cartas... Mortis x Willow

capitulo 4: Feria en star Park

El sol comenzaba a ocultarse, y las luces brillantes de la feria de Star Park se encendían, iluminando el lugar con un brillo cálido y festivo. Globos de colores flotaban en el aire, los juegos mecánicos giraban a toda velocidad, y los brawlers de todas partes disfrutaban de la música y los espectáculos. Willow no era la excepción, aunque no había ido exactamente a disfrutar.

"¿Qué hago aquí?" murmuró Willow, nerviosa, mientras caminaba entre la multitud. Angelo, volando junto a ella, se rió de su tono preocupado.

"Vamos, Willow. Un poco de diversión no te matará. Además, he escuchado que Mortis también está por aquí," dijo Angelo, su tono lleno de picardía.

Willow lo miró con el ceño fruncido, pero su corazón dio un pequeño brinco al escuchar el nombre de Mortis. Hacía días que no lo veía desde su encuentro en el Pantano del Amor, y desde entonces, había estado debatiendo si debería confesarle lo de las cartas o no.

"¡No me lo recuerdes!" replicó Willow, apretando los puños. "La última vez casi me descubrió... Si sigue insistiendo, no sé si podré aguantar."

Angelo suspiró, claramente exasperado. "Bueno, puedes dejar de torturarte y simplemente decírselo."

"No es tan fácil," respondió Willow. "¿Y si se ríe de mí? O peor... ¿y si piensa que soy una acosadora?"

Angelo se encogió de hombros. "Peor sería que alguien más se le declarara primero. ¿Te imaginas?"

Willow lo fulminó con la mirada, pero antes de poder responder, sus ojos captaron una figura familiar a lo lejos. Su corazón se aceleró de inmediato.

Era Mortis. Estaba caminando tranquilamente por la feria, con las manos en los bolsillos y su mirada misteriosa como siempre. Parecía estar disfrutando del ambiente, aunque mantenía su típica expresión seria. Willow trató de alejar la vista, pero no pudo evitarlo. Algo en él siempre la atraía.

"Ahí está," murmuró Angelo con una sonrisa traviesa. "Este es tu momento."

Antes de que Willow pudiera reaccionar, Mortis se acercó lentamente, claramente sorprendido de encontrarse con ella en un lugar como ese. "Willow... ¿Qué haces aquí?

Willow tragó saliva, intentando mantener la calma "Yo... solo vine a dar una vuelta. A despejarme un poco."

Mortis asintió, como si aceptara la respuesta. "Parece un buen lugar para eso. Aunque, para ser sincero, hay algo que ha estado rondando en mi mente."

Willow sintió cómo el pánico empezaba a apoderarse de ella. ¿Iba a mencionar las cartas? Su corazón latía a toda velocidad.

Mortis la miró con curiosidad, sus ojos brillando bajo las luces de la feria. "He estado recibiendo unas cartas bastante... interesantes. No sé quién las envía, pero parecen venir de alguien que me conoce bastante bien."

Willow sintió que su rostro se ponía rojo al instante. ¡Lo sabía! Mortis lo sabía, o al menos sospechaba algo. Intentó mantenerse tranquila, pero sus manos temblaban ligeramente. "¿Cartas? ¿Qué tipo de cartas?"

Mortis sonrió levemente, como si disfrutara de la conversación. "Cartas de amor, si te soy sincero. Pero no tengo idea de quién podría estar detrás de ellas. He pensado en varias personas..."

Willow se tensó. ¿Varias personas?

"¿En... quién has pensado?" preguntó, intentando sonar casual, aunque su voz temblaba ligeramente.

Mortis se llevó una mano al mentón, pensativo. "Bueno, he considerado algunas posibilidades. Tal vez Piper, ya sabes cómo le gusta ser romántica. O incluso Shelly, aunque eso sería un poco raro, ¿no crees?"

Willow casi se atragantó. ¿Piper? ¿Shelly? ¡Estaba mencionando a otras chicas! Su mente empezó a llenarse de celos e inseguridades. ¿Y si una de ellas realmente le interesaba? ¿Y si estaba demasiado tarde?

"Ehh... Sí, eso sería... raro," respondió, apenas logrando contener sus emociones.

Antes de que pudiera seguir hablando, una voz familiar interrumpió la conversación.

"¡Tío Mortis! ¿Ya estás pensando en conseguir una novia?" Emz apareció de la nada, con su teléfono en mano, grabando una historia para sus seguidores. "Ya es hora, ¿no crees? Antes de que termines más solo que un vampiro en pleno siglo XXI."

Willow deseó que la tierra la tragara en ese momento. Mortis simplemente rodó los ojos ante el comentario de su sobrina. "Gracias, Emz, pero estoy bien solo."

Emz soltó una carcajada. "Sí, sí, lo que digas. Pero tarde o temprano tendrás que encontrar a alguien, ¿no? Aunque con esa capa, no sé quién podría resistirse a ti."

Mortis bufó y Emz se alejó, satisfecha con haber lanzado su comentario sarcástico.

Willow, aún en shock por la conversación, no pudo evitar pensar en lo que había dicho Emz. ¿Y si de verdad alguien más lo conquistaba antes? Pero antes de que pudiera seguir en sus pensamientos, Griff apareció desde la tienda de regalos improvisada que había montado en la feria.

"¡Ey, Mortis! ¿Te vas a llevar algo o solo estás paseando? Porque si vas a seguir dándole vueltas a los sombreros, voy a tener que cobrarte por las miradas," bromeó Griff, mientras limpiaba la caja registradora.

Mortis sonrió de manera ligera, claramente acostumbrado a los comentarios de Griff. "Solo estoy explorando."

Willow, en cambio, se sentía como si estuviera al borde de un colapso emocional. No solo Mortis estaba mencionando a otras chicas, sino que también parecían estar rodeados de brawlers que no dejaban de meter comentarios sobre el romance.

Angelo, que había estado observando todo desde una distancia prudente, decidió que era el momento de intervenir. "¡Willow! Creo que necesitamos un poco de aire fresco. ¿No crees?"

Willow, agradecida por la oportunidad de escapar, asintió rápidamente. "Sí, eso suena... bien."

Antes de que pudieran alejarse demasiado, Mortis los miró con curiosidad. "¿Nos veremos más tarde, Willow? Tal vez puedas ayudarme a descifrar este misterio de las cartas."

El corazón de Willow dio un vuelco. ¿Más tarde? ¿Estaba insinuando algo? Nerviosa, simplemente asintió, incapaz de decir algo coherente.

Mientras se alejaban, Angelo la miró con una sonrisa burlona. "¿Ves? No fue tan malo."

"Fue horrible," murmuró Willow, aún sintiendo el calor en su rostro. Pero, en el fondo, no podía evitar sentir una chispa de esperanza.

Tal vez, solo tal vez, las cosas estaban empezando a moverse en la direccion correcta.