1. ¡COORTEN!

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-James, yo... - empecé con inseguridad, mientras notaba el aire del ventilador levantándome el pelo rubio. Tendría que decirle a Matt que era demasiado exagerado y no quedaba realista, tenían que bajarlo. -Creo que no podemos seguir con esto. Estoy harta. - dije frunciendo el ceño.

-Pero, Sophie, yo te quiero, ¿recuerdas todo lo que hemos hecho para llegar hasta aquí? ¿Vamos a tirar estos cuatro años por la borda?- insistió Ethan.

-Hace tiempo que tú los tiraste, James. No intentes recoger esas cenizas. No queda nada de lo que fue, tú y yo...

-¡COORTEN!- gritó Matt. Suspiré. Era un director algo difícil de complacer.

-Vamos a ver, tú, Sophie..

-Me llamo Julia - interrumpí.

-En este set, te llamas Sophie. Si quieres ser una buena actriz, tienes que meterte por completo en el papel. Empezando por el nombre. No puedes actuar como Julia, ahora eres otra persona distinta. El público no quiere ver a Julia, el público quiere ver a Sophie. Y eso es lo que hacen los actores. Dar vida a los personajes. Así que siente a Sophie. Eres Sophie - repitió. No estaba completamente de acuerdo con él, es decir, estábamos fuera de la escena en ese momento, pero me callé y asentí. - Bueno, no solloces así, esto no es Titanic. Eres Sophie, una mujer fuerte, segura de sí misma, lo que pide la audiencia, un ejemplo de las demás. Pero por dios, tampoco frunzas el ceño así, que el maquillaje hace mucho, pero no milagros. - siguió hablando y repartiendo sus "críticas constructivas", el 90% de las cuales iban dirigidas a mí, y asentí a todo prometiendo esforzarme más, aunque la mitad de las cosas ni las escuchaba. Matt nunca estaba conforme. Hacía algunos meses, si me hubieras preguntado si el perfeccionismo era una virtud o un defecto, te habría dicho que una virtud casi sin dudarlo, pero después de conocer a Matt... bueno, digamos que no parecía de nuestra especie, y de eso no me habían avisado en el contrato. Si hubiera sabido lo duro que era ser actriz antes de firmar... Bueno, lo peor era que habría firmado de todas formas. Me negaba a desaprovechar esta oportunidad. Con ella comenzaría mi carrera artística, y me haría saltar directa a la fama. Todos los productores y directores me querrían para sus películas, y me olvidaría de Matt Knight para siempre. Bueno, para siempre no, sería un recuerdo algo amargo de mi primera película.

Miré a mi derecha. Ethan Knight se echó el pelo hacia atrás, con su sonrisa deslumbrante. Por supuesto, a él Matt no le había hecho ninguna crítica. Por qué sería. Sí, como sospechabais, el hijo de Matt actuaba en su película. Una nueva película romántica que, bingo, protagonizábamos él y yo. Mentiría si dijera que no era raro hacer esto con un chico con el que había soñado desde que tenía diez años, pero era mi futuro el que estaba en juego. Y aunque hubiera sido una de las razones (¿Quién en su sano juicio no querría protagonizar una película romántica con el mismísimo Ethan Knight?), no me había presentado al casting por estar cerca de Knight, aunque me erizara la piel solo con pensarlo, sino por mi sueño desde que tenía memoria: ser actriz.

Y sabía que lo iba a conseguir. Con o sin los Knight. Grabamos como mil escenas más esa tarde, hasta que Matt se diopor satisfecho con una de ellas (Dios, eran todas iguales, la única diferencia era cómo movía las cejas), reunió a todo el equipo de grabación, y comenzó a hablar de la película.

-Sophie, ¿me estás escuchando? - me sacó de mis pensamientos Matt.

-Eh, sí, sí. - me puse un mecón detrás de la oreja como una niña pequeña a la que han pillado hablando en clase.

-¿Qué acabo de decir? - mierda.

-Eh... Pues algo de una cobaya.- dije insegura, y escuché una risa detrás de mí. Me di la vuelta y fulminé a Ethan con la mirada.

Luces, cámara... y amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora