Resumen: Miguel te muestra lo que significa el verdadero amor y la familia.
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Si alguien te preguntara cuál sería tu mayor arrepentimiento en la vida, te vendría a la mente un nombre sencillo: Samuel "Sam" Lawson.
Un hombre que con sus dulces palabras y mentiras te había robado la comodidad y estabilidad de tu hogar. Un hombre que te había seducido justo después de terminar la universidad y te había habladode lo perfecta esposa que serías para él.
Alguien que desempeñó el papel de ángel guardian de la casa a la perfección y convenció a tus padres de que te fueras a vivir con él un par de días después de la ceremonia de graduación. Alguien que, sin duda, le habría enseñado a Judas su propio juego de mentiras, ya que resultó eficaz contigo y con todos los que te rodeaban.
Samuel era cariñoso, siempre te llenaba de regalos y sonrisas, siempre se aseguraba de que supieras que su corazón era tuyo y de que no tuvieras que preocuparte por cosas como el dinero. Eras feliz. Tan feliz que ignorabas las microagresiones que se escondían entre el ruido amoroso. Más que feliz de haberte acostumbrado a su presencia, incluso cuando no necesitaba estar allí, e ignorado las advertencias de tus pocos amigos sobre su comportamiento controlador y posesivo.
Estaban celosos de no tener a alguien como él, ¿no?.Era normal que tu ser querido te alejara de aquellas amistades que consideraba tóxicas, ¿verdad?
—Siempre nos critican, cariño. Están celosos de que te cuide como ellos quisieran que lo hicieran los simplones de sus parejas. No necesitas gente así en nuestras vidas.
Y poco a poco tu círculo de amigos fue disminuyendo considerablemente, pero Sam siempre estuvo ahí. Siempre cariñoso y apoyándote. Incluso cuando en sus arrebatos siempre se aseguraba de decirte que todo era por tu bien, porque te amaba. Que todo lo que hacía era por ti, como siempre había sido.
Te amaba tanto que te dolía y su alivio era la cerveza, quedarse fuera de casa hasta tarde o follarte hasta que tu cuerpo rogaba por un descanso. La vida era generosa y buena, tan buena que te quedaste embarazada. Sam estaba extasiado. Finalmente estabas embarazada de él. Y eso fue suficiente para convertirte en su prometida.
—Todavía no estamos casados, pero hasta que la muerte nos separe, dulzura.— decía, salpicándote la cara de besos. No había nada que temer. Todas esas semillas de duda que tus amigos habían puesto en ti fueron socavadas. Él te amaba.
Hasta que se enteró que ibas a tener una niña.
Su fachada amorosa y protectora comenzó a desmoronarse poco a poco. El hedor de la cerveza se le pegaba al cuerpo y al aliento la mayor parte del tiempo que Sam estaba despierto. Su mal humor siempre estaba desenfrenado, lo que convertía cada pequeña cosa en un inconveniente que no ayudaba a la ya tambaleante relación.
¿Platos cómodamente sobre el fregadero? Oh no. Él gritaba y para calmarlo, te apresurabas a limpiarlo todo. ¿Las migas de su bocadillo estaban en su asiento favorito? Dios no permitiera que Sam las viera porque era otra ronda de bromas crueles aseguradas hacia ti.
—Tal vez si no fueras tan gorda para limpiar, este lugar no se vería tan mal.
Al principio, pensaste que era su mal humor. Sabías que tenía mal carácter, pero estabas demasiado ocupada enamorándote como para notar que aquello se filtraba por las grietas de la máscara de amante abnegado que se había puesto. Estabas demasiado ocupada amándolo como para ignorar la ira líquida que se acumulaba a tus pies, llenando las cuatro paredes que habitabas.
Él cambiará.
Te aferraste a ese pensamiento, esperando que esa etapa fuera solo temporal, que él volviera con el mismo hombre que conociste, el mismo hombre que te llevaba el desayuno a la cama y te llevaba a bailar las tantas veces como querías.
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Miguel O'Hara Oneshots & Drabbles
FanfictionArte hecho por mí. Una recolección de one shots y pequeñas mini historias de Miguel desde mi Tumblr c: