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Después de dos meses había mejoría en Jimin; la inflamación en su cerebro había bajado y ahora estaban en la espera de que el chico decidiera abrir sus ojos.

La vida de Yoongi se resumía en ir a la oficina y luego al hospital, el señor Park veía de lejos  esa extraña relación de ese par.

Cierto día cuando el pelinegro sentía ya no podía más llegó al a habitación donde se encontraba el niño que lo hacía sentir algo en su muerto corazón y como todos los día se sentaba a su lado para tomar la pequeña manita y comenzar a llorar.

Ese día fue distinto puesto que apenas hizo aquello los bellos ojos verdes comenzaron a abrirse dejando ver lo desorientado que estaba el castañito.

Cuando el pelinegro se dio cuenta de aquello corrió por el doctor para revisar al niño.

Al fin veía un poco de luz al final del túnel.

Pero; ya saben ¿no? La vida se empeña a golpear a alguien que ya está en el piso.

El diagnóstico sobre el niño no fue muy alentador.

La inflamación en el cerebro había dejado una pequeña secuela en el castaño, una que con terapias y medicamentos podría sanar.

Jimin actuaba como un niño y hablaba como uno.

Para el pelinegro no hubo cosa más tierna y linda que ver al niño ser un niño.

Para el señor Park fue algo que no pudo soportar, reconocí a su hijo legalmente, lo protegió de su aún mujer y le dejó toda su fortuna y negocios a ese Niño que quedaría bajo la tutela de su yerno.

Y acabo con su vida, un acto muy cobarde; según la señora Park, pero solo dios sabe que tanto había soportado ese hombre en su corazón.

El mundo no se detiene y el tiempo menos, es por eso que una tarde llegó un notario a la mansión Min- Park para dar lectura del testamento del finado señor, no le sorprendió a Yoongi lo que hizo su suegro, pero ciertamente Jimin no entendía.

Su daddy, por que si, Yoongi le había dicho al castaño de ojos verdes que él era su daddy, le explicó que había un señor que lo quería mucho pero que este se habías tenido que ir al cielo pero que no se preocupara él y ese señor lo iban a cuidar siempre.

Después de ese día el castaño lloraba cada que el pelinegro se iba a trabajar, y es por esos que siempre antes del almuerzo le pedía al chofer que lo llevara a ver a su daddy para comer con el.

Era costumbre ver al castaño por las oficinas de la empresa Min.

Pero cierta tarde el castaño sorprendió al pelinegro en una situación bastante comprometedora con una de las jóvenes que trabajaba para el.

Y fue que en ese momento que la historia se volvió a torcer.

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