Resumen: Miguel y tú dicen cosas que ninguno debería de decir.
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A veces no sabías si estabas luchando contra el crimen o luchando para mantener la cordura. Sin duda, Miguel era una persona difícil de tratar cuando se ponía terco.
Estabas atrapada en este limbo donde tu paciencia solo podía durar un tiempo, a pesar de que tu relación con él no se estaba desmoronando por completo, y habían pequeños momentos que realmente te hicieron quedarte junto a él, hubo momentos como este que te hacían preguntarte si quedarte a su lado era realmente una buena idea.
"No."
Advertiste antes de suspirar y negar con la cabeza. Sabías hacia dónde iba esto. Estaba frustrado por el hecho de que un adolescente, una anomalía en sí misma, como le gustaba llamar al chico, se le había escapado.
No era algo que les gustara discutir ya que encontraron esos puntos que ninguno debería de presionar, pero una vez que ambos empezaban, ninguno paraba. Los manejaban con mucho enojo y saña solo para arreglarse luego, con pequeños actos de servicio que, fueron la principal razón por la cual empezaron a salir.
"¿No qué ?" Te respondió con agudo enojo. No estaba teniendo un buen día, y por supuesto, el hecho de que fueras el único que realmente lo soportaba y sus represalias verbales, te convertía en el sujeto perfecto de '¿Con qué nos lastimaremos hoy?'
No te gustaba el juego pero te era imposible permanecer callado cuando sentías que las cosas empezaban a volverse personales. Como exponer los terribles rasgos de cada uno.
"No voy a hacer esto hoy, Miguel."
"Todo lo que te pedí fue conocer tu opinión".
"Ya la sabes."
"Es necesario detener a Miles. No sabemos cómo afectará esto-"
"El canon. Sí. El jodido canon". No pudiste evitar silbar de ira. Una señal de que habías terminado de escucharlo.
"Tenemos un día libre, una vez en... muchísimo tiempo. Y estamos encerrados aquí, tratando de encontrar maneras de detenerlo. Jodidamente romántico" Tu enojo esta vez estaba justificado o eso querías pensar. Fue una rara ocasión en la que él decidió tomarse un descanso y ambos decidieron pasarlo lo más normal posible.
Es decir, ambos en casa, lejos de la sede, lejos de todo el desorden.
"Encontramos una posible pista sobre dónde podría estar. No podemos perder una oportunidad como ésta". Su extremo de la bahía flotante estaba lleno de pantallas, repletas de datos y otra información. Lyla se había ido hacía mucho tiempo desde que se disparó la primera señal de hostilidad. Deseaste ser ella por un minuto.
"Un poco de normalidad es todo lo que pido. ¿Es tan difícil conseguirla?"
