15. Decisiones dolorosas

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MIA

Entramos por la puerta del ático de Alvaro , nos dirigimos al salón y nos sentamos en el sofá. Durante todo el camino no había articulado palabra alguna, el silencio nos había inundado como nunca antes. Decidí que iba a respetar su decisión y esperar a llegar a casa antes de hablar. No quería presionarle.

Alvaro oscilaba entre estar sentado con la cabeza hundida en sus manos a alzar la mirada hacía mi. Su semblante seguía viéndose triste.

- Siento que estoy haciendo todo mal. - Comento frustrado consigo mismo.

Luego se callo. Oido cocina, pensé yo. Que coño quería que le respondiera a eso? Osea tenía que desarrollar un poco mas la teoría por que si no, no me entero. Le mire despistada. Al observar que no parecía que fuera a decir nada mas, opte por tratar esta situación de la misma forma en la que trataba a Alex cuando le habían partido el corazón.

Me levante del sofá y me dirigí hacia la cocina. Encontré pan, queso, mantequilla y jamón. Saque una sartén e hice unos sandwich mixtos. Total, no había cenado por lo que hacerlo me ayudaría a mi tambien.

Regrese a su lado con dos platos en la mano. Puse uno delante de el y le invite a que probara. Tras unos minutos de silencio. Comenzó a hablar.

- Llevo toda mi carrera ocultándole a mi padre lo que he estudiado. El, se piensa que he seguido su voluntad y he hecho economía, hoy, le he revelado que he cursado derecho - Hizo una breve pausa, tomo otro bocado y continuo - Tras expresar su desagrado me ha dicho que he tomado la peor decisión de mi vida y que me arrepentiría de ello. A parte de asegurarme que ahora voy a estar solo en esto ya que el no tiene contactos en la abogacía para darme trabajo.

Vi como sus ojos se desgarraban ante el recuerdo de la conversación tan non grata que había tenido anteriormente con su padre. Alvaro se aferraba a el, por el simple hecho de que era su única familia viva que le quedaba.

- Te entiendo Alvaro , lo que estas pasando es jodido. Pero sabes, va a pasar. - Le asegure sujetando su mano, mostrando mi apoyo incondicional.

- Eso tu no lo sabes. - Converso desconsoladamente.

- Desgraciadamente lo se, por que he pasado por ello. - Suspire recordando aquella etapa de mi vida, obviamente, no iba a contársela entera, solo la parte relevante. - Cuando tenía dieciséis años mis padres se mudaron fuera de España y me llevaron con ellos. Siendo menor no tuve opción. Tan rápido como cumplí los dieciocho y me saque el bachillerato, volví aquí con Alex . - Puse todas mis fuerzas en que entonar la palabra Alex , ya que no quería que supiese la verdadera razón por la que volví - Durante mas de dos años no me dirigieron la palabra. Mi padre opinaba que estaba tirando mi vida por la borda. Eligiendo trabajar en un restaurante antes que estudiar en el extranjero.

Me acerque mas a el. Nuestras piernas se rozaron. Cerciorándole de que estaba a su lado. Pose la palma de mi mano en su muslo, tal y como el solía hacer conmigo para que yo me relajara. Me asegure de que mi agarre fuera firme. Quería transmitirle seguridad, pero sobre todo quería que supiera que no me iba a ir a ningún lado.

- Es duro, pero pasa. Con el tiempo tu padre se dará cuenta de que no puede controlarte, por que ahora eres un adulto que tomas tus propias decisiones. A veces ellos están tan preocupados por que cometamos los mismos errores, que apenas nos dejan vivir. - Comente articulando cada palabra, tal como Alex un día lo hizo conmigo. - En el fondo solo son personas tratando de dar ejemplo recuerda, el hecho de que sean padres no los convierte en super humanos.

Había dado en el clavo. Alex era un buen consejero, luego le daría las gracias. Esas palabras no solo me ayudaron a mi en su momento, si no que ahora parecían haber ayudado a Alvaro . Este se abalanzo sobre mi y me abrazo. Hundiendo su cara en mi pecho, sobraron las palabras, el simple hecho de que sus brazos me rodearan de esa forma hizo que las emociones fluyeran libremente. El ritmo de mi corazón se acelero. La tensión sexual entre nosotros era palpable, desgraciadamente para mi, el momento no era el oportuno. Este no pareció notarlo.

El reto de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora