19. Bajo la luz del puerto

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MIA

Ir de fiesta, no estaba en mis planes cuando decidí irme a Malaga, por lo que no había traído ropa. Elegir un outfit no fue tarea facil. Mi Abuela que estaba sentada conmigo, opinaba que todo me quedaba bien. Claro, que iba a decir ella siendo mi apoyo incondicional. Estaba segura que sabía exactamente donde había pasado la tarde, nunca me lo echo en cara, al contrario de lo que hubieran hecho mis padres. Ella, se limito a servirme un te de camomila y darme de merendar. Inevitablemente, se me había escapado alguna que otra lágrima, a pesar de mis esfuerzos por contenerlas, había sido inevitable.

Durante la merienda y con el silencio dominando la habitación, me había permitido a mi misma llorar y estar triste. Sabiendo que después remontaría, haciendo lo que mejor se daba hacer, ausentarme a un bar para cazar. Tenía que distraerme con una polla para evitar que mi corazón tuviera que lidiar con las emociones de este día.

Mi cabeza volaba a la llamada perdida que había visto en la pantalla de mi móvil. No se por que me importaba tanto y no podía dejar de pensarlo. Alvaro no me había llamado nunca, si quiera nos habíamos intercambiado el número. Alex debía de habérselo facilitado.

Las palabras de la voz pito de Lucia inundaron mi mente "Se ha vuelto a meter en peleas. Al igual que tu, tambien siente que tiene que huir para lidiar con sus emociones. Apareció con la cara golpeada. Al igual que tu no sabe muy bien expresar sus sentimientos. Esta arrepentido." Sinceramente si esta arrepentido como ella alega, no tiene a nadie mas que culpar que a el mismo. El fue el que decidió joder el momento que estábamos viviendo juntos y expresar sus paranoias mentales.

La ira me alcanza al recordar que en mitad de ese conflicto, que yo hice amago de solucionar, le confesé que el no era una víctima mas. Idiota por mi parte, si, me comporte como una niñata enamorada. Si esperaba que le jurara amor eterno ya se podía sentar en la silla y asegurarse de disponer de comida cerca por que eso no iba a ocurrir. El me importaba, mas de lo que quería admitir, pero de ahí a ser exclusivos y todas esas payasadas que conllevaba el amor hay un gran paso.

Después de todo lo vivido no soy de las que va por ahí regalando "Te quieros" Ya probé esa estrategia una vez, y me salió el tiro por la culata.

Elegí un body negro de cuello alto y unos vaqueros claros que me quedaban ceñidos al cuerpo. Me puse unas vans negras simples y me despedí de mi Abuela .

- No me esperes despierta vale ? - Informe para que no estuviera toda la noche en vela preocupada. - Vengo mañana a desayunar.

No contesto, supongo que fue por que no tenía nada que añadir a esa alegación. Por su cara era evidente que su deseo era que me quedara en casa ha charlar con ella. De todas formas, aunque lo hubiera hecho, no me hubiera logrado convencer de lo contrario.

Camine por las calles del sitio donde solía vivir. Estepona, la ciudad cerca de la costa donde vivía mi Abuela , tambien era la ciudad donde yo solía residir antes de que nos mudáramos al extranjero. Me conocía cada calle como la palma de mi mano. Hubiera preferido salir en Malaga centro, pero como había elegido destrozar mi móvil, no tenía forma de avisar si me pasaba algo.

Llegue al puerto, encontré el pub que solía frecuentar un tiempo atrás y entre. Pedí una cerveza y me sente en una mesa alta con vistas a la calle. Era consciente de que desde esa posición no iba a conseguir ligarme a nadie, pero sentía que necesitaba unas cuantas cervezas y un rato para mi misma antes de que pudiera atacar.

Por la ventana, observe los coches que conducían por el asfalto. A lo mejor era hora de que me sacara el carnet de una vez. Cosa que opinaba que era innecesaria ya que no lo necesitaba, yo sabía conducir. Me ahorraría mas que un problema, sobretodo si me volvía a pillar la policía, pero se restaria el factor adrenalina y era de las pocas cosas en mi vida que todavía me la aportaban.

El reto de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora