4. Reencuentro casual

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MIA

Esa noche llegue a casa con la ilusión y la esperanza de que Alvaro siguiera ahí. Me di de bruces con la realidad. La casa estaba mas vacía que nunca. Me hubiera gustado poder decir que le espere, que supere mi miedo a la soledad y que me enfrente todos y cada uno de los sentimientos en los que yo sola, me ahogaba. Entonces mentiría. Por que hice todo lo contrario. Salí todas las noches a cazar, hasta que encontré una víctima con la que acostarme para así dormir acompañada. La oscuridad de la noche me atrapaba y por mucho que intentara combatirla no lo logré. Con alguien a mi lado me sentía lo suficientemente segura como para poder relajarme y descansar.

Alex , en contra de mi voluntad, me convenció para que saliera con el a celebrar la buena nota que había sacado junto con Alvaro en el trabajo. Los domingos eran mi único dia de descanso solo quería manta y peli. Para nada salir, es que si quiera me cambiaba del pijama. Esa noche, lo hice por el. No había empezado el semestre con el mejor pie, le estaba costando mas que nunca, y esta calificación le ayudaría mucho en su puntuación final.

Me puse unos vaqueros azul cielo y un body negro de tirantes. Unas vans negras y un maquillaje discreto: delineador de ojos y glos transparente en los labios. Una chica de media melena con ojos claros y cara de niña buena se acerco a la mesa donde Alex y yo estábamos sentados. El, no tuvo ni que decirme de quien se trataba, su cara de enamorado le delato. Había invitado a Lucia . La compañera de clase con la que estaba liado. La responsable de que el hubiera dejado de dormir en casa. Por supuesto que la odiaba. Me aterraba la idea de que alguien pudiera partirle el corazón de nuevo. Llevaba un vestido de verano con vuelo y vestía una expresión de no haber roto un plato en su vida. Dios que asco me daba.

Nada mas llegar, se dieron un beso rápido en los labios y Alex , cual caballero desarrimo la silla de la mesa para que ella se sentara.

- Mia - Exclamo con la mayor de sus sonrisas - que ganas tenía de conocerte. Alex me ha hablado tanto de ti. - Se acerco a darme dos besos. La rechace, dandole la mano tal como Alvaro había hecho conmigo.

Otra vez estaba pensando en el. De verdad, no tenía remedio. Por mucho que tratara de distraerme y hacer otras cosas, últimamente algo siempre me recordaba a el.

- Si, encantada estoy de conocerte yo tambien - Comente siendo falsa. Para nada quería conocerla, lo que quería hacer era salir de ahí en cuanto antes. - Voy a ir a pedir al bar, ahora vuelvo. - Sutilmente, me levante de la silla y desaparecí.

Por el rabillo del ojo, observe como se morreaban y hablaban por lo bajo. Ambos reían. Que asco, que ganas de vomitar. Que horrible estaba siendo todo en ese momento.

Compre la cerveza mas grande de todo el bar. En aquel momento en el que me dispuse a llevarla a la mesa, mi mundo entero se congelo, por que después de ocho dias, Alvaro reapareció. Con su pelo rizado y su camisa medio desabrochada. Parpadee unas cuantas veces para asegurarme de que era el. Además, venía en mi dirección. Me puse muy nerviosa, tanto así que solté la cerveza que estaba sujetando. Absolutamente todo el liquido cayo al suelo. Bien Mia , bien. Eso de actuar con naturalidad se te da de la hostia. Agarre una servilleta de la barra y me agache a intentar recoger el desmadre que acababa de liar. Tan pronto como alce la vista me encontré con sus ojos.

- Te has hecho daño? estas bien ? - Pregunto Alvaro un tanto preocupado.

Me agobio el hecho de pensar que era lo que se le estaba pasando por la cabeza en este momento. Era evidente que el incídete había sido la reacción de volver a verle.

- Estoy bien - Tartamudee todavía afectada por su presencia - No se que ha pasado, se me ha debido de resbalar. Seguro que el vaso estaba mojado. - Dije intentando disimular mis nervios.

El reto de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora