Capítulo 6

329 25 3
                                    

Después de nuestra caminata bajo la luz de la luna, Diane y yo regresamos en silencio a la cabaña. No hubo más palabras, solo un entendimiento silencioso entre nosotros. Sentí que algo había cambiado, como si aquella barrera que siempre había existido entre nosotros comenzara a desmoronarse. Al día siguiente, volvimos a casa como si nada hubiera pasado. Sin embargo, esa sensación no me abandonó, dejándome con una inquietud constante que no podía sacudirme.

Pasaron dos semanas desde aquella noche, y durante todo ese tiempo, Diane parecía haberse desvanecido del mundo. No asistió a la escuela, su ventana, aquella que daba directamente frente a la mía, permanecía cerrada. Intenté no darle demasiada importancia, convenciéndome de que tal vez solo necesitaba espacio. Pero no pude evitar sentir una punzada de preocupación cada vez que pasaba frente a su casa y la veía tan apagada, tan silenciosa.

Mis padres también notaron su ausencia. En más de una ocasión, mi mamá comentó lo extraño que era no verla, especialmente después de lo cercana que se había vuelto a nuestra familia. Jayla, por su parte, no paraba de enviarle mensajes sin recibir respuesta. La preocupación comenzaba a filtrarse entre todos, pero nadie sabía qué hacer al respecto.

En la escuela, la rutina continuaba. Sin Diane allí, el vacío era palpable, pero no podía detenerme a pensar en ello todo el tiempo. Fue entonces cuando, en medio de mi intento por distraerme, conocí a alguien nuevo.

Estaba en la cafetería, charlando con Jaden y algunos amigos, cuando la vi por primera vez. Su nombre era Lina. Tenía algo que me hizo detenerme por un segundo, mirarla con más detenimiento. Había algo en su expresión, en la manera en que se movía, que me recordaba vagamente a Diane. No pude evitarlo; había algo en ella que me atraía, que despertaba una curiosidad que no pude ignorar.

Lina era nueva en la escuela, acababa de mudarse a la ciudad y, por alguna razón, se integró rápidamente al grupo. Era extrovertida, siempre sonriendo, pero había momentos en los que captaba un destello en sus ojos que me hacía preguntarme si había más bajo esa superficie alegre.

—Hola, soy Javon —me presenté un día, decidiendo finalmente satisfacer mi curiosidad.

—Lina —respondió con una sonrisa—. He oído hablar mucho de ti.

—¿Ah, sí? Espero que cosas buenas —respondí, tratando de mantener un tono ligero.

—Bueno, algunas cosas buenas, algunas... interesantes —dijo, lanzándome una mirada que me hizo sonreír.

Con el paso de los días, comencé a pasar más tiempo con Lina. No podía negar que había algo en ella que me hacía sentir cómodo, aunque en el fondo, todavía estaba esa inquietud que no me dejaba en paz. Era como si una parte de mí no pudiera dejar de pensar en Diane, aunque intentara convencerme de lo contrario.

Todo tomó un giro inesperado un viernes por la tarde. Jayla y yo estábamos regresando a casa después de la escuela cuando, al pasar por la casa de Diane, mi hermana se detuvo en seco.

—¿Javon...? —me llamó, su voz llena de confusión.

La miré, siguiéndola cuando su mirada se dirigió hacia la casa de Diane. Al principio no lo noté, pero luego vi lo que la había hecho detenerse. Lina. Estaba entrando a la casa de Diane.

—¿Qué está haciendo Lina ahí? —pregunté, sintiendo cómo mi mente comenzaba a trabajar a toda velocidad.

Jayla frunció el ceño, tan confundida como yo.

—No tengo idea... —murmuró—. Eso no tiene sentido.

Observamos en silencio cómo Lina desaparecía dentro de la casa de Diane, cerrando la puerta tras de sí. La preocupación que había estado creciendo en mí durante las últimas semanas alcanzó un nuevo nivel. ¿Qué estaba haciendo Lina allí? ¿Qué conexión tenía con Diane? ¿Y por qué, después de todo este tiempo, Diane seguía desaparecida?

Las preguntas comenzaron a multiplicarse en mi mente, mientras Jayla y yo intercambiábamos una mirada cargada de incertidumbre. Algo no encajaba, y tenía la sensación de que todo estaba a punto de cambiar, nuevamente.

 Algo no encajaba, y tenía la sensación de que todo estaba a punto de cambiar, nuevamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La chica de al lado | Javon Walton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora