13.

83 6 0
                                    


J.

Mi centro palpitante en la boca húmeda de Lisa desde mi posición se apreciaba tan bien, jamás en mi vida había sentido una sensación parecida a esta, mi espalda se arqueaba con cada movimiento que Lisa hacia con su lengua y mi cuerpo dejaba una ligera capa de sudor. Con mi mano derecha tomé la parte trasera de la cabeza de Lisa para empujarla más a mi vagina mientras que con mi otra mano me sostenía de la cama en la que me daban el oral de mi vida para no caer en esta, pero era una tarea difícil debido a que mi cuerpo temblaba y amenazaba con fallar y caer a la cama completamente y la lengua húmeda de Lisa que ahora entraba y salía de mi sin piedad y sin descanso no ayudaba mucho con mi objetivo.

N.

 Jennie creía morir en vida, al menos eso era lo que ella creía, mantenía sus ojos cerrados con fuerza y mantenía su mente ocupada en controlar su respiración, pero con la lengua de Lisa moviéndose de aquella manera en su intimidad le era imposible.

—¿Está bien de esta manera?

Lisa dijo con sus labios rosando con cada palabra el clítoris de Jennie con cada palabra mientras intentaba encontrar los ojos de Jennie con los suyos.

—Está muy bien, continua, estoy por venirme.

Jennie dijo suplicante con voz agitada, Lisa no esperó más y continuó con sus movimientos coordinados con su lengua y sus dedos dentro de Jennie, esta última mantenía su espalda arqueada, con cada movimiento detonaba un jadeo y/o un gemido por parte de Jennie, quien parecía ver las mismísimas estrellas en el cielo.

El clímax se aproximaba a Jennie y de pronto sus ojos se abrieron de golpe cuando sintió como Lisa aceleraba sus movimientos ya sea con su lengua o sus dedos. El abdomen de Jennie se contrajo y una sensación de placer le recorrió todo el cuerpo mientras que su corazón se aceleraba aún más, y un cosquilleo le recorría la espina dorsal que le hizo arquearse mientras daba un respiro fuerte y su boca formaba una "o". Después de tomar aire y sentir como la sensación tan placentera se iba, dejó caer su peso a la cama completamente y se relajó, entonces Lisa supo que ya había terminado y con cuidado alejó su boca y rostro de la intimidad de Jennie para ahora buscar sus labios y depositar un beso corto, pero que le hizo saber a Jennie lo que quería.

Lisa se tumbó al lado de Jennie boca arriba mientras escuchaba la irregular respiración de Jennie, esta última mantenía su mirada hacia el techo de la habitación de la tailandesa, mientras que esta miraba y apreciaba cada detalle del fino rostro de la de ojos felinos.

R.

Los dedos largos y delgados de Jisoo entraban y salían de mí, sin pausa y sin secar, con un ritmo demasiado torturante, querría más de ella, quería que me diera todo de ella, quería sentirla en lo más profundo de mí.

—Te necesito.

dije en un hilo de voz casi suplicante hacia ella, pude sentir como se estremeció al sentir mi aliento golpeando su cuello. Ella mantuvo su postura, aun así.

—Quiero sentirte.

Jisoo al escucharme de tal manera, lo entendió y tomó mis caderas acercando aún más mi trasero a su pelvis y con su brazo derecho se abrazó de mi cintura y su mano izquierda se dirigía con prisa hasta mi intimidad y con sus dedos hacia círculos en mi clítoris, con un ritmo coordinado al mismo tiempo masajeaba uno de mis pechos con su otra mano y con su boca, lengua, dientes, besaba, lamia, y mordía mi cuello. Sabía que ella lo necesitaba tanto como yo, realmente lo hacía tanto como yo.

—JIsoo.

jadeé su nombre casi en un suspiro, sus manos quemaban mi cuerpo con cada movimiento, y mi centro palpitaba cada vez más por los dedos largos y delgados de Jisoo, de pronto una ola de calor y un cosquilleo único me recorrió por completo y entonces supe que era mi orgasmo y ella también lo supo cuando aceleró sus movimientos en un va y ven de sus dedos en mi clítoris. Jisoo me sostuvo con su brazo para no caer ya que mis piernas comenzaban a debilitarse debido a la intensidad del orgasmo que acaba de tener.

N.

La pelinegra tomó a la chica de cabellos rojos por la cintura para que no cayera al suelo y la dirigió hasta la cama donde la chica pelirroja dejó caer todo su cuerpo tembloroso aun, mientras la pelinegra la depositaba un beso en sus labios dejando a Rosé distraída en controlar su respiración mientras que ella abandonaba la habitación, Rosé no notó la ausencia de Jisoo en la habitación debido a lo distraída que se encontraba asimilando aun la situación que acababa de pasar hasta hace unos momentos.

Mientras la pelinegra le preparaba una sorpresa a la chica de cabellos rojizos, porque aun Jisoo no había terminado con su cuerpo, pero Rosé no lo sabía, al menos no aún. La pelinegra entró de nuevo a la habitación, pero esta vez trayendo consigo un objeto que les daría mucha diversión a las dos chicas.

—No duermas aun, no eh terminado contigo.

Dijo la chica de pie con su cuerpo apoyado sobre el marco de la puerta mientras que con su mano sostenía una pequeña bolsa de tela que aún permanecía cerrada, aquella bolsa que había sacado del bolsillo de sus pantalones escondía en su interior un pequeño vibrador que hace unos días atrás Jisoo había comprado en una tienda para adultos, con la esperanza de usarlo un día de estos, como hoy.

—Estoy cansada Jisoo. Por favor.

La oración de la chica fue interrumpida cuando un "bip" se escuchó cerca de su centro y decidió dar un vistazo, pero fue interrumpida abruptamente al sentir una fuerte vibración que iba desde su clítoris hasta su entrada. Tomó una bocanada de aire y llevó su cabeza hacia atrás mientras su cuerpo se sostenía sobre sus codos sobre el colchón de la cama, sus piernas inconscientemente se habrían cada vez más para abrirle paso a Jisoo.

Con cada pequeño movimiento que Jisoo hacía con aquel vibrante objeto Rosé sentía como el oxígeno abandonaba su cuerpo. Sus manos apretaban en un puño las ya desordenadas sabanas de la cama. Su cuerpo con una capa leve de sudor y su rostro con cabellos desordenados entregados por toda esta mientras que su boca soltaba excitantes sonidos mientras mordía y lamía sus labios, era la escena que Jisoo podía ver desde su posición.

El orgasmo estaba sacudiendo de nuevo a Rosé, jamás en su vida había experimentado tantos orgasmos en una sola noche. La tenía loca, los dedos, la lengua y los labios de Jisoo. Con cada caricia que Jisoo le regalaba a Rosé le hacía saber cuánto la amaba, y que esto no solo era sexo, sino hacer el amor con la persona que amas, y al igual que para Jisoo esto significaba mucho, Rosé sabia que esto no solo era sexo de una noche, al menos no para ella. Las dos lo sabían.


Seducción |  Jenlisa. (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora