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El agua caía por su cuerpo, disfrutaba esos momentos donde tomaba una deliciosa ducha tibia.

Mientras lavaba su caballera castaña pensaba en todo lo que decían de él, le importaba una mierda.

Él era feliz, su daddy lo era, entonces que el mundo se jodiera.

Sabía a la perfección que su daddy no lo amaba, o a lo mejor no de la mejor manera, era muy consciente de cómo comenzó su historia, de lo que habían hecho, lo que él le había hecho a su media hermana.

Claro que lo supo, supo que  traicionó a su hermana con su esposo, pero al fin y al cabo, no por compartir
Al mismo padre los hacía familia, puesto que apenas y si la conoció unos meses.

Si, fueron cercanos, y había cariño, pero también sabe que cayó en un enamoramiento por el mayor.

Lo amaba.

Por otro lado, saber que la historia de sus padres también comenzó torcida le dolía pero bueno, así es la vida.

Era muy consciente de que su daddy ya sabía que su condición mental era "normal" por así decirlo.

Sabía que a su daddy le gustaba que se comportara de ese manera infantil.

Terminó de lavarse y salió de la ducha.

Tomó una toalla y se secó el exceso de agua, dejó caer la toalla en el cesto de ropa sucia y se anduvo desnudo hasta llegar al armario a buscar ropa para salir a visitar a su daddy.

Hoy tenía ganas de hacer delirar a su daddy.

Así que busco entre sus cajones y encontró una pijama de dinosaurio y se la colocó, se perfumó un poco, se peinó sus cabellos claros y salió a decirle a su amigo Taehyung que lo llevara a ver a su daddy.

Una vez que llegaron bajo del coche y se apresuró a llegar al  ascensor.

Llegó al piso donde se encontraba la oficina del ceo Min y vio a la mujer que lo fulminaba con la mirada.

Detector de brujas activado.

—disculpe joven, el señor Min está ocupado.

¿Pero quien se creía esta?

Le importo dos rábanos y abrió la puerta encontrándose al pelinegro en una llamada no hizo ruido y entró balaceándose mientras tarareaba una canción acerca de un tomate, claro lo hizo lo más quedito que pudo.

La secretaria lo quiso detener pero no pudo.

Así como tampoco pudieron evitar que uno de los pies del chico se enredara en la cola de la pijama y cayera al piso.

A Yoongi le importo una mierda la llamada con su socio de Australia y se apresuró a levantar al Niño de sus ojos el cual tenía su mirada cristalizada.

Se avecinaba un llanto tremendo.

Y antes de que el niño soltara el chillido más agudo de su vida el mayor secó sus lágrimas a base de besos que se esparcieron por toda su cara para terminar en sus labios.

La secretaria entendió bien la señal y se retiró.

Iría a ponerse sus audífonos para no escuchar lo que se avecina.

Los MinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora