BROTHERS •°Omegaverse°• (Lumity)

Capitulo 22 ♡

Luz condujo de vuelta a su casa con una sonrisa que se negaba a desaparecer, sintiendo una calidez que la envolvía después de su breve pero dulce despedida con Amity. Mientras el paisaje pasaba a su alrededor, sus pensamientos no se apartaban de los ojos brillantes y la risa suave de la chica que la esperaba para su cita. Apenas estacionó, bajó del carro y entró rápidamente a su casa, subiendo las escaleras con prisa.

Al llegar a su habitación, Luz se detuvo un momento frente al espejo, mirando su reflejo con una mezcla de nerviosismo y emoción.

–Ok, Luz, hoy es el día – se dijo a sí misma con firmeza, pero con un toque de broma en su voz. –Esta vez no solo es una cita... es *la cita*.–

Eligió con cuidado su ropa, optando por algo que reflejara su estilo desenfadado pero que también demostrara que había puesto un esfuerzo especial para Amity. Se arregló el cabello y se aseguró de que todo estuviera perfecto antes de volver a bajar las escaleras.

–¡Voy saliendo! – gritó hacia la sala, aunque la casa estaba vacía.

Ya en el carro, encendió el motor y se dispuso a ir por Amity, pero antes, una idea la detuvo. –Unas flores... sí, eso sería perfecto – pensó, sonriendo al imaginar la expresión de Amity.

Luz tomó un pequeño desvío hacia una floristería cercana, donde eligió un ramo de rosas rojas y blancas, cuidadosa de que fueran frescas y hermosas, tal como se merecía la chica que ocupaba sus pensamientos.

Mientras pagaba, Luz no pudo evitar bromear consigo misma, en su mente: "Rosas, Luz, en serio… ¡Te estás volviendo un cliché romántico!".

El florista sonrió y le entregó el ramo con una pequeña tarjeta que Luz decidió escribir en el último minuto.

“Para la chica que hace que cada día sea una aventura, aún cuando solo estamos sentadas en el césped,” escribió con una sonrisa satisfecha.

De vuelta al carro, Luz miró las rosas en el asiento del copiloto y sintió un nerviosismo agradable en el estómago.

–Esta es para ti, Amity – murmuró para sí, acariciando los pétalos suaves antes de dirigirse hacia la casa de su aún no novia. El viaje se sintió más corto de lo normal, cada segundo acercándola al momento que tanto había imaginado, pero que ahora estaba más cerca que nunca de hacer realidad.

Luz estacionó el carro frente a la casa de Amity, y por un momento se quedó ahí, mirando la puerta con una mezcla de emoción y nerviosismo que le revolvía el estómago.

–Vamos, Luz, no es tan complicado. – se animó en un susurro, intentando calmar los latidos acelerados de su corazón. Tomó las rosas con cuidado, acariciando los pétalos suavemente como si fueran un reflejo de los sentimientos que cargaba en su pecho, y respiró hondo antes de salir del carro.

Mientras caminaba hacia la puerta, sus pensamientos se aceleraban, repasando cada posible escenario, cada palabra que quería decirle a Amity. “Esta noche va a ser especial,” se repetía, y no podía evitar sonreír nerviosa ante la idea de pedirle que fuera su novia.

Se detuvo frente a la puerta y, después de un segundo de vacilación, tocó el timbre. Esperó, sintiendo que cada segundo se alargaba, hasta que escuchó pasos al otro lado y la puerta se abrió. Ahí estaba Amity, deslumbrante incluso con algo tan sencillo como unas botas blancas, una falda del mismo color y una blusa de color lila. Sus ojos se encontraron en un cruce silencioso y profundo, como si todo el mundo se hubiera reducido a ese instante.

–Hola –  susurró Luz, su voz cargada de una mezcla de alegría y nerviosismo que no podía ocultar.–

Amity la miró con una sonrisa tímida, pero brillante, y se acercó un poco más, dejando que el rubor cubriera sus mejillas.