7.-All my Loving.

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Dedicado a BeaMoggia

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Dedicado a BeaMoggia


Amaneció el tercer día, ya no era la misma Paulina que salió a pasear

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Amaneció el tercer día, ya no era la misma Paulina que salió a pasear. Era otra y no por el hecho de haber dormido con él, desnuda entre sus brazos, sino sentir que habitaba otra piel, una que sentía hermosa. Creo que los seres humanos somos seres que necesitamos saber que otro piensa que somos la persona más hermosa del universo.

Lo miraba dormir, parecía un niño chico, bello, desordenado, amoroso, exige afecto, porque me busca en las noches, como si fuera un peluche que se le pierde entre las sábanas. Y esa personalidad, lejos de estresarme, me encanta. Yo sé lo que es querer así. Así amamos quienes deseamos ser más amados. No digo que no nos hayan amado nuestro papá o mamá, pero, se nota que lo ha pasado mal y lo comprendo. No he tenido una vida particularmente tragica, salvo lo de mi padre en cambio, me doy cuenta que Pedro está atravesado por el dolor. La noche anterior, nos quedamos junto al fuego, comiendo choripanes y él como buen gringo, asó malvaviscos, entonces dijo.

--Trato de no pensar en cómo hubiese mi vida creciendo acá.

--Vivir aquí es una mierda Pedro, Chile es un país de mierda.

--Pero habría estado con mi familia, al menos.-respondió esbozando una sonrisa triste.

--Eso sí, lo siento...si soy poco empática con tu experiencia siendo exiliado me dices, no la quiero cagar contigo.

--No, no, eres muy empática Pau, me encanta que estudies historia por lo mismo, puedo hablar con más comodidad, entiendes todo.

Y me atrajo a sus brazos, yo usaba una manta de lana, bebíamos vino en tazas de café y comíamos malvaviscos con chorizo quemado, en marraqueta dura, felices, jóvenes, alocados. Teníamos sólo el hoy, el presente, la energía para seguir adelante. Si bien, cumpliría treinta y siete, su jovialidad lo hacía parecer de veinte y nueve. Traía el look de los últimos personajes que hizo para unos capítulos de una serie, una barba vaga, el cabello un poco más corto que cuando lo conocí.

Luego dormimos, abrigados y abrazados, para conservar el calor. Se aferraba a mí con tanta necesidad que me hacía pensar en que de verdad fue un chico muy solitario o que quiso tener una novia desde hace mucho. Me acariciaba mucho, me besaba todo el tiempo, todo el cuerpo sin afán erótico. Recibir tanto amor, me cambió para siempre.

Summertime Lovers/ Pedro PascalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora