Capítulo 1: Cartas...

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Willow llevaba semanas enviando cartas anónimas a Mortis. Había algo en él, en su manera sombría de ser, que la atraía como un hechizo que no podía romper. Cada carta estaba meticulosamente escrita, sin firma, pero llena de sentimientos que Willow nunca se atrevería a expresar en persona.

"Querido Mortis... tus ojos oscuros brillan como la noche más profunda..." escribía en una de las cartas, antes de quemar la esquina de la hoja para darle un toque aún más dramático.

Pero aunque Willow era la autora de esas cartas y queriendo confesar sus sentimientos en persona,la realidad era mucho más complicada. No solo era terriblemente tímida, sino que estaba convencida de que Mortis jamás correspondería sus sentimientos. Así que, en lugar de enfrentarlo, seguía enviando cartas cada semana.

"Deberías decírselo de una vez," le aconsejó Angelo, su mejor amigo, mientras paseaban por Star Park. Angelo siempre había sido la voz de la razón, aunque su manera de expresarse era todo menos sutil. "Si sigues esperando, alguien más podría acercarse a él primero. ¿Y luego qué? ¿Vas a seguir escondiéndote detrás de cartas anónimas por siempre?"

Willow suspiró, sabiendo que Angelo tenía razón, pero el miedo al rechazo la mantenía paralizada. "Es que... si me rechaza, no podría soportarlo. ¡Es tan oscuro y misterioso, y yo soy solo una¨ gondolera de pantano!"

Mientras tanto, en otro rincón de Star Park, Mortis también estaba recibiendo consejos no solicitados. Emz, su sobrina sarcástica, estaba lista para darle su opinión.

"Tío Mortis, deberías conseguirte una novia ya," decía Emz con su tono irónico habitual. "Antes de que te quedes solo para siempre. ¡Digo, ya estas viejo, no querrás también ser el viejo más solitario de este lugar !"

Mortis, como de costumbre, la ignoró en su mayor parte, centrado en su última adquisición: un sombrero nuevo. Estaba en la tienda de regalos de Star Park, donde Griff, Edgar y Colette se encargaban del caos cotidiano. Justo cuando Mortis se estaba probando un sombrero, una figura familiar entró en la tienda.

Willow, con la esperanza de pasar desapercibida, entró buscando objetos para su pantano . Sin embargo, el destino tenía otros planes. Al girar la esquina de uno de los estantes, se topó cara a cara con Mortis, que sostenía un sombrero y la miraba fijamente.

"¿Willow? ¿Tú qué piensas? ¿Con o sin sombrero?" preguntó Mortis con su tono habitual, ajeno al torbellino de emociones que Willow sentía en ese momento.

"E-eh..." fue todo lo que Willow pudo balbucear, mientras su mente se llenaba de ideas incoherentes y su rostro se encendía como una hoguera.

Antes de que la situación pudiera empeorar, Griff, que había estado observando desde el mostrador, decidió intervenir. "¡Ey, Willow! Si vas a estar aquí, al menos compra algo en lugar de quedarte mirando a ese vampiro que todavía no compra nada," dijo con una sonrisa astuta.

Edgar, con su habitual aire de indiferencia, se acercó y ajustó uno de los sombreros en su cabeza. "¿Otra vez tú? ¿No puedes hacer una entrada sin que sea tan obvia tu admiración?" agregó, mirando a Willow con una mezcla de burla y diversión.

Willow, sintiéndose aún más avergonzada, intentó disculparse, pero antes de que pudiera hacerlo, Colette, que estaba organizando un estante cercano, se unió a la conversación. "¡Willow! No te preocupes, Mortis siempre está indeciso con los sombreros. Quizás solo necesita un poco de ayuda femenina para decidirse, ¿no crees?"

Mortis, aún confundido por toda la interacción, simplemente se quedó mirando a Willow, esperando una respuesta. "Entonces... ¿con o sin sombrero?" repitió, mientras Willow deseaba poder desvanecerse en una nube de humo.




cartas... Mortis x WillowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora