio la pasta de un restaurante italiano bastante bueno, supuse que a Jennie le gustaría.

—Eres muy linda Lisa muchas gracias por tomarte le tiempo de hacer esto—dijo mientras sacaba la silla para que ella se sentara.

—Cuando se trata de ti nada de esto es suficiente Jen—me incliné hasta quedar a la altura de su rostro y la besé, sin prisa, con calma, con lentitud pero con profundidad, por primera vez entendí el propósito de besar, después de varios segundos nos separamos con cuidado, conectamos miradas con nuestras frentes juntas.

—Me siento en un sueño...Lisa no me despiertes—sonreí para después depositar un beso en sus labios y levantarme con cuidado, y sentarme al frente de ella, esta noche era de Jennie y yo, solo de nosotras.