26. Me da igual

18 4 3
                                    

MIA

Esa misma noche recogí mis cosas y volví a Madrid. El día siguiente fui a trabajar intentando disimular todo lo que había pasado. Gracias al universo, Estela había trabajado horas extras en mi ausencia, resultando en que estaba libre justo el mismo día que yo volví. Esto me ahorro miles de explicaciones nada mas llegar, y un día más de descanso emocional.

El día fue de lo mas estresante, me había perdido casi una semana y tenía un montón de tareas que avanzar. Apenas logre concluirlas ya que no podía soltar el remordimiento de conciencia que sentía después de lo que había vivido con Victor.

Esa noche, como muchas otras, busque refugio en el alcohol, esperando poder olvidar el acontecimiento que me dio la mayor realización de mi vida. Alvaro me gustaba, me gustaba lo suficiente como para sentirme culpable por lo que había hecho con Victor. Sentía que le había traicionado.

El bar de Inferno estaba a tope, se notaba que la gente ya estaba saliendo de vacaciones, era martes y estaba casi a rebosar. Alex me observaba de la distancia, juzgándome con la mirada por cada consumición que tragaba. En su mirada observaba claramente su desacuerdo ante mi comportamiento. El opinaba que estaba utilizando el alcohol para olvidar. Cosa que hacía, no le faltaba razón. Pero a veces en la vida uno tiene que hacer lo que le ayuda en el momento, y dejar de pensar tanto en lo que viene.

Llevaba unas cuantas copas de mas cuando este ofreció llevarme a casa. Tras todo lo ocurrido, me vi paralizada. El temor de tener que afrontar mis demonios en la oscuridad de la noche me atrapó. Estoy tan confundida con lo que siento y no siento ahora mismo, que no se distinguir entre lo que es real. Una oleada de inseguridad me invadió, creando un sentimiento de vulnerabilidad. La voz de mi interior gritaba "busca una víctima". Estoy a un paso de caer en el precipio emocional del cual no voy a saber como salir.

Siento como una mano fuerte roza el final de mi espalda. Un olor fuerte, de colonia cara de hombre me invade, indicándome que mi búsqueda ha finalizado.

Santiago , el piloto, que conocí hace un tiempo en este mismo lugar, se encuentra justo a mi lado, dispuesto a darme exactamente lo que creo que necesito esta noche. Un ser con quien dormir para no tener que hacerlo sola.

Ya he pasado mas de una noche a su lado, repetir una vez mas podría darle doble señales y hacerle creer que quiero algo mas que simplemente un polvo. Estoy a punto de arrepentirme, cuando recuerdo que con el, las cosas siempre han sido de lo mas simples. El, nunca pide explicaciones, ni quiere hablar. Se limita a darme un buen polvo y abrazarme.

ALEX

Alcanzo a agarrar la mano de Mia antes de que abandone el Inferno y cometa otro error del cual se va a arrepentir.

- Ven a casa, yo duermo contigo - Invito, hablando bajito para que el sujeto no alcance a escuchar nuestra conversación. Mia casi que no puede mantenerse de pie. El alcohol ha tomado su cuerpo.

- Alex déjame echar un polvo en paz. Asegúrate de cumplir tu parte y no te metas. - Gruñe desenlazándose de mi agarre a la vez que me asesina con la mirada.

Regreso al bar, y de la rabia le pego una patada al contendor de botellas de cristal. Esta mujer es tan cabezota que no se da puto cuenta de que actuando así solo esta echándole leña al fuego. Incendiando mas el caos en el que su vida se ve envuelto. Mia tiene una bonita forma de evadir sus problemas poniéndose una "tirita", cuando esta se despega, se descubre un problema mayor.

Miro mi telefono en busca de alivio, pensando que el tiempo para que mi pase acabe se acerca y que pronto estaré en mi cama. En la oscuridad de mi habitación, con los ojos cerrados disfrutando de la paz que siento cuando duermo.

El reto de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora