DISPONIBLE EN FÍSICO A TRAVÉS DE AMAZON.
Atenea Areloux, una mujer de dos mundos, siempre ha mantenido un equilibrio delicado entre sus vidas paralelas. En la sombra, se transforma en la general de las Fuerzas Armadas de Londres bajo un alias, mient...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Atenea Areloux. Moscú, Rusia.
Ha borrado todas sus huellas meticulosamente.
Trato de procesarlo incluso cuando han pasado horas desde que me desperté y desde que bajé al jardín, y aún así no entiendo la suspicacia y el control que tiene esa persona en todo lo que hace.
—Buenas tardes, Atenea —saluda Gavriel, caminando del brazo de Kristina, quien sorprendentemente, luce radiantemente feliz.
—Buenas tardes, Gavriel —le devuelvo el saludo tras tomarte otro sorbo del café servido—. Kristina —la saludo cortésmente.
Si tan solo supiera que su aventura está casi por ahogarse, no luciría esa sonrisa y ese collar de diamantes, que de seguro cuesta un pastizal.
Lloré en silencio los primeros días al recordar que todo lo que tenía de él, su tío se lo llevo. Aquellas cajas con flores y diamantes desaparecieron de la villa después de que nos asaltasen y me causa una rabia no poder ir ahora mismo, mirarle a la cara y no llorar.
Cada uno agarra un asiento libre y se sientan mientras los empleados les sirven un café.
—Me han dicho que te has despertado temprano —vuelve a hablar Gavriel. No lo miro. Me concentro en el iPad que reposa junto a mi taza de café, donde observo los planos de la mansión de Miller—. ¿Mal sueño?
—Algo así.
Tampoco iba a darle todos los detalles.
—¿Entonces? ¿Cuál es el plan para abordar la mansión de Miller? —pregunta, inclinándose hacia la mesa con una sonrisa que no es completamente confiable, mientras se acomoda en su silla con una actitud que mezcla curiosidad y control absoluto.
—Miller tiene una mansión fuertemente protegida —respondo, colocando el IPad en el centro de la mesa, haciendo visible el plano de su mansión en la pantalla—. Cuenta con múltiples puntos de seguridad, desde guardias armados hasta cámaras de vigilancia. No es fácil entrar sin ser detectado. Será complicado.
Gavriel se inclina hacia la tablet agudizando su mirada y recorriendo con detalle y preción calculada cada detalle del plano. Kristina, sentada a su lado, observa en silencio. Sus ojos permanecen fijos en el mapa pero la expresión en su rostro es una mezcla de desconfianza y curiosidad.
—¿Qué tipo de seguridad tiene? —pregunta Gavriel. Su tono es tan preciso como el análisis de un estratega.
—Hay aproximadamente diez guardaespaldas en el exterior y otros diez dentro de la mansión. La mayoría está armada y entrenada para responder rápidamente a cualquier amenaza —indico las áreas en el plano—. Las cámaras están distribuidas de manera estratégica, cubriendo cada entrada principal y zonas clave. Además, la mansión está equipada con sistemas de alarma que podrían alertar a las autoridades si detectan una intrusión.