CAPÍTULO XIII: Revelación Inesperada

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Al abrir los ojos estaba acostada en la cama, arropada y con otra ropa, no sabía que había pasado pensé que todo había sido un mal sueño pero al sentir los rayos de sol supe que todo lo que había pasado era real mire hacia un lado de mi habitación y pide ver una pila enorme de notas por lo que decidí ponerme a leer cada una de las notas, me sentía más extraña al leerlas en algunas estaba molesto, en otras me decía que me extrañaba, estaba confundida que se traía, no pensaba con claridad y sentía que el estómago me rrugia, en eso comiendo a percibir un extraño olor a comida muy deliciosa, con miedo salgo de la habitación y bajo lentamente las escaleras, al llegar a la cocino quedo con la boca abierta.

-Oh buenos días, ya despertaste no sabía muy bien cuales eran tus gustos para el desayuno así que prepare de todo un poco en pequeñas cantidades, casi nunca desayunabas solo te llevabas una manzana y ya - con una alegre sonrisa respondió y yo seguía pestañeando.

-Que te traes, que quieres, esto no es normal - dije un poco demandante todo era muy raro.

-No me traigo nada malo solo hice el desayuno no entiendo que tiene eso de malo, y si se que es extraño que alguien a aquien no conozcas te cocine semejante manjar de comida al menos nuestra algo de respeto, no es normal en mi hacer esto, intento ser amable asi que baja tu tono de voz.

Lo escuchaba y no me lo creía se había ofendido por mi molestia, el me miraba cuidadosamente por el rabito del ojo, viendo cada movimiento, me siento en la mesa no sabía si comer ¿y si estaba envenenada la comida?, escucho que la cocina se apaga y el se acerca sentándose a mi lado.

-No está envenenada la comida y para demostrarte comeré del mismo plato que tu - me miro con un tono de fastidio, comenzó a comer y a darme comida a mi con otro cubierto no me lo creía este no era el de las notas imposible.

-¿Como te llamas?

-Sebastián Draconia - dijo tomando jugó de mi vaso.

-¿Qué eres?

-Tu prometido - al escucharlo pegue un grito y casi me caigo de la silla si no fuera por el ya que me agarro al instante.

-¿Que... Que?, ¿Mi que?, no debes estar equivocado yo... ¿Prometido?, ¿me estas tomando el pelo?, ¿es una broma de mal gusto?

-No es una broma, eres mi prometida y yo el tuyo, no te tomó el pelo te digo la verdad querías respuestas aquí están, querías saber quién era y porque las notas pues ya tienes la respuesta, eres mi prometida por más de un siglo, ya se que recuerdas todo, que tu magia esta activa, por eso me tome la libertad de acercarme a ti cara a cara ser amable, no quiero que me pulverices - lo decía todo con tono serio, no parecía alguien que le gusta hacer bromas, su aura era maligna emanaba peligro desde sus ojos, estaba aterrada y lo único que pude hacer fue tragar saliva - deberías de comer escucho tu estómago rugir de hambre, nada esta envenenado no soy esa clase de monstruo, no mataría a mi futura esposa.

No podía creer lo que mis oídos escuchaban, prometida, futura esposa, y yo que me creía la loca, loco esta el no lo conozco aunque pensándolo bien había olvidado toda mi vida y que tal si aún no recuerdo la parte de mi compromiso con el, necesitaba averiguar todo pero como si el me daba más miedo que las películas de terror, aunque Draconia ese apellido me suena haberlo leído en el diario de mi madre, ¿será ese Sebastián Draconia del que ella hablaba como candidato al trono el heredero de Drácula?.

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⏰ Última actualización: Sep 02 ⏰

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