17.

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J.

Era un muy lindo lugar aquel restaurant que Lisa había decidido para esta noche, en realidad, no importaba mucho el lugar, sino ella, y solo ella. Mis ojos con los suyos, sonrisas tontas, copas de uno de los mejores vinos del lugar, y nuestras manos tomadas sobre la mesa dándose caricias la una a la otra. Sus ojos avellana me hacían caer en la locura.

—Te amo.

Salió de mis labios sin pensar. Mi corazón dio un vuelco y mis manos temblaron de repente. Ella me miró con una tierna sonrisa y tomó ahora mis dos manos con las suyas, acariciando el dorso de estas con sus pulgares.

—También te amo Jennie, como no tienes idea.

Al escuchar aquellas palabras mi corazón fue a mil por hora, entonces lo supe, era ella; era ella con quien quería estar el resto de mi vida, o al menos hasta que ella me lo permita.

—Tengo una botella en mi departamento.

Propuse y Lisa sonrió mientras asentía aun viéndome a los ojos. La comida ya servida en la mesa se veía tan bien. La comida de aquel lugar era deliciosa al igual que el vino, Lisa no mentía.

L.

Con algunas copas encima estábamos solo ella y yo en su departamento con luces tenues sobre el suelo de la sala. yo atacaba su cuerpo mientras que ella arqueaba su espalda debajo de mi mientras podía escuchar sus ardientes jadeos cerca de mi oído. Sus piernas largas y torneadas me hacían viajar a otro universo, perdiéndome entre sus curvas y pliegues perfectamente armoniosos. Sus tacones negros como el resto de su vestido que tenía un escote que se mantenía discreto, pero le hacía ver tan elegante y sexy, esos dos importantes elementos me estaban haciendo muy mal, con cuidado intentaba desatarlos, pero Jennie apoyó uno de sus tacones sobre mi pecho y me empujó con su pie con suavidad asiéndome sentar en el suelo. Ella se sentó sobre mí con cuidado y me besó.

J.


Hoy, como muchos días más debía trabajar, pero hubo algunos acontecimientos que no me lo permitieron; aquellos acontecimientos tenían una sonrisa linda, y curvas que parecían de otro mundo, y aquel acontecimiento se encontraba debajo de mi temblando y con sus manos apretando en un puño las sábanas de la cama cada que con mis dedos hacía algún movimiento dentro de ella. Sus ojos estaban cerrados con fuerza y su labio inferior era mordido por ella misma, verla de tal manera, encendía algo dentro de mí.

—Jisoo. Voy a correrme.

Al escuchar aquellas palabras salir de sus hermosos labios en aquel tono casi con la respiración entrecortada mi boca atacó el cuello de Rosé mientras con mis dedos hacía pequeñas flexiones mientras entraba y salía de Rosé con mayor velocidad.

—Jisoo.

Escuché mi nombre en casi un gemido saliendo de ella para después sentir como sus paredes se apretaban alrededor de mis dedos. Su espalda se arqueó y sus manos apretaban con más fuerza las sábanas desordenadas de la cama. No tenía una cámara para captar aquel momento, pero lo había captado bien mi mente, de ahí jamás se borraría. Cuando su clímax culminó se tumbó sin más en la cama, exhausta.

N.

Las cuatro chicas quienes habían estado viviendo en un romance como de película estaban viviendo muy placenteramente aquellos momentos. Lisa con algo de emoción esperaba el momento indicado para decirle a su amiga aquella gran noticia que se había estado guardando hasta ahora. Jisoo dio nuevamente un trago a su cerveza disfrutando de la charla y de la bebida alcohólica que mantenía en sus manos mientras su atención iba completamente a su amiga quien le contaba algunas cosas sin interés para cualquiera pero que para ellas dos eran de suma importancia como él porque de las cosas cotidianas y sin sentido, pero de un momento a otro la habitación se llenó de un espeso silencio las dos chicas se miraron mutuamente como si quisieran decirse algo con urgencia.

—Jisoo. Debo decirte algo.

—Yo igual.

Las dos chicas respiraron profundo en espera de que la otra mencionara algo, pero ninguna se atrevía a hacerlo, de un momento a otro parecían nerviosas; de pronto Lisa escupió palabras de su boca al azar intentando juntarlas en una oración que le ayudara a decir lo que necesitaba.

—Hablaré yo primero.

Jisoo interrumpió a la tailandesa y esta le cedió la palabra.

—Estoy saliendo con una chica, y se a vuelto muy importante para mí.

Tomó una pausa para mirar a su amiga fijamente y continuó.

—Y bueno me gustaría que pudieses conocerla, ya sabes, creo que las dos personas más importantes para mi deberían conocerse.

Se tomó un momento para examinar el rostro de su amiga quien la miraba sin decir palabra alguna. Lisa tomó el suficiente valor para hablar.

—Jisoo yo, estoy saliendo con Jennie, mi vecina, y para mi también se volvió alguien muy importante, y me gustaría de verdad también que la conocieras, quiero que seas parte de esto porque te miro como más que una simple amiga, más que eso eres una hermana para mí.

Lisa parecía nerviosa y Jisoo lo notó así que tomó su mano para darle el valor de continuar.

—Invita a la chica que mencionas a casa, invitaré a Jennie, tengamos una cena las cuatro, quiero conocerla y quiero que conozcas a Jennie.

La pelinegra asintió. Se fundieron repentinamente en un abrazo que les hizo soltar algunas lágrimas de felicidad por la otra. Las chicas habían sido amigas desde que Lisa había llegado a Corea hace más o menos unos 12 años, las dos desde entonces habían sido inseparables, eran cómplices en todo y su amistad era un lazo muy fuerte que habían forjado con los años. Las dos se habían salvado mutuamente de una manera u otra.



Seducción |  Jenlisa. (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora