3. Aprendiendo a besar

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Quizá Matt tenía algo de razón con lo de tener tres horas para prepararme, aunque no con lo de no dejarme traerme el bikini rojo de casa. 

Reconozco que el azul que eligieron para mí no me sentaba mal, pero el mío me quedaba mucho mejor.

Mi duda de porqué hacía falta una hora para el peinado si era una escena en la playa en la que hacía viento (el pelo de Sophie TENÍA que verse despeinado) se vio resuelta en cuanto las peluqueras empezaron a hacer su magia. El resultado final fue increíble. Quedaba arreglado, pero a la vez daba un aire de despeinado, de que se lo llevaba el viento por delante, que era ideal para la escena. 

Y cuando me crucé con Ethan al salir de aquella caravana, me quedé sin palabras, porque estaba REALMENTE guapo en bañador, y el pelo despeinado (seguramente para lograr un despeinado así él había estado una hora como yo de peluquería). Claro que lo había visto en bañador en películas, pero no tenía absolutamente nada que ver con verlo en la vida real. La primera vez que lo vi, presencialmente, me pasó lo mismo. Y más sabiendo que iba a protagonizar una película romántica con él. Pero poco a poco, al trabajar junto a él, comencé a verlo un poco más como una persona normal y corriente, con inseguridades y sentimientos, y un poco menos como un dios griego inalcanzable. 

No quería ser cualquier chica tímida que se sentía impresionada cada vez que hablaba con el actor, ninguna fan que corría hacia él desesperada, rezando para que le firmase un autógrafo. Tampoco quedarse totalmente en el ámbito profesional, podía ser la chica que no dejaba de tocar los botoncitos de su coche ni de cambiarle la música sin vergüenza alguna. Y en ese momento no caería en la vergüenza ni en admiración. Demasiado alto estaría ya el ego de Ethan como para que le confirmase lo bien que le sentaba el bañador.

-Hola- saludé al ver que estaba allí plantado.

-Hola- dijo él, permitiéndose sonreír. 

-¿Vamos?- señalé con la cabeza la orilla de la playa, donde el equipo de grabación se estaba preparando, y Matt daba órdenes mientras montaban las cámaras. Muchas cámaras. Mierda, ¿desde cuántos ángulos pensaban sacar el beso?

-Aún queda media hora o más para empezar. ¿Podemos hablar?- dije mientras mira hacia su coche. ¿Por qué teníamos que hablar dentro de su coche y qué quería decirme?

-Claro- dije siguiéndole, y abrí una puerta con cuidado para sentarme. 

Le miré inquisitiva mientras escogía las palabras.

-A ver, Julia...

-¿A ver qué?

-Voy a ser claro: ¿A cuántos chicos has besado en tu vida?- cuanto menos, me sorprendió su pregunta.

-¿Y a ti que coño te importa?

-Pues me importa porque como no sepas besar, mi padre se va a enfadar y vamos a estar aquí toda la tarde, no es muy agradable, cada vez se hace más incómodo, lo digo por experiencia, hasta que se dé por satisfecho con una escena, y no me va a dar tiempo a ir a la discoteca de esta noch..

-¿Pero tú quién te has creído que soy? Claro que sé besar, que no sea famosa no significa que no haya tenido adolescencia.- le reproché con mala cara. -Y si luego vas a ir a una discoteca, ¿qué es lo que vas a hacer? Volver a besar a alguien, seguro.

-¿Besar? Mmmm... Creo que haremos otras cosas- dijo guiñando un ojo, y suspiré. -Pero a lo que vamos. Aún hay tiempo de practicar.

-¿Practicar?- pregunté extrañada. No querría que nos besáramos allí, ¿verdad?

-Claro. Eso sí, tengo que advertirte algo- le pregunté con la mirada -No te enamores de mí.

-¿Qué?- si hubiera estado bebiendo café, esa habría sido una de esas típicas escenas en las que alguien escupe el café cuando le cuentan una noticia increíble o cualquier cosa que no se espera.

-Eso, tengo un espejo en mi casa, ya conozco mi belleza, no sería la primera vez que pasa- ¿pero qué clase de ego tenía este chico? -¿Recuerdas la película "5 chicas para olvidarte"? Pues Suzie Scott estaba coladísima por mí, se me declaró a mitad del rodaje enfrente de todo el equipo de grabación, y el resto de la película se hizo muy incómoda. Encima besaba fatal.

-¿Cómo puedes ser así? ¿En serio crees que voy a enamorarme de ti por unos cuantos besos de nada? 

-Bueno...

-No, no es bueno, tienes el ego por la nubes y eso no es nada bueno. Sé diferenciar una película de la realidad, gilipollas.- dije, al tiempo que deslizaba una mano por su mejilla y le besaba. Sí, pero no por nada romántico, sólo quería demostrarle que no era ninguna inexperta.

Luces, cámara... y amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora