2. La maquilladora

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Simone Highs era mi maquilladora y tenía, desde luego, no era una chica muy amable. Al menos, conmigo. Yo no entendía porqué, pero aquella mujer parecía tener algo personal contra mí. Rondaría los 25 años, aunque quizás aparentaba más. Yo acababa de cumplir los 23, nuestra edad no era muy diferente, pero una sola mirada suya podría hacer temblar a cualquier persona, estaba segura. Era una chica de piel morena y ojos verdes, llevaba unas trencitas africanas en el pelo larguísimo, y si no frunciera tanto el ceño y sonriera más, podría decirse que era una chica mona. 

No sabía mucho de ella, excepto que su sueño no era ser maquilladora, porque siempre estab quejándose, y que en ese preciso instante me acababa de pellizcar el párpado con el rizador de pestañas.

Intenté no gritar para no llamar la atención de todo el set madrugador, pero no pude contenerme.

-¡Aaahh!- exclamé, llevándome una mano al ojo, mientras Simone apartaba el rizador con cara de malas pulgas, sin dignarse a pedir perdón.

-Venga, niña, que no ha sido para tanto, déjame seguir o vamos a terminar mañana- ni siquiera le dije nada respecto a que me llamara niña, estaba demasiado ocupada con mi propio dolor. 

Debió de darse cuenta de que era algo grave cuando vio una pequeña gota de sangre corrieno por mi párpado, y aunque no entró en pánico, comenzó a echarme la culpa.

-Es que te mueves demasiado, si te quedarás quieta... Que es que es un momento, todos los actores igual, que si sois los más importantes y no valoráis a toda la gente que hacemos el trabajo duro tras la cámara para que vosotros os divirtáis ahí delante... - no podía soportarlo más. No, no iba a consentir que me siguieran faltando el respeto así.

-Para que lo sepas- me levanté aún presionando mi párpado para no quedarme sin sangre -yo he trabajado muy duro para poder llegar hasta aquí, he tratado de respetar a todo el mundo y nadie lo ha hecho conmigo, entiendo que haya sido un accidente o que puedas tener un mal día pero no lo pagues conmigo, tengo suficiente con esto- me señalé el párpado -Así que por favor no vengas a darme lecciones de respeto si eres la primera amargada que cada día me responde mal.- le dejé claro mientras me iba hacia el baño con la mano en el ojo haciendo acopio de la poca dignidad que me quedaba.

Al llegar, me aclaré la cara y cerré solo el ojo perjudicado para mirar la herida. No se notaba demasiado, y se podría tapar fácilmente con maquillaje para la escena, pero tenía un par de inconvenientes. El primero, si la tapaba, la herida podía infectarse. El segundo, no quería volver allí y tener que enfrentarme de nuevo a Highs. Salí del baño con la decisión de que me alejaría lo máximo posible de Simone, así que pasé de largo la caravana de maquillaje (grabaríamos en una playa y nos preparábamos en caravanas, sí, además de llevar en ellas todo el equipo de grabación, y habían tenido la amabilidad de llevarme, también. Necesitaba un coche urgentemente, era consciente).

Caminé por la playa totalmente desierta, al tiempo que miraba el sol que había salido hacía no mucho. La playa no estaba sin gente por el simple hecho de ser pronto, o al menos, no sólo por eso. Ese día estaba "reservada", por así decirlo, para grabar la película y que no salieran turistas no deseados.

Suspiré mientras mis pies descalzos sentían la arena húmeda, pensando en lo complicado que era cumplir un sueño. Pero aún así, lo conseguiría. Un par de personas no me iban a parar. Aunque una de ellas lo hizo en ese preciso instante.

-¡Smith!- al escuchar una voz que conocía bien, me di la vuelta, y caminé hacia el director de la película.

-Vamos a ver, ¿qué haces aquí? ¿El maquillaje está terminado?- puso su mano en mi mentón y alzó mi cabeza para mirarme. -Está a medias- sí, las pestañas de un ojo estaban a medio rizar, no tenía rímel, ni sombra, ni el pintalabios. Diría que también faltaba difuminar un poco el colorete, o parecería Heidi.

-Yo...

-¿Y eso del párpado? ¿Qué te has hecho?- era mi oportunidad de contárselo, ¿no? Quizás despedían a Simone y me libraba de ella de una vez por todas.

-Bueno, resulta que mi maquilladora estaba rizándome las..

-¿Sabes? No me importa. Sólo vuelve con Simone para que arregle este desastre antes de la hora de grabar. Va a llegar el mediodía y no va a haber quien aguante el calor.- me cortó Matt

-Pero es que...- Knight se fue de allí antes de que pudiera protestar. Con paso lento, me dirigí hacia la caravana de Simone.

Me puse las sandalias para que no me regañara por mancharle todo el suelo de arena (no quería darle una razón más para que estuviera enfadada) y entré en la caravana.

-Yo...-empecé

-Julia- me cortó ella -Creo que te debo una disculpa. Lo que me dijiste me ha hecho pensar... No debería haber pagado esto contigo- dijo, y me di cuenta de que era una chica que podía tener muchos problemas en su vida, cosas que yo no sabía, así que no estaba bien juzgarla como amargada.- Y siento lo del párpado -añadió.

-Gracias. Yo también siento lo que te dije. Y de verdad que valoro el trabajo de todos- la miré para convencerla de ello.

Hubo algo incómodo por dos segundos, pero ella exclamó:

-Déjame ver esa herida- y me senté con una sonrisa en la cara mientras ella me la desinfectaba y conseguía que se viera menos, además de terminar de maquillarme.

-Gracias.- repetí de nuevo mientras salía de allí. Quizás Simone era, en el fondo, una buena persona.

Luces, cámara... y amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora