7. Planes

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Luego de haber bailado con la chica que había llegado miró directo a donde estaba Violet. Podía notarla en la multitud aunque tuviera una máscara. Su vestido rojo resaltaba en medio de las personas. Jugaba con sus manos viendo a las parejas bailar y parecía fingir que no quería hacerlo, no podía evitar mecerse de un lado a otro mientras escuchaba los valses y las cuadrillas.

Ni siquiera su supuesto cortejante se acercaba. —¿Pero qué diablos les pasa a todos? ¿Por qué no le piden un baile? -murmuró y fue con paso decidido hasta donde estaba ella y en cuanto estuvo a su lado en un gesto muy valiente terminó tomando su mano haciendo que se sobresaltara.

—Lord Bridgerton.

—Ven conmigo. -No dijo más, solo la guió con él a la pista de baile y gracias a Dios comenzaba a sonar un vals. —es momento de un baile. -Ella le sonrió agradecida y tras juntar sus manos comenzaron a bailar uniéndose al resto de las parejas de la pista. —Violet, si pudieras cumplir un sueño en la vida ¿Cuál sería?

Ella lo miró de reojo antes de girar y alzó los hombros. —No lo sé. Tengo muchos sueños pero mi madre dice que no debería tenerlos. Las mujeres tenemos esposos. -dejó que él la guiara en aquel vals mientras lo miraba a los ojos, lo vio hacer una mueca con su respuesta. —es la verdad, Lord Bridgerton, así es como funciona el mundo.

—Pero supongamos. -dijo él siguiendo los pasos de aquella danza. —querida señorita Ledger que logra cumplir un sueño. ¿Cuál sería?

—Tocar el piano. -dijo entre risas. —no sé hacerlo, me sale terrible. Mi madre dice que jamás lo mencione porque una dama debería dominar un instrumento musical aunque sea una vez, pero, no es mi fuerte. Soy más de cantar...

Él si sabía tocar el piano, de hecho, era una de las cosas que más le fascinaba hacer, en algún rato libre que tuviera. Disfrutaba de la música y de su ejecución. —Interesante elección.

—¿Y usted que elegiría? Imagino que ha hecho muchísimo más de lo que se puede contar. ¿No es así? Estuvo en el Imperio de Japón...

—Y muchas partes de Asia, siendo sincero. -comentó. —China, India... Luego fui por Europa. No puedo quejarme de mi vida, quise hacer un gran tour y eso hice. Pero no era un sueño, era más como un capricho. -el baile se detuvo, al menos ellos dos lo hicieron pues las demás parejas siguieron dando círculos por todo el salón. Violet miró al suelo y tosió un poco cubriéndose los labios. —¿Sucede algo?

—Solo pensé en el baile de Danbury. -volvió a tomar las manos de Edmund para seguir el baile ya que sabía que las personas miraban. —En esos comentarios.

—Creo que no es conveniente que yo hable de eso con usted, no sería propio. Un hombre no habla de estos temas con una dama. -Violet entrecerró los ojos y negó dejándolo desconcertado.

—Un pretendiente no habla de esos temas con una dama, usted es un amigo ¿No es así? -se estaba divirtiendo a su costa, de eso estaba seguro. Edmund sonrió. —¿Ve como no lo niega?

—Bueno, al menos somos amigos y no me odia, señorita Violet. Pero las cosas no son como las cree. Le aseguro que no es así. -los dos se quedaron en silencio y al terminar la pieza se dieron una reverencia. Violet volvió con su madre mientras ella la miraba estudiándola.

—¿Está cortejándote? Ya hablamos de Lord Samuel. Si ve que tienes más pretendientes se echará para atrás... -Violet miró a Edmund y tras escuchar a su madre tuvo una idea brillante. Estupenda. —Violet... Un conde tiene más rango que un vizconde. Aunque el Vizconde Bridgerton creo que posee una fortuna bastante considerable además de que su familia es muy poderosa.

Lo sabía, por supuesto, pero ella había prometido intentarlo de verdad, pero también quería enamorarse. —No es un pretendiente, es un amigo. -dijo. —Ya regreso, madre. -las palabras de su mamá le habían dado una idea, y era útil que Edmund fuera tan respetado en la comunidad y su familia tuviera tantas conexiones. Para poder enamorarse debía conocer más caballeros, y si Edmund era popular, y al parecer surtía su efecto en casi todas las chicas en las que ponía su atención pues los hombres querían lo mismo que él parecía querer. Portia Seymour era un buen ejemplo, aunque había sido arrastrada por su madre a hablar con el barón Featherington. Al verlos no sentía nada, no era la clase de matrimonio que aspiraba ella.

ENCHANTED (Violet & Edmund's Story) 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora