7. Aquella noche

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Él era Paul Graham. El mismo Paul Graham de tantas películas que me encantaban. Y en la realidad era aún más guapo que en las películas.

Me mojé los labios y sonreí, sin saber muy bien qué decir. ¿Qué se respondía a una frase como esa?

-Bueno... la amiga con la que he venido estará demasiado ocupada tirándose a Neil Figger.

-¿A Neil?- se sorprendió

-Sí, ¿le conoces? Personalmente, me refiero- por supuesto, todo el mundo había visto películas de Figger.

-Claro, somos grandes amigos.

-Ah- sonrío. No lo sabía.

-Y dime, ¿cómo se llama tu amiga?

-Pauline- respondí.

-Me encantará molestarle con ello...- dijo, y reí. -Tienes una sonrisa muy bonita- dijo de pronto, y me sonrojé al escucharle.

-Gracias. Tú tienes unas películas increíbles. Soy una gran fan- dije, sabiendo que a la gente famosa le gustaba que la alabasen.

-¿Sabes? A veces la fama me aburre, a veces desearía no ser nadie... Que no me reconocieran en la calle cada día, y me persiguieran para conseguir fotos, o firmas. Tener que sonreír fingidamente cada vez que alguien me dice que es muy fan...

-¿Finges?- me sorprendí.

-Claro, por algo soy actor- dijo encogiéndose de hombros y guiñándome un ojo -Pero tranquila, ahora mismo tienes delante tuya a la versión de Paul más real que hay.

-No, lo que quiero decir es, ¿no te gusta que la gente te diga que le encantan tus películas, que te admiran?

-Supongo que, cuando llevas muchos años en la fama, te cansas de eso, y prefieres rodearte de gente especial, que no te quiera por intereses...- confesó. -Como Tom y Neil. Somos grandes amigos.

-¿En serio?- me sorprendí. Aunque tenía mucho sentido, si Tom y Paul no se llevaran bien, Paul no estaría en esa fiesta. Él asintió 

-¿Y qué hay de ti? No me suenas de nada- me dijo. Se refería a que no era famosa, como más de la mitad de gente en esa fiesta, claro. -Si hubiera visto antes a una chica tan preciosa en una de estas fiestas, me acordaría. ¿Y sabes por qué? Porque habría hecho con ella algo más que hablar esa noche...- insinuó acercándose a mí, y me ruboricé.

-Bueno... estoy aquí gracias a la amiga que te he dicho. Es la hija de Gema Harris- digo. La madre de Pauline es una modelo famosa con dinero.

-Oh, ¿en serio? No sabía que era ella cuando me has dicho su nombre...

-Sí, somos mejores amigas desde hace mucho tiempo.- digo, y él me sonríe. 

-Pues es una suerte que seáis amigas, de lo contrario esta noche me aburriría mucho...- me dice lanzándome una mirada en la que deja claras todas sus intenciones. 

-Bueno, cualquier otra chica te habría servido, no me vengas con que has visto algo especial en mí - contesté con algo de recelo. No me iba a hacer ilusiones de que un actor famoso se fijara en mí por más de una noche. 

-He visto bastantes cosas especiales en tí...

-Está oscuro, no se ve una mierda- bromeé no tan en broma, dando por finalizada esa conversación -A lo que iba, aunque Pauline y yo no hubiésemos sido amigas, te habría conocido tarde o temprano...

-¿A qué te refieres?

-A que también soy actriz- dije levantando la cabeza, tratando de darme algo de importancia para que ningún famoso me pisara la dignidad más de lo estrictamente necesario.

-Ah, ¿conque actriz?- no se me pasó desapercibido el tono de burla en su voz. No me tomaba en serio, por supuesto, ya que la mitad de personas en Los Ángeles eran 'actores', pero desconocidos y desempleados. Había muchos trabajadores y poco trabajo en este ámbito, por así decirlo, aunque había poca gente con verdadero talento, y encima, contactos. No iba a mentir, tener contactos era importante. -¿Y has salido ya en alguna película, pequeña? ¿Cuántos segundos?- Dios, ahora me tomaba por una extra. No podía soportarlo más.

-Para que lo sepas, protagonizaré la próxima película de Matt Knight. Con su hijo- especifiqué algo enfadada. Noté su expresión de sorpresa enseguida -Seguro que cuando medio Estados Unidos me conozca no me hablas igual- dije girando la cabeza sin mirarle. Aquello dio resultado, su gesto se suavizó y diría que era casi de admiración.

-Vaya, nena, entonces tienes posibilidades... Casi tantas como conmigo- dijo guiñándome un ojo. -No te enfades, las actrices son mi perdición- dijo poniendo sus dedos en mi mentón y obligándome a girar la cabeza para mirarle. Aunque no había mucha luz, sus ojos eran tan bonitos como en las películas.

-¿Qué? ¿Te apuntas a una copa?- me invitó. 

-No sé, ¿planeas emborracharme para llegar a mí más fácil?

-Puede- dijo encogiéndose de hombros y reí. Alguien que me sacaba una sonrisa era siempre buena señal. Por eso acepté la invitación y le acompañé dentro de la casa, donde nos aproximamos a una mesa con un montón de comida que algunos empleados iban reponiendo y lo más importante, una barra libre en la que servían cualquier bebida alcohólica que te puedas imaginar. Estábamos en la casa de Tim Toddle, no era una fiesta cualquiera. 

Al mirar hacia un extremo de la sala, vi a Pauli con su inconfundible vestido rojo pasión, muy ocupada liándose con el mismísimo Neil Figger. Sonreí por ella. Tenía pinta de que yo también tenía una oportunidad con un actor famoso... pero, no sabía porqué, pero no me atraía demasiado la idea de acostarme con Graham y que a la mañana siguiente no se acordara de mí y me echara como una de las miles de chicas con las que habrá dormido.

Y de repente pasó algo muy extraño. En mi cabeza apareció de pronto Ethan Knight. ¿Ethan Knight? ¿Porqué mi cabeza me jugaba estás malas pasadas? ¿O era mi corazón? 

Bueno, siempre estuve obsesionada con Knight de pequeña por sus películas, pero eso son amores platónicos, no significan nada... Y él era un actor famoso, claro que... ¡Con Paul Graham pasaba lo mismo, también me gustaban mucho sus películas! ¿Entonces porqué veía a Ethan mientras tonteaba con Graham?

No entendí muy bien qué pasaba mientras Paul me susurraba unas palabras sensuales y bajaba poco a poco para besar mi cuello despacio. No me sentí excitada, quizá porque no me parecía real, él era actor, era como una película...

Separó sus labios de mi cuello y se acercó a los míos poco a poco, como dándome tiempo a apartarme si quería. La pregunta es, ¿quería? Me prometí que me lo pasaría bien por una noche, y cuando iba a acercarme a besarle, de pronto alguien me tiró del brazo. Me giré. Era Ethan Knight.

Luces, cámara... y amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora